2021: año jacobeo

2021, Año Jacobeo: "El Camino de Santiago ha superado otras pandemias y circunstancias tan difíciles como esta"

Aragón confía en que el turismo por el Año Jacobeo 2021 se anime a partir del verano. Ante las restricciones de movilidad, muchos albergues prefieren no abrir en el inicio del Año Santo, aunque los peregrinos pueden pasar en tránsito por los territorios perimetrados.

El inicio del tramo Camino francés por Aragón, en el puerto del Somport.
El inicio del tramo Camino francés por Aragón, en el puerto del Somport.
Heraldo

Será un año complicado para todo y, también, para peregrinar. Aunque 2021 sea Año Santo, no se esperan grandes aglomeraciones de peregrinos haciendo el Camino de Santiago. La vertiente aragonesa, la rama de la ruta francesa que entra por Somport y se divide en dos ramales en Puente la Reina de Jaca hasta confluir de nuevo en Sangüesa, poco a poco comienza a desperezarse con motivo del año compostelano. No obstante, “en invierno son pocos los peregrinos que pasan por aquí, la cosa empieza a animarse en primavera y verano”, explican los gestores de los alojamientos de la ruta. Habrá que ver si para entonces la pandemia ha dado un respiro y el efecto inmunizador de las vacunas empieza a notarse.

“El verano pasado fue horroroso y ahora estamos a la espera de instrucciones. De momento, tenemos abierta la cafetería y estamos limpiando y dejando todo preparado, pero tendrán que pasar las Navidades para ver cómo evolucionan las restricciones”, comenta Nieves Galindo, responsable del albergue Aysa, en la primerísima etapa del Camino francés por Aragón.

Estos días basta con buscar información por internet para ver que muchos alojamientos de la ruta peregrina permanecen cerrados aunque en apenas tres días comience el Año Santo. En otros, los que sí están abiertos, al tratar de hacer una reserva ‘online’, salta un mensaje con un listado de ‘aclaraciones y recomendaciones covid’. En esta alerta se recuerda que muchas instalaciones comunes están fuera de uso o que el número de plazas disponibles puede variar como consecuencia de las reducciones de aforo. También se explica que, aunque existen confinamientos perimetrales, si un peregrino está haciendo el Camino puede presentar su pasaporte compostelano y no debería tener problema al cruzar de una provincia a otra.

Nieves Galindo, responsable del albergue Aysa, en la primera etapa aragonesa.
Nieves Galindo, responsable del albergue Aysa, en la primera etapa aragonesa.
Rafael Gobantes

En el Gobierno de Aragón también están a la expectativa de ver cómo evoluciona la pandemia. De momento, esperan poder celebrar el Año Santo abriendo todas las iglesias del recorrido y proponiendo algunas acciones gastronómicas en las comarcas por las que pasa la ruta, aunque éstas habrán de concretarse más adelante. De hecho, la DGA se suma a las acciones de promoción del Año Santo y la noche del 31 de diciembre en la fachada de la basílica del Pilar (que forma parte de la ruta jacobea del Ebro) podrán verse luces y proyecciones alusivas al apóstol. “El Camino es un producto turístico sostenible que viene alineado a la estrategia de sostenibilidad turística aprobada por el gobierno aragonés”, explicó hace unas semanas Elena Allué, directora general de Turismo. Añadía que se trata de una propuesta “de contacto con la naturaleza, que reúne los requisitos de seguridad que la covid nos ha impuesto a las instituciones públicas”.

“Tenemos el cerebro licuado de leer tantos ‘boes’ y ‘boas’ para saber a lo que atenernos, pero entendemos que con una pandemia mundial es lo que toca: hay que cumplir las normas”, apunta Jorge Arrufat, responsable del albergue Tritón, de Villanúa. En su caso, el verano pasado sí fue de atender numerosas pernoctaciones y “afortunadamente eso luego no tuvo mucha incidencia en los contagios a nivel comarcal”, explica, al tiempo que augura que será en verano “o quizá ya en septiembre y octubre” cuando se vean más huéspedes con bordones y vieiras.

