tecnología
Drones, aprender a volar hacia un campo más rentable
Un curso de la Fundación Ibercaja enseña el manejo de drones y sus utilidades para el sector agrario.
Conocer los principios básicos de la agricultura de precisión y la teledetección con drones, aprender a planificar vuelos autónomos con robots aéreos para la obtención de datos y su posterior procesado, o manejar de manera adecuadas las plataformas o los ‘software’ para la obtención de índices de vegetación son los principales objetivos del curso ‘Vehículos aéreos no tripulados en la agricultura de precisión y teledetección’, organizado por la Fundación Ibercaja y que se celebra entre los meses de febrero y marzo.
En definitiva, este curso de 30 horas de duración aborda diversos aspectos del uso de drones en el sector agrícola, que abarcan desde los principios básicos de la teledetección hasta el uso de diversos tipos de cámaras, como las termográficas o las multiespectrales, o cuestiones del propio vuelo de estos aparatos, como las técnicas de vuelo o la propia normativa vigente.
Se trata de una formación dirigida a un público general, aunque entre los alrededor de veinte participantes abundan los perfiles relacionados con el sector agrario: "Tenemos varios ingenieros agrónomos, algún docente de materias relacionadas con agricultura, en definitiva, gente que había tenido algún contacto con estos aparatos como afición en la mayoría de los casos, pero que están buscando la manera de que les ayuden no solo en su vida, sino también en su ámbito profesional", describe Daniel Yuste, CEO y director de Operaciones de Delsat, empresa que imparte este curso.
Y es que este tipo de aparatos "ha venido para quedarse" y puede suponer, además, la apertura de un nuevo campo laboral. "Su crecimiento hará que surjan empresas de mantenimiento de estos aparatos, de especialización. Con el tiempo habrá que realizar algo parecido a las ITV…", vaticina Yuste.
Más eficiencia y calidad de vida
En el campo de la agricultura, los usos de estos aparatos pueden ser tantos como alcance la imaginación o el ingenio. "Tengo unos conocidos que trabajan en una finca sin cobertura y utilizan el dron para comunicarse cuando están lejos. Se escriben una nota y se la envían al otro, como si fuera una paloma mensajera", relata el máximo responsable de Delsat.
De hecho, la empresa participó recientemente en un proyecto con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) consistente en el uso de drones para guiar los rebaños en zonas de montaña. "No sustituyen a los pastores, pero pueden evitarles recorrer grandes distancias y hacer su trabajo más cómodo", explican desde la empresa.
Sin embargo, el uso más habitual es el de la obtención de fuentes de datos, que posteriormente son procesados por diversos programas que trasladan información a los agricultores para que puedan tomar sus decisiones. Unos datos que no tienen que ser necesariamente complejos: "Haciendo un trabajo para un cliente, el programa informático trasladó que, simplemente cambiando la manera de arar el campo, se podía ahorrar media hora de tiempo, algo que, una vez extrapolado a toda la explotación y a todas las labores, podía suponer un ahorro de entre 5.000 y 10.000 euros anuales", recuerda Daniel Yuste.
Agricultura de precisión
Quizá por ello la agricultura de precisión, algo que también se aborda en este curso, es el sistema en el que el uso de estos aparatos se optimiza al máximo. Esta estrategia de gestión de parcelas agrícolas es la que permite obtener por medio de los drones los datos para lograr la mayor rentabilidad, a través, entre otras cosas, de la reducción del uso de fertilizantes y fitosanitarios, por lo que el agricultor no solo está cuidando su bolsillo, sino también el medio ambiente.
