campaña de vacunación

El Hospital Miguel Servet reduce el ritmo de la campaña al recibir esta semana 1.500 unidades menos de las previstas

Ante la reducción del suministro de viales de Pfizer, han tenido que reprogramar las inoculaciones, y reservar solo dos días -martes y jueves- en lugar de los cuatro previstos inicialmente.

Vacunación entre sanitarios en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Vacunación entre sanitarios en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Francisco Jiménez

El Hospital Miguel Servet de Zaragoza se ha visto obligado esta semana a reducir el ritmo de vacunación contra la covid a los profesionales sanitarios, al recibir unas 1.500 dosis menos de las previstas al comenzar esta campaña. De hecho, ante la reducción del suministro de viales de Pfizer, han tenido que reprogramar las inoculaciones, y reservar solo dos días -martes y jueves- en lugar de los cuatro previstos inicialmente.

De esta manera, según fuentes hospitalarias, esta semana se recibieron cerca de 1.000 vacunas. Este centro sanitario comenzó el lunes 18 de enero a vacunar a sus más de 8.000 trabajadores, empezando por el personal más expuesto al riesgo de contagio, como Urgencias, plantas destinadas a enfermos de coronavirus, ucis, laboratorio de Microbiología o servicio de Radiología y Prevención de Riesgos Laborales, entre otros, para continuar después con el resto de unidades. Y lo hizo a un ritmo de 2.532 dosis semanales. Para ello, se habilitaron cuatro boxes en el área de extracciones, en la planta calle del edificio de consultas externas. Con esas cifras, el objetivo que se había marcado el hospital era poder vacunar a todos los empleados en seis semanas. El Servet prevé continuar el lunes con la vacunación, y el número de personas que se inoculará dependerá de las dosis que lleguen.

Las Policías Locales, en mayo

Por otra parte, la consejera de Sanidad, Sira Repollés, manifestó este jueves que los agentes de las Policías Locales se vacunarán junto al resto de las fuerzas del orden "en la segunda etapa de la campaña de vacunación, como el resto del personal esencial, tras los mayores de 80 años y seguramente después de los mayores de 65. Sería más realista hablar de mayo", adelantó. Respondió así a una pregunta parlamentaria de la diputada del PP, Ana Marín, sobre que no se incluyera a este colectivo en esta fase, unas manifestaciones que, según aseguró Repollés, su Departamento no ha emitido "ni verbalmente ni por escrito".

Además, Marín preguntó a la consejera por qué el personal del 061 de Teruel recibió una comunicación para desplazarse a Zaragoza a recibir la vacuna. Repollés negó que esto haya ocurrido y achacó esa información a "rumores y manifestaciones interesadas".

"La situación está empeorando a una velocidad de vértigo"

Por otro lado, la presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Concha Ferrer, aseguraba que la situación de Aragón "se está complicando a una velocidad de vértigo". "Están apareciendo positivos al por mayor. La preocupación es total. No alcanzamos el nivel de otras comunidades, pero es que aquí no hemos tenido ni un minuto de descanso", recordó.

El sistema sanitario empieza a soportar ya "cifras muy elevadas", con un alto riesgo de "bloquearse". "Hace apenas unas semanas había 400 ingresos y ahora hay más de 700. Lo mismo ocurre con las uci. Empezamos el mes con poco más de 40 camas ocupadas y actualmente se superan las 80", dijo. Todo esto, aseguró la presidenta del Colegio de Médicos, obliga a insistir en la responsabilidad "personal".

En su opinión, "se ha bajado la guardia". "Imágenes como las del concierto improvisado de la calle de Alfonso I resultan lamentables en una situación como la que nos encontramos", aseveró.

El Colegio ya se ha ofrecido en múltiples ocasiones al Gobierno de Aragón, pero "cada vez hay más desánimo y menos capacidad para ofertar nada". El cansancio, aseguró Ferrer, también empieza a hacer mella en los hospitales. "La gente está agotada. Está viendo que se les viene otra debacle. Una situación de estrés transitorio se puede sobrellevar, pero no una de estrés mantenido. Hay servicios que no han bajado nunca a unas cifras que pudieran considerarse normales", afirmó.

"La gente está agotada. Está viendo que se les viene otra debacle. Una situación de estrés transitorio se puede sobrellevar, pero no una de estrés mantenido"

Los peores datos están, lógicamente, en las ucis, donde las estancias tienden a superar los 20 días y, a menudo, presentan multitud de complicaciones. Pero el alto número de ingresos tiene, además, otros efectos, ya que hay personas pendientes de una intervención que siguen esperando y precisan de una vigilancia estrecha.

El Colegio de Médicos pide al Gobierno de Aragón una supervisión "estricta" del cumplimiento de las medidas sanitarias y las restricciones horarias y de movilidad. "No se puede poner un policía en cada casa, pero sí evitar ciertos grupos y reuniones", planteó. También instó a agilizar, dentro de las posibilidades, la campaña de vacunación, principal salvaguarda de la población de mayores. "Son un colectivo que nos preocupa mucho. Hay personas que están muriendo en su domicilios y no nos enteramos", advirtió.

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