"Tenemos el cerebro licuado de leer tantos ‘boes’ y ‘boas’ para cumplir con todas las normas"

Los gestores de los establecimientos ubicados en el Camino aragonés explican que con las nieves y las bajas temperaturas los primeros meses de 2021 no esperan gran cosa. “Y eso que el último Año Santo fue en 2010, con lo que hay peregrinos que llevan más de una década esperan el momento de calzarse las botas y echarse kilómetros a las espaldas”, comentan. No obstante, también es cierto que hace once años la efeméride apenas se dejó notar y, por ejemplo, por el albergue de Jaca pasaron 4.000 personas (y la mitad de nacionalidad española) que es una cifra similar a la de cualquier otro año. Los meses de mayor afluencia fueron mayo y agosto, mientras que los más flojos fueron enero y diciembre. “Es una ruta que a lo largo de los siglos ha superado otras pandemias y circunstancias tan difíciles como esta, así que la covid no será una excepción”, apuntan en los pueblos ‘embajadores’.

Reunión sobre el Camino de Santiago y el Año Jacobeo en Jaca
Reunión sobre el Camino de Santiago y el Año Jacobeo en Jaca, el pasado mes de octubre.
L. Z.

Los hosteleros valoran positivamente que, ante la incertidumbre del año entrante, varias asociaciones hayan solicitado que el Año Santo se prorrogue hasta 2022 aunque, de momento, el Papa -que es quien tiene la competencia de autorizar esta prórroga- no se ha pronunciado al respecto. Es una evidencia que en los últimos meses ha habido que renunciar a mil y una actividades y el botón de muestra es que la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca han decidido aplazar el tradicional acto de entrega del bordón peregrino, un reconocimiento que se otorga a quienes sobresalen por su labor de concienciación, promoción o revitalización del Camino. Eso sí, la entidad ha colocado de forma simbólica el Belén peregrino, que generalmente solían hacer en un acto “animado con villancicos, una posterior chocolatada y una andada hasta Villanúa”, recuerda el presidente de Jaca Jacobea, Javier Gazapo.

Tanto está cambiando la covid las rutinas de quienes se dirigen a la catedral Santiago, que incluso en el nuevo Año Santo la Xunta de Galicia ha anunciado que entrará en funcionamiento la “credencial digital” del peregrino. El certificado ‘online’ convivirá con la tradicional credencial de papel y permitirá recopilar los sellos necesarios para obtener la Compostela a través de códigos QR. Desde el Gobierno gallego insisten en que los peregrinos pueden pasar en tránsito por los territorios perimetrados, siempre que sea para seguir su Camino, y confían en poder levantar restricciones en las próximas semanas, si bien apenas faltan dos días para que se abra la Puerta Santa de la catedral de Santiago para procurar la indulgencia de los caminantes.

"El que quiere hacer una auténtica peregrinación suele huir de los años santos"

“Pensábamos hacer el camino el próximo mes de marzo, pero estamos valorando retrasarlo algunos meses. A ver si en septiembre puedo coger vacaciones”, comenta Fernando Pozuelo, peregrino “en formación”, que preveía coger el ramal norte aragonés, que pasa por Berdún, Asso Veral, Sigüés, Esco, Tiermas, Yesa y Javier. En su ánimo, “vivir la experiencia” y, de paso, conocer “leyendas, algo de misterio, e historia”, como el que fuera hospital de Santa Ana o los baños de Tiermas, que se mencionan en el ‘Códice Calixtino’. Si finalmente por la covid tuviera que renunciar a echarse a andar este año, Pozuelo no tiene problema porque es consciente de que "el que quiere hacer una auténtica peregrinación suele huir de los años santos". De hecho, el joven teme que el Camino pueda ponerse ahora “muy de moda” porque el próximo día 22 Amazon Prime Video estrenará una serie de ficción sobre cinco amigos de distintas nacionalidades que convergen hacia Santiago. “También están promocionando mucho ahora el llamado ‘Camino inglés’, que es la ruta entre los pueblos del norte de Europa y la capital de Galicia”, apunta.

En paralelo el año entrante trae otro tipo de controversias en lo que a la liturgia jacobea se refiere. La Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago lamenta, por ejemplo, que se suprima la costumbre de derribar la tapia pétrea que sella la Puerta Santa de la catedral de Santiago. El arzobispo prefiere preservar del polvo los recién restaurados interiores del templo y renuncia así a una tradición centenaria. “Desapareció la tradición de poner la mano en el parteluz del Pórtico de la Gloria, luego el rito del cabezazo, el abrazo al apóstol y ahora se les une este tradicional acto que marcaba el inicio de cada Año Santo Compostelano”, recriminan.

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