Habla y te diré tu origen. ¿Qué tiene el acento aragonés?

Reclamos publicitarios y la forma de hablar de algunos de personajes públicos han sacado a la palestra el debate de los acentos en España.

Escobar, capazo o ababol son palabras aragonesas.
Fotografía de recurso de fichas de letras.
Pexels

La discusión sobre los acentos aflora cada cierto tiempo. El deje de los presentadores de televisión, de ministras y de otros personajes de relevancia pública sugiere la controversia sobre si se tienen que percibir o, por si el contrario, es más adecuado una entonación neutra, que no denote las raíces. Por ejemplo, mientras una empresa cervecera hace gala del acento andaluz, no hay ni rastro de ese seseo, ceceo y yeísmo en el anuncio que la Junta de Andalucía ha preparado para el día de la Comunidad, el próximo 28 de febrero, un hecho que ha despertado la indignación en las redes sociales.

El acento delata el lugar de nacimiento o de origen de una persona, una herencia inmaterial. Según varios estudios realizados, el acento aragonés se caracteriza por una elevación del tono al final de la frase, que es mucho más abrupta que en español, y también se aumenta la duración de las últimas sílabas. Esos solo son algunos de sus rasgos. "El acento resultante de cada zona depende de muchos factores", avanza Javier Simón, profesor del Departamento de Lingüística y Literatura Hispánicas de la Universidad de Zaragoza, que sitúa el deje aragonés en toda la Comunidad. No obstante, en cada lugar se perciben leves variantes, influidas por los territorios vecinos, como Cataluña, Valencia o Cuenca, tal y como apunta la también profesora universitaria Rosa Castañer.

El origen de los antiguos moradores también repercute en la forma de hablar actual. "Depende de los poblados que hubo. Por ejemplo, los romanos que llegaron a cada zona trajeron un latín distinto. También los celtas o los íberos. Además, en el caso de Aragón hay bastante influencia de los antiguos pueblos vascones y del norte del Pirineo, que guardan similitud de entonación -analiza Simón Casas-. Y en menor medida árabes, francos...".

Este docente de la Universidad de Zaragoza, uno de los pocos investigadores del acento aragonés, relaciona la entonación con la musicalidad. "Cuando hablamos tenemos unas melodías vocales. La diferencia con la canción es que entonces se cambia directamente de una nota a otra. Mientras que en la entonación no se modifica, se sube la nota", explica este miembro del Departamento de Lingüística y Literatura Hispánicas.

"Esa melodía cuesta mucho perderla (...). El acento es lo último que se pierde"

"Esa melodía cuesta mucho perderla. Te vas fuera y perderás tu vocabulario, tal vez la sintaxis, pero el acento es lo último que se pierde. Siempre quedarán restos de esa musicalidad", indica Simón Casas. Este planteamiento lo apoya con una reflexión de Navarro Tomás, lingüista que hizo estudios en fonética y entonación: "Lo consideraba la parte más íntima del idioma y lo último que se perdía".

Lo último que pierde y "lo primero que se adquiere". Los expertos sitúan en torno a los dos años la edad cuando se fija el sistema de sonidos de una lengua. A pesar de ello, el acento está en extinción: "Por lógica se acabará perdiendo", sostiene Simón Casas. Esa misma idea la comparte también Rosa Castañer: "Tengo la impresión de que está desapareciendo. En Zaragoza viven estudiantes de fuera, residen personas de otras comunidades autónomas...". ¿Cuáles son los motivos? "Hay mucha presión social. Lo que se sale del español estándar, parece que cierra cada día más puertas", responde el profesor universitario. Este experto en los acentos ve una similitud de minoría con las lenguas propias, que en Aragón solo sobreviven en algunos rincones de la Comunidad. Además, "tan válido es el acento aragonés como el de Madrid, el de Burgos, el de Castilla o el que sea", reivindica Simón.

Las connotaciones sociales de los acentos difieren de uno a otro. En este sentido, el deje aragonés se ha "estereotipado", manifiesta Castañer. Simón Casas lo ejemplifica con 'La ciudad no es para mí', una obra escrita por Fernando Ángel Lozano, pseudónimo del aragonés Fernando Lázaro Carreter, y que más tarde saltó a la gran pantalla con Paco Martínez Soria. La interpretación del turiasonense y su forma de llamar a su nuera, Luciana, se asemeja con el anuncio de la llegada de los prefijos telefónicos, protagonizado por un vecino de Calatayud.

"El acento es tu tesoro, no lo pierdas nunca"

Unas tres décadas más tarde, el acento vuelve a ser un recurso publicitario. No obstante, en la campaña de la cerveza andaluza no solo se refieren al acento como "forma de hablar", sino también a los pequeños gestos y a aspectos del carácter. La realidad virtual de una folclórica invita a "manosear tus raíces, que de ahí siempre salen cosas buenas". "El acento es tu tesoro, no lo pierdas nunca", concluye la promoción cervecera.

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