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La tradición del amigo invisible en 2020, más invisible que nunca

Telemático, manual o apostando por el comercio de proximidad. Este año marcado por la pandemia la tradición navideña será más invisible que nunca.

Patricia Parra organiza su Instamigoinvisible desde Canfranc.
Patricia Parra organiza su Instamigoinvisible desde Canfranc.
C. I.

Desde su llegada el pasado mes de marzo, la pandemia lo ha cambiado prácticamente todo en nuestras vidas. Sin embargo, algunas tradiciones se resisten y abren paso, logrando adaptarse a estos tiempos marcados por la covid-19. Imaginación al poder y sobre todo muchas ganas de seguir repartiendo ilusión, aunque sea en la distancia, son algunos de los elementos característicos de quienes han optado por adaptar la famosa tradición del amigo invisible a la era del coronavirus.

Un ejemplo es el de César Grañena, vecino de Alagón, que cada año se reúne con varias parejas de su cuadrilla la noche de Reyes para intercambiarse estos regalos. “Aprovechas para pasar una noche diferente, disfrutar de una cena y pasar un buen rato. Algo que este año va a ser imposible”, lamenta. Sin embargo, han decidido mantener la cita, eso sí, a través de la plataforma ‘Zoom’ y sin salir de casa. “Uno de nuestros amigos se ha encargado de repartir los nombres y vamos a enviar los regalos a domicilio”, explica Grañena.

Cada año también hay muchos centros escolares que animan a sus alumnos a celebrar este día. En algunos casos, como en el centro Torre Ramona de la capital aragonesa, la profesora de 5º de primaria Susana Villuendas ha decidido adoptar las medidas necesarias para no perder una de sus tradiciones favoritas. “Este año cada niño trae un regalo, el que quiera, y lo dejamos envuelto en una caja en cuarentena. El día 21 de diciembre, antes de que se vayan a sus casas, lo repartiremos”, explica la tutora.

Sin embargo, en este caso el regalo irá sin nombre -una de las características básicas de este juego- y cada uno de ellos cogerá un paquete por lo que los regalos serán menos personales. “Es algo diferente porque no puedes personalizar el detalle. Este año será invisible, invisible, aunque la ilusión será la misma”, reflexiona.

También nos topamos con ejemplos de amigos invisibles que, sin quererlo, se adelantaron a la era covid hace tiempo. Este año, simplemente, se limitan a hacer lo que más les gusta: repartir ilusión en la distancia.

Es el caso de la iniciativa del colectivo Ladrones de cuadernos, un grupo de dibujantes que, capitaneados por Manuel Soler, cada año regalan un cuaderno personalizado de dibujo a otro artista de España. “La idea es decorar las primeras páginas con algún trabajo tuyo, y enviarlo a la persona que te ha tocado para que siga con el resto”, explica Antonio Maestro, uno de los participantes que no falla ni un año desde 2017.

Cuaderno de Amigo Invisible 2019.
Cuaderno de Amigo Invisible 2019.
C.I.

“Nos llega un mensaje con el nombre de nuestro amigo invisible y un correo postal y tú te preocupas de elegir el cuaderno, engalanarlo y enviarlo. Es muy emocionante”, advierte. Desde hace siete años, cuando arrancó esta iniciativa, participan artistas de Alicante, Barcelona, Cuenca, Madrid o Valencia, así como de varios puntos de Aragón.

De Canfranc al mundo, en apoyo al comercio local

Desde Canfranc, la aragonesa Patricia Parra (@patt_alohajuice en Instagram) organiza su Instamigoinvisible en el que este año participarán más de 500 personas de todo el mundo. Se trata de la segunda edición de este amigo invisible a través de la red social Instagram. En esta ocasión la temática es el comercio local.

“Las redes sociales se han transformado en lugares impersonales. Quería juntar a gente que viviese una experiencia más real y se me ocurrió que un amigo invisible era una buena idea”, explica. Y vaya si lo fue. Tanto que pronto comenzó a sumarse a la iniciativa gente de distintos puntos de España, y del mundo. Sin ir más lejos, en esta edición participan personas de todo Aragón, Madrid, Galicia, Andalucía o País Vasco, así como de Canadá, Francia, China o Ámsterdam.

“Necesitamos sonreír a la vida”

Este año, cada persona debe enviar un detalle adquirido en un comercio local de su localidad e incluir una postal escrita a mano. “Los envíos se realizarán del 7 al 21 de diciembre. La gente tiene mucha ilusión. Creo que este año que está siendo tan difícil para todos, iniciativas como estas hacen más falta que nunca porque necesitamos sonreír a la vida”, afirma.

En el caso de la oscense Miriam Julián, de Villanúa, será su primer amigo invisible: “La verdad que me pareció una forma muy interesante de usar las redes y de reivindicar la vida de los pueblos chiquititos”. Además, en su opinión, el hecho de que se apueste por el comercio de proximidad es otro aliciente en un momento tan complicado para los negocios y en el que la movilidad está tan limitada. “Es una manera de darle un poco de color a este año tan gris y de recordar que, a pesar de todo, todavía quedan humanidad y esperanza”, concluye. 

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