jugueterías

"Ajetreados" emisarios reales en busca del Baby Yoda o de la Barbie en silla de ruedas

Las jugueterías de Zaragoza viven horas de arduo trabajo. Los Playmobil, los juguetes de madera o las muñecas continúan siendo un fuerte de las cartas reales, no tanto como los juegos relacionados con la covid.

Mariquitas Pérez en Kits, en Zaragoza.
Mariquitas Pérez en Kits, en Zaragoza.
HA

Los camellos de los Reyes Magos se preparan para su noche más larga y los emisarios están haciendo horas extra. No se ven a simple vista, pero, si se observa con detenimiento, se descubren pegados a los escaparates de jugueterías, dibujando una estela entre los pasillos -donde se mueven con rapidez- o esperando en la caja para pagar. Poco a poco, van tachando las peticiones en las cartas de sus majestades de Oriente.

Predominan los encargos de última hora, pero estos pajes empezaron su labor antes de diciembre, según confiesan, "por si había otro confinamiento". Además, también ha aumentado las compras por internet. "Esta Navidad, hemos notado que las ventas en nuestra página web han subido muchísimo y en la tienda han sido menos que otros años", dice Isabel Cebrián, directora de tienda de Abracadabra, en Zaragoza.

El exitoso Baby Yoda, que se ha agotado varias veces esta Navidad.
El exitoso Baby Yoda, que se ha agotado varias veces esta Navidad.
HA

"Ahora están bastante ajetreados", confirman en este comercio de la Gran Vía de la ciudad. Sin pausa, pero decididos: "Vienen buscando lo que no encuentran en ningún sitio porque está agotado. También hay algunos que vienen para completar lo que les han pedido". En esas cartas hay varios juguetes que se repiten. El Baby Yoda interactivo -un "bum"-, El Laboratorio de Rotuladores, Barbie en silla de ruedas, el armario de esta famosa muñeca o su coche teledirigido. A los que se suman los juegos de mesa clásicos, que ya no se ven en las estanterías. "El Trivial o el Cluedo están agotados. Tampoco queda Fantasma Blitz, Exploding Kittens, Toma 6, Aventureros al tren o Dixit", comenta esta juguetera.

Desde el sector consideran que el confinamiento ha marcado esta tendencia con opciones para jugar en casa y en familia. También el coronavirus, según han comprobado en Abracadabra: "Tenemos un centro médico de Bellies para saber si los muñecos están contagiados, juegos de ciencia que enseñan a confeccionar mascarillas o a elaborar jabón, cuentos sobre la covid o una Nancy con mascarilla que se agotó hace tiempo". Sin embargo, tal y como apuntan, predominan los emisarios que prefieren dejar a un lado el virus y apostar por regalos que poco tengan que ver con la pandemia.

Algunos de los juguetes relacionados con el coronavirus.
Algunos de los juguetes relacionados con el coronavirus.
HA

Estas novedades conviven con reductos que se han encontrado bajo el árbol de Navidad varias generaciones: bebés de Nenuco, cajas de Playmobil y de Lego o muñecas de Barbie. Pocoyo, Patrulla Canina o Pepa Pig se han convertido en clásicos y han resurgido otros que hacía tiempo que no vestían los catálogos, como lo relacionado con el mundo Harry Potter o las familias de Sylvanian -esos animalitos de terciopelo que fueron populares en los ochenta y noventa del pasado siglo-. Las series también marcan la moda de los juguetes: "Este año, con 'Gambito de Dama', se han vendido más ajedreces que otras Navidades", indica Cebrián.

guiro
Uno de los cochecitos que se pueden encontrar en la juguetería de la calle de Jorge Guillén.
Guiro

Los juguetes que se encuentran en Guiro no se promocionan en anuncios de televisión, pero los Reyes Magos los conocen y ya se han pasado varias veces por esta tienda de la calle de Jorge Guillén, en el barrio del Actur. "Para mí ha sido una campaña normal porque no trabajamos con los juguetes convencionales, estamos enfocados a otro tipo de cliente. Vienen con ideas claras, nosotros les aconsejamos y ellos deciden”, explica Pilar Zarazaga, propietaria del establecimiento donde se encuentran alternativas tradicionales, pero vanguardistas y sostenibles.

