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¿Cómo viven los aragoneses el aislamiento en Italia para frenar al coronavirus?

La zaragozana Almudena Agustín, diseñadora de interiores de 24 años y residente en Milán desde junio, iniciaba este lunes el aislamiento domiciliario, como el resto de vecinos de la ciudad italiana.

La zaragozana Almundena Agustín, diseñadora de interioes, aislada en Milán.
La zaragozana Almundena Agustín, diseñadora de interioes, aislada en Milán.
Heraldo.es

Alrededor de 16 millones de personas tienen prohibido entrar o salir de Lombardía y otras 14 provincias del norte de Italia tras hacerse público este domingo de madrugada un decreto gubernamental con esta media extrema para trata de frenar la expansión del coronavirus en el país.  

Desde el inicio de la epidemia el pasado 21 de enero en Italia, se han contabilizado casi 8.000 casos y han fallecido 463 personas. Estas cifras sitúan a Italia como el segundo país más castigado por el nuevo virus después de China. Son muchos los aragoneses que han decidido volver a casa durante las últimas semanas, mientras que otros, como Almudena Agustín, zaragozana de 24 años, han decidido quedarse.

Pero, ¿cómo están viviendo el aislamiento? ¿Cuál es la situación real? “Ha ido todo muy rápido, pero verdaderamente tuvimos constancia de lo que ocurría cuando el pasado 23 de febrero dieron el aviso del cierre de universidades, colegios y empresas de gran tamaño”, reconoce la zaragozana. En su caso, esta diseñadora de interiores de 24 años que reside en Milán desde el pasado mes de junio, trabaja en un pequeño coworking con otras 20 personas por lo que no ha vivido la situación con tanta intensidad.

De hecho no ha sido hasta este mismo lunes cuando ha iniciado el aislamiento domiciliario voluntario como el resto de vecinos de la ciudad Italiana. “Estamos trabajando desde casa, y es cierto que se ha notado mucho a nivel turístico y de eventos sobre todo, pero no en nuestro día a día”, advierte la joven que este misma lunes por la mañana había bajado al supermercado a hacer la compra “con normalidad aunque se notaba que había menos gente”.

“Desde un primer momento nos han explicado la importancia de lavarse las manos y no tocarse la cara para evitar el contacto, eso lo hemos tenido muy presente”, advierte. Sin embargo, asegura que lo que más ha notado estas dos últimas semanas ha sido el alarmismo que llegaba desde España. “He tenido que tranquilizar a mi familia y a mis amigos cada día porque me pedían que volviese. Obviamente no hay que quitarle peso al asunto pero tampoco perder los nervios”, opina la zaragozana que, este mismo día, último en el que posiblemente hubiera podido coger un vuelo de vuelta a España, ha decidido quedarse en Milán y seguir trabajando desde casa.

“Claro que no es agradable quedarse encerrada en casa, pero es lo que hay que hacer por el bien de todos, sin dramas"

“Lo he estado dudando mucho pero al final he decidido quedarme. Claro que no es agradable quedarse encerrada en casa pero es lo que hay que hacer por el bien de todos, sin dramas”, añade Agustín. También se ha adelantado el cierre de comercios y restaurantes a las 18.00 para reducir los encuentros sociales. “Es una medida de prevención porque es cierto que se está propagando muy rápido, pero me parecen acciones razonables”, admite.

Sin embargo, reconoce que el fin de semana se vivieron momentos de angustia en la estación de tren donde había enormes filas de gente que buscaba abandonar la cuidad de Milán. “El domingo en la estación central de Milano había gente apelotonada intentando irse, también hay gente a la que le ha pillado fuera y ha decidido no volver”, afirma.

Supermercado de Milán, en el primer día laboral de aislamiento decretado por el Gobierno italiano.
Supermercado de Milán, en el primer día laboral de aislamiento decretado por el Gobierno italiano.
Heraldo.es

Milán no se cierra

La zaragozana, muy vinculada al mundo de los eventos y la moda, relata cómo está afectando la crisis del coronavirus al tejido económico y empresarial de la zona, y, sobre todo, al turístico. “Se han cancelado muchos eventos y se están trasladando algunas citas a más adelante, como la Milan Design Week en la que llevábamos meses trabajando. El daño está siendo enorme”, asegura. Además, para una ciudad tan turística como es Milán, durante las últimas semanas el turismo ha caído en picado. “Prácticamente no se ven turistas por la calle”, advierte.

Esta misma semana se lanzaban varias campañas en redes sociales como #iorestoacasa (yo me quedo en casa) o #milanononsiferma (Milán no se cierra), esta última invitaba a los vecinos de la ciudad italiana a colgar en redes sus fotografías trabajando desde sus hogares. “Se trata de animar un poco a la gente y sentir que seguimos estando ahí, aunque desde casa, para evitar que la ciudad se pare”, resume. 

(Puede ver aquí toda la información sobre el coronavirus) 

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