Labuerda elige hacer un alto en la Carrera

Junto al Turmo, otro negocio familiar con solera, la Fonda Carrera es un lugar de consenso, famoso entre todos los amantes de la buena mesa en el Sobrarbe.

Las manitas de cerdo de la Fonda Carrera, una de las especialidades de la casa.
Las manitas de cerdo de la Fonda Carrera, una de las especialidades de la casa.
Laura Uranga

Saliendo de Aínsa hacia el norte, las opciones de encuentros afortunados en forma de pueblos comienza en Labuerda; atravesada por la carretera, la localidad tiene dos barrios: el de San Juan y el de San Sebastián. La gasolinera de Ramón Vicién y el complejo de bar, restaurante y alojamiento (hotel y apartamentos) de Casa Turmo, con su célebre panadería y repostería en un extremo (parada obligatoria para los viajeros y predilecta de los visitantes franceses que bajan desde Saint Lary por Bielsa), reciben al viajero. Un giro a la derecha hacia la plaza Mayor y la iglesia de San Sebastián significa toparse enseguida con la Fonda Carrera, un lugar que no pone a reñir la calidad con la cantidad, si se llega con hambre, allá la sacian por la vía del mimo al paladar.

La carta es amplia, pero en estos días otoñales se podría enfilar un menú como el que sigue: ‘chupito’ caliente de calabaza y pera, sopa de cebolla blanca, picapica de ensalada, patata horneada, empanada y embutidos, tostada de paté y cordero con longaniza, además de un surtido de postres caseros. Ojo al dato. Tras la barra y por todas partes (con el apoyo familiar, por supuesto) está Nuria Lafalla. "Es un negocio con más de medio siglo de historia. Empezaron mis padres y en los primeros tiempos funcionó solamente como bar; luego ya se empezó a trabajar el restaurante, las habitaciones llegaron después y ahora también tenemos apartamentos turísticos, Casa For, justo al doblar la esquina, bajando un poco por la calle Mayo; son tres apartamentos, dos de seis plazas y uno de ocho, aunque ahora no los llenamos al máximo de aforo, claro. En Labuerda hay buena oferta hostelera: además de Casa Turmo, que lleva aquí toda la vida, y del Peña Montañesa en la carretera hacia Aínsa, hay varias casas rurales como Maiza y Orosia o los apartamentos Casa Alfós. Nosotros por cierto, trabajamos en el restaurante con carne de crianza ecológica de David Rodríguez: ofrecemos -ríe- el ‘pack’ completo".

Además de subir a San Vicente y acercarse a Fontanal, pedanías del municipio, una excursión habitual desde Labuerda es subir a Las Planas, cruzando la carretera; las vistas del Cinca y la silueta al fondo de El Pueyo de Araguás son un regalo para los ojos.

El museo que viene

El pueblo está a la espera de un acontecimiento muy singular, que protagoniza una de las personas más queridas en Labuerda es el Museo de Música Mecánica de José Luis Mur Vidaller, ‘Florentino’ para sus compueblanos. Vive en Madrid desde hace mucho tiempo, pero no se desconecta de Labuerda; este año, y aunque lógicamente no se celebraron las fiestas de San Roque, cumplió con su tradición de hacer un pregón ‘voceado’ por las calles, con agudos ripios y mucho sentimiento.

"Su colección es maravillosa -explica Nuria- y la casa en la plaza ya está lista para recibirla, pero entiendo que este año no era el mejor para arrancar con algo así; además de los instrumentos musicales, también tiene una colección magnífica de máquinas fotográficas antiguas. Cuando pueda abrir, le dará una vida tremenda al pueblo y un aliciente más a la comarca; ojalá se le apoye".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión