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La Nochevieja y su efecto multiplicador de los contagios auguran una nueva ola de covid en Aragón

Las reuniones de fin de año, más festivas y con personas diferentes a las de los días 24 y 25, provocarán un crecimiento "exponencial" de los casos, según los expertos.

Enrique Bernal, Alberto Jiménez Schuhmacher y Nacho de Blas.
Enrique Bernal, Alberto Jiménez Schuhmacher y Nacho de Blas.
Heraldo

La Nochevieja marcará, en buena medida, el grado de inclinación de la cuesta de enero del coronavirus. Porque a estas alturas nadie duda de que en las próximas semanas la pandemia vivirá un nuevo repunte. Dentro de la Navidad, el fin de año tiene un carácter propio, más festivo que la Nochebuena y, en algunos casos, con otro tipo de reuniones (con amigos en vez de con familiares). Los expertos alertan de que estos dos ingredientes son una peligrosa base para cocinar un “aumento exponencial” de los casos en enero.

Al contrario de lo que ha pasado en otras comunidades, Aragón no ha endurecido sus restricciones para Nochevieja: se permiten las entradas y salidas de la Comunidad para los reagrupamientos familiares, así como las reuniones familiares de hasta diez personas los días 31 y 1. El toque de queda de madrugada se deja a la 1.30.

Y eso que el punto de partida al que se llega a la última noche del año no es precisamente bueno. Estos días se empiezan a notar los efectos de las reuniones de compañeros de trabajo o estudios previas a la Navidad, y poco a poco también van llegando las consecuencias de la Nochebuena. Aunque hay que esperar unos días para confirmar la tendencia en cuanto al número de casos, el índice reproductor del virus (que indica a cuántas personas contagia cada infectado) está ahora en 0,96, por lo que hay “un riesgo alto de duplicación de casos”, según apunta el investigador del IACS y colaborador de la OMS Enrique Bernal.

Tampoco son buenos los datos que llegan desde las urgencias de los hospitales, donde esta semana se detecta un repunte de las atenciones a sospechosos de covid: “Antes de las fiestas estaba en 48-55 posibles casos diarios, y ahora lo vemos en 55-70”, apunta Bernal. Con estos y otros indicadores más, el programa de inteligencia artificial con el que trabaja este investigador augura “un riesgo alto de entrar en una nueva ola en enero”, aunque aún no se pueda prever la altura que alcanzará.

En Nochevieja "tendemos a relajarnos más"

La fiesta de fin de año tiene un carácter especial, en el que “estamos más desinhibidos” y “tendemos a relajarnos más”, como señala el investigador aragonés Alberto Jiménez Schuhmacher. “La incidencia habrá aumentado para Nochevieja. Hay que evitar que se siga disparando porque luego los contagios no se suman, sino que tienen un crecimiento exponencial: de un caso pasas a 3, luego a 9, luego a 27… No hace falta más que unos pocos malos comportamientos para que esto se desmadre”, advierte.

Ese efecto multiplicador es el peligro del fin de año. “La gente que haya contraído el virus en Nochebuena será contagiadora en Nochevieja, posiblemente de forma asintomática”, señala el epidemiólogo Nacho de Blas. En algunos casos, los comensales van a cambiar respecto al día 24, porque hay quien se va a juntar con la otra parte de la familia o con amigos. Este profesor de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza observa que “el peligro de que se junten los jóvenes en Nochevieja es que luego volverán a sus casas, se juntarán con sus familias en Reyes, irán a recoger los regalos a casa de los abuelos...”. Lo harán, nuevamente, en el momento en el que serán plenamente contagiadores si han contraído el virus en Nochevieja.

"Después de Navidad la situación será como después del Pilar, solo que ahora estamos un poco peor que entonces", advierte Bernal

A esto, Enrique Bernal añade dos circunstancias que se producirán inmediatamente después: la vuelta de los universitarios a sus lugares de estudio y el retorno a la presencialidad de los alumnos de la ESO, lo que añadirá un ingrediente más de movilidad al panorama previo a las fiestas. “Es algo parecido a lo que pasó tras el puente del Pilar, solo que ahora estamos un poco peor que entonces -en cuanto a número de casos-”, advierte Bernal.

Por eso, Jiménez Schuhmacher cree que algunas costumbres de fin de año esta vez tienen que cambiar: “No puede ser que por la mañana me tome el vermú con seis personas, por la tarde quede con seis diferentes y me junte a cenar con otros diez”. “Es comprar muchos boletos para que te toque la lotería (del coronavirus)”, coincide Nacho de Blas. “Juntarse seis o diez personas y tomar copas en Nochevieja entraña un riesgo menor que ir a una discoteca como otros años, sí, pero sigue siendo un peligro importante”, concluye Bernal.

Por eso, todos tienen claro cuál es la pauta a seguir. “Lo ideal es que te juntes solo con las personas con las que convives”, dice De Blas. Se trata de un esfuerzo importante, pero necesario, ya que “aquellas personas que se contagien y fallezcan serán muertes evitables, porque ya sabemos qué riesgo existe y empezamos a tener vacunas”, completa Jiménez Schuhmacher.

En caso de que la celebración se amplíe fuera de los límites del hogar, las recomendaciones son “usar mascarilla el máximo tiempo posible, que haya una corriente continua de ventilación y acortar al máximo la reunión”, concluye el investigador principal del grupo de Oncología Molecular del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón.   

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