La Universidad otorga 275 becas covid, con una cuantía media de 500 euros

El campus tenía 300.000 euros de presupuesto, con los que pretendía que ningún alumno se quedara atrás.

La estudiante Nuria Román, frente a la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo.
La estudiante Nuria Román, frente a la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo.
José Miguel Marco

La Universidad de Zaragoza, en colaboración con el Gobierno de Aragón, tiene previsto conceder, al menos, 275 becas covid entre los estudiantes más afectados por esta pandemia. La mayoría recibirán una ayuda de 500 euros, mientras que a los 12 restantes, debido a encontrarse en una situación más delicada, se les concederán 700 euros. Un apoyo extraordinario que desahogará, en parte, las reservas familiares y que permitirá costear material didáctico y desplazamientos, entre otros.

Según la resolución provisional, dos de cada tres solicitudes presentadas han cumplido los requisitos necesarios para ser beneficiarias de esta ayuda covid, que contaba con un presupuesto de 300.000 euros. Las cuantías variaban entre 200 y 900 euros por persona en función de los puntos reconocidos, entre un mínimo de uno y más de seis. Que hubiera fallecido uno de los principales sustentadores de la familia por coronavirus suponía cuatro puntos. Se otorgaron dos cuando las patologías sanitarias hubieran afectado a la economía familiar, se esté en ERTE, se hubiera reducido la jornada laboral o fuera un autónomo que cobraba el beneficio extraordinario por cese de actividad. También se pudieron acreditar otras causas, que fueron valoradas por la comisión pertinente.

Aquellos alumnos a los que, de momento, les han denegado la ayuda pueden presentar alegaciones hasta el próximo 4 de junio. Además, todavía queda partida presupuestaria si cumplieran los requisitos. Con independencia del resultado final, es evidente que existía la necesidad de amparar a una parte del estudiantado, como ya se hizo cuando el campus público puso en marcha el fondo solidario covid-19, al poco de iniciarse la pandemia. Finalmente, alcanzó los 50.000 euros, gracias a diferentes donaciones de miembros de la comunidad universitaria, empresas o particulares.

Su objetivo, como en el caso anterior, era que ningún estudiante se quedara atrás. Esta ha sido la filosofía que ha mantenido durante el presente curso académico tanto la Universidad de Zaragoza como la Consejería de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento. Además de estas ayudas tomaron otras medidas como la reducción del precio de primeras y segundas matrículas de grado. El campus dejó de ingresar casi tres millones por la minoración de ingresos de las tasas.

"Supone un desahogo y permite costear libros y otros materiales"

Nuria Román, estudiante de 3º de Trabajo Social, es una de las 275 beneficiarios de las becas covid promovidas por la Universidad de Zaragoza, en colaboración con el Gobierno de Aragón. «Mis padres son autónomos y durante el confinamiento tuvieron que tener su negocio cerrado», explica esta joven que recibirá una ayuda adicional para sus estudios de 500 euros.

En esos meses, detalla, percibieron la subvención destinada a su colectivo que, aunque no suplió el tener el negocio abierto, les dio «cobertura económica para paliar los gastos fijos». Ahora, contar con este importe adicional para financiar los estudios de su hija supone «un desahogo», puesto que da margen para los libros de texto, materiales complementarios y el resto de cuestiones relacionadas con el día a día de la universidad.

Esta joven conoció la existencia de estas ayudas por la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo, que les envió un correo con «toda la información y requisitos». Recalca la «amabilidad» y «facilidades» dadas por el campus público para la gestión de estas ayudas: «El personal de la sección de becas de Interfacultades te acompaña en todo el proceso». Asimismo, ha sido beneficiaria de la beca del Ministerio de Educación y FP –que ya había recibido en cursos anteriores–, aunque en esta ocasión, debido a su situación tras la pandemia, la cuantía ha sido «mayor».

Más allá de la situación económica, esta crisis sanitaria afectó a su día a día como estudiante, puesto que una semana acude de manera presencial y la otra sigue las clases ‘online’. El ‘streaming’ también es una norma para las materias optativas. «Al principio las clases virtuales se seguían un poco mal, pero terminaron solucionándolo», recalca. Aunque considera que la docencia se ha podido ver algo afectada, al final los resultados académicos obtenidos están siendo positivos, «en la línea de otros años o incluso mejores». Desde el campus se fomentó la apuesta por la evaluación continua.

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