125 historias de heraldo de aragón

La infanta Isabel en las Fiestas del Pilar

La infanta Isabel, llamada cariñosamente La Chata, visitó en varias ocasionesAragón. La hija de Isabel II era conocida por su cercanía a los ciudadanos en sus viajes oficiales por España.

La visita de la Infanta Isabel ocupó la portada de HERALDO DE ARAGÓN del miércoles 12 de octubre de 1927
La visita de la Infanta Isabel ocupó la portada de HERALDO DE ARAGÓN del miércoles 12 de octubre de 1927
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Una de las visitas reales más recordadas en Zaragoza se produjo durante las Fiestas del Pilar de 1927. La infanta Isabel, llamada la Chata por los ciudadanos, acudió a la capital aragonesa en representación de su sobrino, el rey Alfonso XIII. HERALDO contaba en la noticia publicada el 12 de octubre el "afectuoso recibimiento" que tuvo la infanta el día anterior. En la crónica se narraba la llegada de la comitiva en un "tren rápido" que hizo una primera parada en Ariza donde subieron al vagón de la casa real las autoridades locales, encabezadas por el gobernador civil, para acompañarla en el tramo final. 

Aún haría más altos en el camino el convoy, con parada en las estaciones de tren de Alhama, Calatayud y Casetas, en las que esperaba público y música para saludar a la infanta. En la estación bilbilitana la crónica recuerda que «rindió honores una batería de Artillería que fue revistada», además de acudir una larga lista de autoridades.

A la llegada a Zaragoza "dispararon cohetes" y las bandas tocaron la ‘Marcha Real’. Hubo flores y saludos al bajar acompañada de su dama de honor.

En el relato de la visita se describe que vestía "traje obscuro con gabán azul y sombrero negro". Sobre el pecho llevaba la medalla de oro de los Sitios de Zaragoza y la insignia de la Maestranza de Zaragoza a la que pertenecía.

Allí se vivió otro caluroso recibimiento y revista de tropa para comenzar el desfile de una larga comitiva de coches oficiales que recorrieron el centro desde el paseo de María Agustín hasta el Pilar, siguiendo por el paseo de la Independencia y la calle de Alfonso I.

Cuenta la crónica que la infanta "observó todas las reformas de Zaragoza" como el aislamiento de la Puerta del Carmen y la pavimentación. Visitó el Pilar y el Palacio Arzobispal y se despidió agradeciendo el recibimiento que tuvo en todos los lugares por los que pasó y que achacó a que "siempre he sido muy amiga del pueblo".

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