Iconos de la infancia

Los camellos de Melchor, Gaspar y Baltasar saben lo que pesan los trenecitos y las casas de muñecas de Kits, en la calle Mayor de la capital aragonesa. Como reza su lema, es una "juguetería para mayores", especializada en el modelismo, un sector que ha cambiado en el casi medio siglo que lleva abierta esta tienda.

"Los trenes es un clásico, pero está en un momento un poco de baja. Requiere mucho sitio y ahora las casas son cada vez más pequeñas y, además, no hay cultura ferroviaria en España. Se tiende a soterrar el tren y las estaciones parecen aeropuertos. Como afición para adultos, se mantiene, pero ha desaparecido como juguete convencional", examina Ricardo María Martínez, ligado desde niño a la juguetería.

Uno de los trenes de Kits, en Zaragoza.
Uno de los trenes de Kits, en Zaragoza.
HA
"Los confinamientos perimetrales han bloqueado mucho las ventas"

Al margen de la tendencia general, en Kits opinan que la campaña navideña ha sido "atípica" y "rara". "Tenía unas expectativas todavía peores, pero se está comportando. Observo que, en el caso del regalo dentro del grupo familiar, las cartas están llegando. Lo que se nota mucha falta es de clientes de fuera", analiza Martínez. En el mostrador de este comercio se solía atender a personas de Huesca, Teruel y pueblos aragoneses, también de Madrid y Barcelona. "Los confinamientos perimetrales han bloqueado mucho las ventas", añade este juguetero. No obstante, han podido salvar de alguna forma esa carencia de público: "Creo que no ha ido tan mal porque esa falta de clientes de fuera se ha suplido un poquito con gente que quería estar entretenida en su casa y que la televisión o internet no cumplían todas sus expectativas". Tras el levantamiento del confinamiento de primavera vieron cómo aumentó un "poquitín" las ventas para personas que buscaban un entretenimiento para casa.

Casas de muñecas de Kits, en Zaragoza.
Casas de muñecas de Kits, en Zaragoza.
HA

En las calles de la ciudad cada vez quedan menos establecimientos de estas características. Bazar Martínez, en la calle de Bernardo Fita, vivió su última Navidad el año pasado y poco antes cerró Trenexpreso, en la Gran Vía.

Las figuras de Playmobil es un buque de estos días y en Zaragoza se puede encontrar un templo de estos juguetes, donde varias generaciones de una misma familia se convierten en niños. Expositores o estanterías con cajas es la carta de presentación de esta tienda. Piratas, animales, personas ataviadas como en la época victoriana o astronautas pueblan una amplia mesa en el centro.

Ignacio José Ramón, en su tienda de productos de Playmobil.
Ignacio José Ramón, en su tienda de productos de Playmobil.
HA

Miniaturas de Enrique Bunbury, Harry Potter o Pelé comparten estantería en la tienda de Ignacio José Ramón, en el camino de Gabaldós. También motoristas de la Policía de Zaragoza, agentes de la Guardia Civil, de varias unidades de la Policía Nacional, parejas de baturros, oficios, de novios, jugadores de baloncesto, personajes de series, cantantes o futbolistas. Maradona ya no, se ha agotado. "Hay ventas que me han sorprendido, como una vez que vendí una moto de Correos para Corea del Sur", recuerda este comerciante.

Un motorista de la Policía de Zaragoza o Bunbury, en Playmobil.
Un motorista de la Policía de Zaragoza o Bunbury, en Playmobil.
HA

Él jugó con los famosos 'clicks' y ahora se dedica a venderlos y a personalizarlos al detalle. Le visitan los emisarios desde hace días. "Vengo en busca de estos", le enseña un paje en el móvil. Ramón le aconseja y al final sale de su tienda con un par de figuras que él mismo ha diseñado.

Al parecer, por la actividad de esta semana en las jugueterías, los niños de Zaragoza se han portado bastante bien, aunque no hay que bajar la guardia: entre las bolsas de juguetes también asomaba algún saquito de carbón.

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