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Dos de las centrales hidroeléctricas del Pirineo revertidas al Estado llevan un año paradas

Los alcaldes creen "ilógico" y "absurdo" que saltos tan productivos como Urdiceto y Lafortunada estén inactivos.

Instalaciones de la central hidroeléctrica de Lafortunada.
Instalaciones de la central hidroeléctrica de Lafortunada.
Rafael Gobantes

Las centrales hidroeléctricas de Lafortunada (Tella-Sin) y Urdiceto (Bielsa), en la comarca del Sobrarbe, llevan un año paradas, a la espera de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) saque un concurso para su explotación y mantenimiento. Ambas fueron revertidas al Estado, al caducar la concesión de aprovechamiento a la compañía Endesa, y cuando se resuelva la nueva adjudicación las gestionará la CHE a través de una subcontrata. Entretanto, han dejado de producir kilowatios.

Este parón ha sido criticado por los responsables municipales, que consideran "ilógico" y "absurdo" que no estén "funcionando y dando dinero". "Urdiceto ha producido kilowatios durante 70 años y debería seguir generándolos, energía limpia para el Estado, porque el arranque en seco supondrá una inversión", afirma el alcalde de Bielsa, Miguel Noguero. Una reclamación a la que se une la de compensar a los municipios, que aportan el suelo.

La Confederación Hidrográfica del Ebro está explotando directamente las de Campo y Barrosa (Bielsa), otros dos saltos revertidos al Estado, aunque la operación, mantenimiento y gestión de incidencias las lleva Acciona, a través de sendos contratos que acaba de formalizar por 285.979 y 208.904 euros, respectivamente.

El proceso de reversión de las centrales, iniciado en 2013 con el salto de El Pueyo de Jaca (Panticosa), ha estado plagado de tropiezos administrativos y de pleitos por parte de los ayuntamientos, que veían en la devolución al Estado la oportunidad para reclamar que parte de los beneficios fueran a parar a las administraciones locales, titulares del suelo por el que discurren tuberías y canales. Sin embargo, el Tribunal Supremo cerró la puerta a la posibilidad de repartir los sustanciosos rendimientos de la producción de energía con las entidades locales mediante planes de restitución económica y social para compensar las afecciones por la presencia de presas, tendidos o tuberías y la explotación de sus recursos naturales.

Entrega en noviembre del 2019

La de Lafortunada es una de las centrales más importantes del Pirineo y la de mayor potencia de generación de las revertidas al Estado. Fue en enero del 2018, con 11 años de retraso, cuando se dio por extinguida la concesión a Endesa, para adscribir a la CHE todas las infraestructuras, terrenos, obras y bienes, que afectan a los municipios de Tella-Sin, Plan y San Juan de Plan. El organismo de cuenca tenía seis meses para promover un concurso público, pero se le daba una autorización especial para la gestión durante dos años. Fue en noviembre de 2019, hace ahora un año, cuando Endesa hizo la entrega en parada segura.

Fuentes de la CHE han explicado que los trámites se han dilatado con el periodo de alegaciones, las inversiones para dejarla en condiciones o la firma del acta para el cambio de titularidad a la CHE, un acto este último que debía formalizarse ante las autorizadas de Industria, lo que no se produjo hasta bien entrado el 2020. Actualmente se está preparando el pliego de condiciones, que debe tener el visto bueno del Ministerio, para que la explote una empresa mediante una subcontrata. Otra cosa es que en un futuro el Gobierno decida otorgar la concesión a una compañía privada.

Un camino similar ha seguido la de Urdiceto (Bielsa), que también lleva un año sin funcionar. El Ayuntamiento de Bielsa, como las otras entidades locales afectadas, confía en que ese pliego contemple "la aportación que hace el territorio". Una fórmula sería que la adjudicataria diera una porcentaje de los beneficios al Ayuntamiento. Esto al menos compensaría la merma de ingresos para las arcas municipales. Se calcula que las entidades locales afectadas dejarán de recibir unos 80.000 euros al año del Impuesto de Actividades Económicas, ya que centrales de titularidad pública no tributan.

De las compensaciones al territorio ha hecho bandera la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa), que en su última asamblea esta semana retomó "con fuerza" el debate de las hidroeléctricas, para volver a reivindicar la participación del territorio donde se genera la energía en los beneficios producidos por la gestión directa de los saltos por parte de la CHE. El 60% de los recursos de la cuenca del Ebro, afirma Adelpa, se genera en zonas de montaña que representan el 30% del territorio. Son especialmente vulnerables al cambio climático y sus recursos hídricos superficiales están disminuyendo, advierte.

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