125 historias de heraldo de aragón

Los Infanticos, jilgueros de la Virgen

Los infantes de la Escolanía del Pilar han sido protagonistas de varios reportajes de HERALDO. El origen de esta institución se remonta al siglo XVII.

Página de HERALDO del Día del Pilar en 1929
Página de HERALDO del Día del Pilar en 1929
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"Los niños del coro, con sus sotanas rojas, vivas, como luminarias desprendidas de un altar, han desaparecido por una puertecilla secreta de la iglesia y han ganado los peldaños de unas escaleras, inundándolas con sus risas y gorgojeos". Así comenzó el reportaje de Emilio Colás Laguía, firmado con su rúbrica y publicado el Día del Pilar de 1929.

"Mosen Juan -su capellán director- nos va mostrando todas las dependencias. El comedor, una pieza alegre como la caricia de un rayo de sol. Las celdas, unas habitaciones espaciosas, donde no solo cabe holgadamente la camita, la mesa, el lavabo y el baúl del niño que la ocupa, sino que queda ancho espacio para que estos pajaritos puedan libremente expansionarse. La escuela o local de clases, cómoda, bien dispuesta. La despensa, bien provista, alegre como una pequeñita tienda de ultramarinos. Y la cocina, limpia como los mismos chorros del oro", describió el redactor. Conversó con Mosen Juan y también con la señora Ascensión, una "bendita y santa mujer". Cuando le preguntó por las travesuras de los "arrapiezos", respondió:

- ¡Y qué van a hacer, señor... ¿No ve usted que son chicos?

Los infantes se sinceraron sobre las propinas y desafiaron con su pilla mirada a la cámara de Marín Chivite. "Aunque son de poca edad, que es decir mucha inocencia, no pueden percatarse bien de la grandeza de esta misión que se han echado sobre sus débiles hombros, parece como si efectivamente lo adivinasen".

Los infanticos, de camino a la basílica del Pilar en Zaragoza
Los infanticos, de camino a la basílica del Pilar en Zaragoza
Guillermo Mestre

Escolanía de roquete blanco y sotana roja

Bien peinados, con el cuellecillo ajustado, roquete impoluto y sotana holgada. Los días de fiesta en Zaragoza, también un lazo sobre el pecho. La imagen de los infantes de la Escolanía del Pilar ha transcendido intacta en los álbumes familiares, con un bebé en brazos a los pies de la Virgen. También en la memoria de los aragoneses cuando caminan con garbo y en orden -sin perder la diversión, que son niños- desde el colegio hasta la basílica, aunque el cierzo zarandee sus bufandas rojas. Con puntualidad, los infantes entonan los cantos de misa de 9.00 o del rosario de la tarde.

Incidir y profundizar en la formación musical, además de impartir la educación primaria, siguen siendo rasgos de esta escolanía con orígenes en el siglo XVII. No obstante, en los diferentes reportajes publicados en HERALDO se informa de que en el XII y XIII ya se tiene constancia de niños cantores en la Seo y el Pilar, como Santo Dominguito de Val, patrón del colegio.

"El coro canta más y mejor", escribió el periodista Mariano García en 2012. Por aquel entonces tenían en la retina los éxitos internacionales de los 80 y en su mente llegar "al mismo nivel artístico que el coro de Westminster o de los Niños Cantores de Viena". Ahora esta formación es oficial y está reglada por el Conservatorio Profesional de Santa María.

Los niños ya no viven internos en el colegio, sino que pasan el día. La casa tampoco está gestionada por religiosas, pero el equipo actual mantiene intacta la familiaridad de esta escolanía.

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