coronavirus

24 horas con la tentación en la mano: “La cuarentena facilita la adicción al juego. Ya hay nuevos casos”

Desde Azajer animan a autoprohibirse el juego desde el primer síntoma de adicción. Puede hacerse a través de la DGA o la Policía autonómica.

Recreación de una escena repetida en algunos hogares: un joven consulta una página de póker 'online'.
Recreación de una escena repetida en algunos hogares: un joven consulta una página de póker 'online'.
M. S.

Uno de los grandes debates a. C. (antes del covid-19) lo protagonizaron las casas de apuestas que salpican los vías principales de todos los barrios. Suena lejano, pero al tema se le dedicaron horas y horas en parlamentos y medios de comunicación. Se aprobaron mociones municipales e iniciativas legislativas autonómicas, que quedaron finalmente eclipsadas por la ley del juego promovida por el nuevo Ministerio de Consumo. El texto no escapó de las críticas por su laxitud después de haberse anunciado cortapisas de mayor calado.

El proyecto de norma, presentado hace escasamente un mes, se centra en el juego presencial. Es cierto que las salas habían completado un despliegue sin precedentes por las ciudades de toda la geografía nacional, sin distinguir de clases sociales. De hecho, desde las plataformas más beligerantes se hacía hincapié en el daño que estaban ejerciendo en el tejido social menos favorecido económicamente. Pero de forma paralela pervive una realidad evidente, pero escondida: el juego online sigue ejerciendo de imán para un grupo de la población también adicta y, en ocasiones, con otras problemáticas añadidas.

Y la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus no lo está poniendo fácil. “La gente que estaba en tratamiento anteriormente tiene la situación medianamente controlada. Al menos, la mayoría. Pero otros muchos están cayendo. Personas que estaban jugando moderadamente, debido a esta situación de confinamiento han acabado enganchados a los juegos y apuestas online. Ya estamos viendo casos. Nos están llamando sus familiares preocupados por encontrarse ante situaciones que no habían visto hasta ahora”, cuenta Esther Aguado, presidenta de la Asociación Aragonesa de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer).

El covid-19 ha llevado a suspender ligas deportivas, que hasta ahora capitalizaban la mayor parte de las apuestas, por lo que en principio choca el posible repunte en casos de ludopatía. Aguado, sin embargo, razona que “igual que una persona alcohólica que suele beber whisky beberá ron si no tiene whisky a mano, lo mismo ocurre con quienes necesitan apostar; por eso ahora el dinero se está derivando hacia la ruleta online, el póquer o el bingo, este último sobre todo en el caso de las mujeres”.

“Vimos muy positivo que se pusiera coto a las casas de apuestas presenciales. Lo aplaudimos. Y que ahora por la cuarentena cierren todas. Pero igualmente se deberían cerrar las casas de juego online, porque las personas que antes pasaban el día en los salones ahora tienen la tentación en su mano las 24 horas del día. La publicidad te asalta a todas horas en las webs y en las redes sociales. Tuvimos una reunión con el Ministerio de Consumo a través de la Federación que agrupa a las asociaciones a nivel nacional y no se ha tomado ninguna medida”, lamenta la responsable de Azajer, quien anima a que “todos aquellos que se vean atrapados por el juego se lo autoprohíban a través del departamento de Interior la DGA o de la Policía autonómica. Es el primer paso para atajar el problema”.

Adolescentes con mucho tiempo

Además de los juegos azar y de las apuestas, internet ofrece una tercera vía de enganche. Se trata de los videojuegos, los cuales no son malos por sí mismos, aunque como todo deben disfrutarse sin excesos. En este sentido no se están observando tantos problemas. “Ha crecido el consumo, claro, pero tengo la sensación de que el tejido juvenil está sabiendo llevar bien la cuarentena. Hoy mismo lo hemos comentado entre los compañeros”, cuenta Falo García, educador en la Fundación para la Atención Integral del Menor (FAIM) de Zaragoza.

“Teníamos a muchos chicos que pasaban el 90% de sus días pegados a las pantallas, jugando al Fortnite, al FIFA... Ahora, los adolescentes, ante una situación de confinamiento, se aburren y lo que quieren es salir. Sí, se sigue jugando mucho y han entrado nuevos jugadores. Pero no vemos los excesos de otros momentos en que nos hemos preocupado quizá más”.

La Liga promovió la semana pasada apuestas sobre un torneo de FIFA promovido por el propio organismo, pero según el experto “no arrastró a mucha gente, pues en una apuesta lo que pretenden muchas veces es demostrar que saben mucho de fútbol, y en un juego electrónico el factor suerte es mayor”. También hay menos adolescentes que gasten dinero en cofres FIFA: “Han accedido jugadores con más poder adquisitivo, trabajadores, y se ha encarecido la barrera de entrada a los torneos, a las ligas mayores. Eso ha alejado a los más jóvenes de estos gastos”.

García opina que, “quizá, el problema llegará con la vuelta a la rutina. Volver a clase y quitar de nuevo horas a las pantallas, puede provocar que salten de una manera u otra”. Aconseja “no prohibir las videoconsolas y ordenadores, aunque sí dosificar su uso”.

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