El Gobierno de Aragón advirtió la semana pasada de que las nuevas restricciones a la actividad económica y social para frenar la segunda oleada de la pandemia tardarían en dar resultados y los números le han dado, una día más, la razón. La escalada de positivos sigue sin freno y este lunes por primera vez se superó la barrera del medio millar (502), lo que ha ahondado aún más si cabe la preocupación entre los profesionales sanitarios.

Si tras la finalización del estado de alarma, el pasado 21 de junio, el 90% de los contagios eran asintomáticos, ahora su proporción se ha reducido drásticamente. De los 502 positivos diagnosticados el domingo, solo 206 pacientes carecían de síntomas, lo que representa un 41%.

Aragón no sale bien parada en la radiografía nacional por enésima vez como consecuencia de la disparidad de los datos aportados por las autonomías. Encabeza los casos diagnosticados en las últimas 24 horas (quintuplicando los de la siguiente autonomía en positivos, Navarra), al igual que la incidencia de infectados en los últimos siete y catorce día. La situación se repite con las hospitalizaciones.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, destacó este lunes que Aragón es la comunidad que más ingresos hospitalarios está teniendo, si bien aseguró que no hay una presión asistencial "importante". Eso sí, instó a tener "cuidado" porque "poco a poco" se está produciendo un «incremento mayor de lo esperable».

Conforme se extiende el contagio comunitario, fundamentalmente en Zaragoza y su entorno, se empiezan a agravar los cuadros clínicos y se han disparado las hospitalizaciones. La curva empezó a crecer hace dos semanas, cuando las autoridades se vieron obligadas a incluir a la capital en la fase dos flexibilizada, y no surtió el efecto deseado porque se tuvieron que endurecer las restricciones la semana pasada.

De hecho, el detallado resumen de situación publicado este lunse por Salud Pública constata que el 13 de julio solo había 25 enfermos covid ingresados, nada que ver con los 264 que se contabilizaron el pasado domingo en quince hospitales públicos y privados. De ellos, 20 requieren cuidados intensivos cuando hace dos semanas solo había tres en su misma situación.

La DGA informó de que cuenta con un total de 186 camas de uci con respirador y 3.807 camas de hospitalización convencional, lo que supone que hay una disponibilidad del 52% en cuidados intensivos y del 41% en planta.

Esto no quiere decir que todo se pueda destinar este miércoles a acoger enfermos de coronavirus, por lo que cada centro cuenta con un plan de contigencia para ir afrontando la situación. Para hacerse una idea, el hospital Miguel Servet de Zaragoza afrontó la desescalada con una sola planta dedicada a enfermos con coronavirus y acabará la semana con cuatro, para lo que necesitará contratar más personal. Y está más que justificado porque el pasado fin de semana superó al Clínico en número de pacientes atendidos: el viernes acabó con 53 y dos días después asumía 79 enfermos. El Provincial ha tenido que "reajustar" camas, pero no abre otra planta, según fuentes de Sanidad.

A la vuelta de sus vacaciones, Fernando Simón reconoció hoy que el Gobierno aragonés ha sido "muy valiente" en la adopción de restricciones y consideró que, "por ahora", no se debería recurrir a un confinamiento. Igualmente, alabó el "esfuerzo enorme" de detección.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias aludió a los brotes asociados a temporeros, tanto en las comarcas orientales como en la capital.

Te puede interesar

España ha realizado 4,3 millones de PCR desde el inicio de la epidemia

Lambán descarta confinar Zaragoza porque sería "letal" y cree que se puede "hacer frente al virus de otra forma"

Los trabajadores sociales piden que no se culpe a los temporeros del foco de covid sino a la pobreza

El cóctel de Las Delicias: los temporeros, los jóvenes y el hacinamiento disparan los contagios