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Los niños saharauis se quedan este verano sin 'Vacaciones en Paz' en Aragón

La pandemia ha obligado al Frente Polisario a suspender el programa solidario en nuestro país. A la Comunidad iban a llegar unos 140 menores.

Una niña saharaui abraza a su familia de acogida en julio de 2019 tras llegar a Zaragoza.
Una niña saharaui abraza a su familia de acogida en julio de 2019 tras llegar a Zaragoza.
Oliver Duch

Más de 50 grados a la sombra en un lugar árido y hostil. Así describe Rosa María Fernández, de la asociación Um Draiga-Amigos del Pueblo Saharaui en Aragón, la situación que se vive en verano en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf, en Argelia, después de viajar ahí en cinco ocasiones. Desde hace años, cientos de niños tienen la ocasión de venir a nuestro país dos meses en época estival para pasarlos con familias de acogida dentro del programa solidario 'Vacaciones en paz', que este 2020 ha quedado suspendido por culpa del coronavirus

Según señala Ana Garrido, coordinadora de dicho programa de la Coordinadora estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara), las autoridades del Frente Polisario tomaron esta decisión porque con la pandemia "no se daban las circunstancias idóneas para cumplir el objetivo del mismo". "A España iban a venir alrededor de 4.000 niños de entre 10 y 12 años. Y se ha suspendido también en Francia, Italia y Alemania", informa.

En nuestra Comunidad se esperaba recibir a finales de este mes en torno a 140 menores, tal y como apuntan asociaciones que participan en este proyecto, que gestionan junto a la Delegación Saharaui en Aragón y que cuenta con la ayuda económica de las distintas administraciones aragonesas. "Se han quedado con una gran desilusión, aunque lo han ido entendiendo. Para ellos, venir a Aragón significa disfrutar del verano, ir a la piscina, conocer la playa, tener revisiones médicas y una buena alimentación. Lo básico que comen ahí es pasta, arroz y legumbres; y de lo demás carecen de casi todo. No sé cómo pueden llevar 45 años malviviendo en el exilio", dice Rosa María Fernández, responsable de 'Vacaciones en Paz' de Um Draiga, que esperaba acoger a entre 40-42 niños/as saharauis. "Antes de 2008 llegaron a venir 8.000 menores a España, pero con la crisis económica se redujo el número de  familias de acogida", añade.

Un verano "largo y muy duro"

Fernández considera que para los menores este va a ser un verano "largo y muy duro". "Están en confinamiento y no pueden salir de sus jaimas. Hasta ahora no hay un solo caso de coronavirus, pero sí en Tinduf", asegura.

Por su parte, la nueva delegada saharaui en la Comunidad, Mueina Chejatu, destaca la desilusión que para los niños provoca que el programa haya sido suspendido. "Están acostumbrados a venir. Para ellos es salir de los campamentos y desconectar del desierto, conocer el mar y la piscina, ver otra vida y hacerse un chequeo médico. La situación ahí está deteriorada y más por la crisis. La ayuda humanitaria no puede entrar por el cierre de las fronteras debido al virus. Espero que todo lo que está por llegar, llegue", afirma. 

Asimismo, Mueina Chejatu resalta la importancia de este programa solidario de cara a establecer "lazos afectivos" con la sociedad española. "Hay que mantener viva la causa. España tiene que prestar más atención a los saharauis y a los presos políticos saharauis en Marruecos", reclama.

Mientras, Oriol Gavín, coordinador de 'Vacaciones en Paz' de Arapaz-MPDL Aragón (que iba a acoger a 28 niños este verano), califica el proyecto de "enriquecedor" en ambas direcciones. "Además de las patas sanitaria y nutricional, está el aprendizaje de otra realidad. Pero también es enriquecedor para las familias de acogida y su entorno; que vean que no todos tenemos los mismos lujos. Y muchas repiten", indica Oriol, que sostiene que las familias han entendido la medida de cancelar este año el programa. "Es una decisión lógica y obvia. Esperemos que no influya en años posteriores. En 2021 habrá que hacer un esfuerzo doble".

Proyectos paralelos tras la cancelación

En estos momentos, las distintas asociaciones solidarias con el pueblo saharaui trabajan a nivel estatal en proyectos paralelos para paliar esta situación causada por la covid-19. "De ocio y tiempo libre (entendiendo que no se sabe muy bien cómo va a evolucionar la pandemia), sanitarios... Cada una con sus circunstancias y características. Y buscar con el ministerio de juventd saharaui una alternativa para que todos estos niños puedan pasar un verano lo más entretenido, por decirlo de algún modo", indica Oriol Gavín.

"Cada asociación tiene un objetivo; en nuestro caso el proyecto es de alimentación en general. Se trata de que tengan las necesidades básicas cubiertas todo el tiempo que podamos. Los mejores embajadores que tiene el pueblo saharaui son los niños", dice, por su parte, la responsable de Um Draiga.

Quien también tendrá que esperar a 2021 es Lucía Guillén, de la asociación Alouda de Huesca y que vive con su familia en Sallent de Gállego. Desde hace ocho años viene acogiendo a niños saharauis y este verano tenía previsto que viniera a su casa una chica de 10 años, prima de los hermanos que ha ido recibiendo a lo largo de este tiempo. "Te quedas chafada. Es una pena por los niños, pero hay que entender que en esta situación no se puede hacer nada. Va a ser un verano diferente", reconoce.

"Los niños saharauis te dan lecciones todos los días. De solidaridad, de que sin nada son felices"

Lucía se emociona al hablar de estos niños y recomienda la experiencia. "Te dan lecciones todos los días. De solidaridad, de que sin nada son felices... Intentas hacer lo máximo para que disfruten, pero al final acabas disfrutando tú más. Para ellos es un lujo, pero para ti es más positivo", sostiene.

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