"Tenemos a más de cien personas dispuestas a trabajar en la campaña de fruta, pero faltan alojamientos"

La asociación Bocatas de Madrid ha intentado sin éxito poner en contacto a personas sacudidas por la crisis del coronavirus con productores o empresas de diferentes zonas productivas de Aragón.

El colectivo reparte semanalmente comida y artículos de primera necesidad a unas 3.500 personas.
El colectivo reparte semanalmente comida y artículos de primera necesidad a unas 3.500 personas.
Bocatas Madrid

La falta de alojamiento es el principal obstáculo con el que se han encontrado aquellos que están dispuestos a desplazarse hasta la Comunidad aragonesa y emplearse en la actual campaña de fruta.

La ONG Bocatas de Madrid se ha topado de frente con este problema en su intento de ayudar a varias familias a encontrar un nuevo empleo, después de que la crisis asociada a la pandemia del coronavirus les haya dejado sin trabajo o sin negocio. El colectivo cuenta con una base de datos con alrededor de cien personas interesadas en conseguir un trabajo en la campaña de fruta iniciada en varias zonas de Aragón y hasta ahora, con ninguna oferta seria que ofrecerles, tras decenas de gestiones infructuosas con productores, empresas o ayuntamientos de las comarcas del Bajo Cinca, La Litera o Valdejalón, según explica una de sus voluntarias, María Ángeles Contonente.

"Hay oferta, pero muchas dificultades para el que quiere desplazarse de fuera. La principal es la falta de alojamiento. A ella, se une además la inexistencia de transporte hasta las fincas o almacenes, así como la preferencia de los empresarios de contar con gente de la zona", indica la voluntaria.

Aunque el problema se repite año tras año, esta vez es más acusado. De hecho, el obligado distanciamiento y las medidas preventivas reducen la capacidad de los alojamientos diseñados para temporeros, lo que se une a las dificultades de encontrar viviendas en alquiler u hospedajes temporales. Ante ello, la asociación hace un llamamiento a la unión de esfuerzos y la conciencia social, con el fin de "sacar a aquellos que lo necesitan del círculo de la ayuda social".

"A lo largo de las dos últimas semanas, he hablado con asociaciones y con muchas empresas del sector agrario y me han manifestado el estado de la recogida, la necesidad de trabajadores, los problemas de alojamiento, los precios del transporte,... y paralelamente, nosotros les contábamos nuestro proyecto de búsqueda de empleo, insistiendo en que teníamos muchos candidatos. También les hemos ofrecido ayudarles en el tema de desplazamientos y alojamientos, pero a fecha de hoy nos encontramos que no avanzamos", describe Contonente.

"Me hubiera quedado satisfecha con encontrar al menos trabajo para dos o tres familias, pero ni siquiera eso", señala la voluntaria, que insiste en la necesidad de aunar esfuerzos para buscar soluciones.

La voluntaria muestra su preocupación por la situación con la que ya se están encontrando muchos de los que han decidido desplazarse por su cuenta hasta las zonas con demanda de mano de obra, citando el caso de Fraga, donde, una vez más, son muchos los temporeros que duermen en la calle. La imagen no es nueva, pero sí más acusada que en años anteriores y, al mismo tiempo, más preocupante, debido a las restricciones derivadas de la actual emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, lo que ha llevado al consistorio a convertir el pabellón del Sotet en un albergue temporal para temporeros sin techo. El espacio, que ha sido equipado con 30 camas, está todavía pendiente de su apertura.

El perfil de los demandantes reunidos por la asociación Bocatas de Madrid es muy variado, aunque predominan las personas jóvenes con experiencia y sin cargas familiares, que están dispuestas a desplazarse de inmediato, según indica Contonente. La gran mayoría se ha visto sacudida por la crisis asociada a la pandemia de coronavirus y por lo tanto, "necesitan de un nuevo medio de vida para obtener recursos económicos y dejar de depender de las ayudas sociales", señala la voluntaria.

Además de esta nueva faceta de intermediarios en la búsqueda de empleo, los integrantes de la asociación Bocatas Madrid atienden semanalmente a 3.500 personas a las que reparten comida y otros artículos de primera necesidad.

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