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Aragoneses en Estados Unidos: "Nueva York está desierta. Da hasta miedo"

En la ciudad de los rascacielos reside la pareja Diego Castán y Conchi Gil y en la vecina Boston, Santiago Comella. Tres aragoneses que viven la pandemia desde Estados Unidos.

Los zaragozanos Diego Castán y Conchi Gil durante su confinamiento en su casa de Nueva York.
Los zaragozanos Diego Castán y Conchi Gil durante su confinamiento en su casa de Nueva York.
D. C.

Estados Unidos ronda ya los 400.000 contagios por coronavirus  y el número de fallecidos se sitúa en torno a los 13.000, según el último recuento de la Universidad Johns Hopkins. Es el primero en la lista de países afectados. Una tercera parte de los muertos corresponden al estado de Nueva York, si bien solo en la famosa ciudad de los rascacielos se han registrado más de 4.000 víctimas mortales. En la zona cero de la pandemia en ese país reside la pareja zaragozana Diego Castán y Conchi Gil, asentada en EE. UU. desde hace cinco años. 

Cruzaron el charco por trabajo: primero a San Francisco y en 2019, a NY. "Soy ingeniero y trabajo en una empresa de investigación de productos de voz. Y mi pareja es periodista", explica Diego desde su casa en el barrio de Queens. Ahí están confinados y siguiendo con "inquietud" la expansión del virus mientras teletrabajan.

En Estados Unidos, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no hay una política común frente al coronavirus. Cada estado aplica sus propias medidas y en el de Nueva York se ha llamado a la población a recluirse en sus casas. "Se han reducido muchísimo los contactos sociales y nos han mandado a casi todas las personas a trabajar telemáticamente. Es la misma situación que afronta España. Lo único que difiere un poco es que aquí sí se permite salir a la calle mientras se mantenga la distancia social de un metro y medio", indica este joven.

"Lo que difiere un poco con España es que aquí sí se permite salir a la calle mientras se mantenga una distancia social de metro y medio"

Ellos viven al lado de un parque en el que ven a gente haciendo deporte y paseando al perro, aunque cada vez es una estampa menos habitual. "En general, el confinamiento se cumple bastante. La gente ya lo cumplía antes de que cerrasen los sitios. Es una ciudad vibrante y llena de personas y ahora se nota un bajón impresionante. Está desierta. Da hasta miedo, parece ciencia ficción ver todo sin personas. En Nueva York se está pasando muy mal", afirma.

La mayor inquietud de esta pareja es el acceso a otros servicios en un momento en que el virus protagoniza todo. "Si pasa algún tipo de accidente, aunque no salgamos de casa. Si te quemas cocinando, por ejemplo, sabes que no es el mejor momento para ir al hospital", pone Diego como ejemplo, que espera que "esta pesadilla" termine pronto para todos y se muestra optimista ante el futuro. "La humanidad somos demasiado derrotista y siempre que pasa algo pensamos que es el final. Luego muchas veces no es tan trágico como parece; esperemos que esta sea la misma situación", confía.

En Boston

Mientras, a 346 kilómetros de distancia, en la vecina ciudad de Boston vive Santiago Comella con su mujer y sus dos hijos. Ingeniero informático por la Universidad de Zaragoza y con un MBA por Stanford, este zaragozano es socio de la consultoría McKinsey y reside en Estados Unidos desde hace 20 años.

Santiago Comella junto a su hijo pequeño y su perro en su vivienda de Boston.
Santiago Comella junto a su hijo pequeño y su perro en su vivienda de Boston.
S. C.

Santiago realiza por su cargo en McKinsey unos 100 vuelos al año por el mundo, por lo que este confinamiento implica poder disfrutar de la familia aunque esté teletrabajando. "Personalmente estamos muy bien. Salimos muy poco; lo mínimo posible. Somos privilegiados en el sentido de que vivimos en una casa muy grande con jardín, con lo cual tenemos espacio de sobra. No nos podemos quejar. Trabajo desde casa con montones de llamadas con clientes, videoconferencias... Es todo monótono sin interacción humana, pero bueno", dice. Además, muestra su preocupación por los familiares que están en Zaragoza. "Mi padre está muy delicado de salud y es mayor", afirma.

"El modo en el que está estructurada la economía, no tenemos margen de maniobra"

Para este zaragozano, la pandemia le ha llevado a la reflexión de que como sociedad tenemos que estar "muchísimo más preparados" para situaciones como esta. "El modo en el que está estructurada la economía, por ejemplo, no tenemos margen de maniobra. En estos momentos, a España le pilla con un Gobierno endeudado y con las familias justísimas. La recuperación va a ser extremadamente difícil porque nunca se creó ningún tipo de margen de maniobra. En los últimos años, en la epoca buena, no se ahorró. Es una situación complicadísima", sostiene.

Asimismo, Santiago Comella advierte de los populismos, incluyendo al presidente estadounidense Donald Trump. "Cuenta la historia que quiere contar, únicamente para beneficio personal y no hay el sentido de Estado y de generosidad. Es una pena y vergüenza, sobre todo en Estados Unidos. Se están diciendo unas cosas que son unos disparates y está ocurriendo en muchas partes: Brasil, aquí... Sin ningún tipo de responsabilidad, los políticos dicen cosas que son absolutas mentiras. Simplemente por conseguir más votos, más apoyos y ocultan fallos que ha habido. Llevamos años y años con populismos en todas partes", critica.

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