El rastro de regalos de amigos invisibles sin fronteras que nació en Canfranc

Así ha resultado la segunda edición del #Instaamigoinvisible aragonés en el que han participado más de 500 personas de todo el mundo.

Débora, desde Madrid, y María, en Córdoba, con sus regalos
Débora, desde Madrid, y María, en Córdoba, con sus regalos
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Hace unas semanas contábamos en HERALDO la iniciativa de una aragonesa que, desde Canfranc, lanzaba un amigo invisible a través de las redes sociales con 500 participantes de todo el mundo. Patricia Parra (@patt_alohajuice) organizaba la segunda edición de su #Instamigoinvisible a través de Instagram en apoyo al comercio local de cada uno de los lugares de las participantes. ¿El lema?: ‘Compra pequeño, regala a lo grande’.

"Las redes sociales se han transformado en lugares impersonales. Quería juntar a gente que viviese una experiencia más real y se me ocurrió que un amigo invisible era una buena idea", explicaba Patricia. Hoy, participantes de distintos puntos de Aragón, Madrid, Galicia, Andalucía o País Vasco, así como de Canadá, Francia, China o Ámsterdam, han podido disfrutar de regalos originales y locales llegados de todo el mundo. Una iniciativa que, en sus propias palabras, en un año como este es "más necesaria que nunca pues necesitamos sonreír a la vida".

Además, con el objetivo de dar a conocer distintos rincones del mundo -y sobre todo de Aragón- a los participantes, Patricia decidió incluir la recomendación de enviar una postal de cada localidad. "Mi objetivo no es otro que crear una comunidad donde hemos coincidido gente bonita de diferentes lugares a la que nos unen unos mismos intereses, valores y una forma de ver la vida. Queremos sorprender y que nos sorprendan, sin prejuicios", admite.

"Mi objetivo es crear una comunidad donde hemos coincidido gente bonita de diferentes lugares a la que nos unen unos mismos intereses, valores y una forma de ver la vida"

De los 537 regalos enviados hasta el 21 de diciembre, la gran mayoría ya ha podido abrir los suyos. "Tan solo quedan 50 personas pendientes de recibir el suyo, sobre todo quienes viven en otros países", explica. Precisamente por eso, otro de los requisitos era enviar el regalo certificado con localizador para poder reclamarlo en caso de que se pierda y saber dónde está en todo momento.

En su caso, a Patricia le tocó Andrea, una joven de Amurrio (Álava), a la que le envió la novela ‘Volver a Canfranc’, adquirida en el municipio, chocolate de la Confitería Echeto de Jaca -una de las más antiguas de Aragón-, una trenza de Huesca de Pastelería Loa, un queso de ‘O Xortical’, del valle del Aragón y una taza de cerámica del espacio Horst de Zaragoza. "Añadí un par de postales en las que le contaba la historia de mi valle, una de la estación de Canfranc y otra del Somport", indica. A su vez, ella recibió un regalo de Leire, de Motrico, (Guipúzcoa). "Me envió un queso de la zona, txakoli, un bolso de una marca local, unos pendientes y un libro histórico de su zona", afirma.

Tras ser conocedora de esta original iniciativa, servidora no pudo resistir la tentación de participar. El hecho de hacer feliz a un desconocido, así porque sí, me resultaba una idea de lo más sugerente. Así daría con mi amiga invisible, una chica natural de Asturias, aunque residente en Dublín desde hace años.

El regalo de Patricia minutos antes de ser enviado desde Canfranc
El regalo de Patricia minutos antes de ser enviado desde Canfranc
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Fue una compañera de redacción, Nuria, quien me recomendó regalar unos paturros. Qué mejor que enviar unos patitos de goma vestidos de baturros hasta Irlanda. Mi regalo lo completaban algunos dulces típicos y unos calcetines ‘paturros’ que Raúl de Jesús, dueño del comercio, decidió añadir al regalo. "Cuando supe de la iniciativa no lo dudé, quería participar de alguna forma en una actividad tan original sobre todo en unas Navidades tan raras como estas así que propuse sumarme a este regalo y aportar mi granito de arena para hacer feliz a alguien que no conoces de nada. Me parecía algo muy bonito", asegura el zaragozano.

"Cuando supe de la iniciativa no lo dudé, quería participar de alguna forma en una actividad tan original sobre todo en unas Navidades tan raras como estas"

En mi caso, el pasado 29 de diciembre tuve la suerte de recibir mi regalo. Recuerdo la emoción de ir a la oficina de correos, recibir una caja envuelta en un papel dorado y llegar a mi casa agitando la caja -con sumo cuidado, claro- para ver si averiguaba qué podía haber dentro. Fue como volver a ser niña, otra vez. Sin embargo, lo mejor estaba en el interior.

Ilusiones compartidas entre desconocidas

Mi amiga invisible, Déborah Rey, resultó ser una diseñadora gráfica e ilustradora madrileña con mucho arte. Mi regalo consistió en uno de los primeros diseños de su nuevo trabajo, un tapiz con el mensaje ‘Life goes on’, - "un mensaje que tanto me ha ayudado en momentos difíciles en la vida", explicaba- además de un bote con chocolates, elementos decorativos navideños y una postal de la Puerta del Sol, una creación de la artista Berta Mallenco. "Este regalo es el resultado de mi próximo proyecto. Aún no ha visto la luz, así que serás la primera persona en tenerlo y te parecerá una tontería, pero a mi me hace ilusión que sea así", explicaba en una carta.

Débora me contaba que también intentó participar en la primera edición, pero no llegó a tiempo, así que este año no se lo pensó dos veces. "Me parece una iniciativa súper bonita para conectar a la gente más allá de las pantallas de nuestros móviles y de las redes sociales. Es muy emocionante, desde que recibes a la 'instamigui' a la que vas a regalar, preparar el regalo, cuando le llega, cuando te llega el tuyo y la conoces... Yo lo he vivido con mucha ilusión", admite.

Segunda edición del #Instamigoinvisible a través de Instagram
Segunda edición del #Instamigoinvisible a través de Instagram
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Regalar una parte de ti

A su vez, la madrileña recibía un regalo de María Martínez, estudiante de Trabajo Social de natural de Córdoba, también muy gastronómico. "Al enterarse de que yo era vegana, me envió una selección de productos naturales y ecológicos de su tierra: té de frutas del bosque, de roíbos y de chocolate, dátiles, frutos secos, turrón de almendra, pasta artesana de moringa y patatas artesanales cordobesas. Y yo feliz con tantas cositas para saborear".

"Sentí ilusión por conectar con personas de diferentes lugares y ver cómo se crea la magia"

Por su parte, la andaluza asegura que "quise meterle tantos productos típicos de mi tierra que pensaba que la caja iba a explotar" -bromea-. En su caso, ya había participado en la primera edición del #instaamigoinvisible y reconoce que fue "un amor a primera vista". "Sentí ilusión por conectar con personas de diferentes lugares y ver cómo se crea la magia. Patt, siempre me ha inspirado creatividad, paz y la pasión por lo ‘handmade’ y por la naturaleza. Esa mezcla es sin duda increíble", afirma.

En cuanto a su regalo, llegado desde Sabadell, recibió varios productos típicos de la zona y tres coleteros artesanos con sus colores favoritos, así como un cofre en forma de caramelo con monedas de chocolate dentro. "El regalo incluía unas velas naturales que huelen de muerte", concluye.

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