aragón es extraordinario

Fonz: delicioso yogur y una Nube de queso

Los hermanos Febas llevan 13 años sorprendiendo paladares con sus productos, basados en la leche de oveja y elaborados artesanalmente para deleite del consumidor.

Foto de Fonz
Los productos de la Quesería Val de Cinca, en Fonz, con el yogur como referencia estelar
Laura Uranga

Pilar Febas y su hermano Víctor son ganaderos de cuna; de casta les viene, ya que su padre siempre ejerció esta profesión en el centro de Fonz, con el vacuno como base. A Pilar le ‘sulivelló’ la profesión de veterinaria desde pequeña, y se fue a Barcelona ¬a casa de sus tíos –que la albergaron de mil amores– hace casi 30 años a cumplir su sueño académico. Acabó la carrera y regresó a Fonz. Poco después, su padre se jubiló y los dos hermanos –Víctor trabajaba en la construcción– se plantearon coger el negocio. Pilar tenía 25 años. “Había un campo de la familia a las afueras del pueblo y empezamos allá de cero. Con 30 vacas no salían los números para vivir los dos, así que nos planteamos ordeñar ovejas. A mi padre casi le da un soponcio; no había tradición en la zona y no lo veía claro, pero nos animamos. Vendíamos la leche a una cooperativa, pero con el tiempo vi claro que no quería depender de un solo cliente, así que me fui a Santander a hacer un curso de quesos; allí aprendí también a hacer yogur”.

Pilar volvió del curso y se animó a hacer yogur con la leche de sus ovejas y la yogurtera casera. “Está mal que lo diga yo, pero me salió buenísimo -ríe- y lo mismo dijeron familia y vecinos cuando se lo di a probar. De hecho, me retaron a que lo hiciese de verdad, y para allá que me fui; Víctor y yo fundamos la Quesería Val de Cinca en 2007. Por entonces también trabajaba de funcionaria, pero tuve que dejarlo porque no daba abasto; me tocó lo del emprendedor rural, trabajar sin descanso y sin recompensa inmediata, con cero clientes de salida, en la calle con la carpetita y los yogures de muestra. Fueron llegando los clientes poco a poco, y ahora tenemos 200 fijos por toda Huesca y algún punto en Zaragoza. Además, decidimos no tener distribuidor, así que nos pusimos también a vender; ahora tenemos un distribuidor en Barbastro de confianza, pero también seguimos repartiendo nosotros. Somos 8 personas trabajando en la empresa; 4 mujeres y 4 hombres, incluidos mi hermano Víctor y mi marido Eduardo”.

En Zaragoza se venden productos de Val de Cinca en 11 Quesos, La Rinconada del Queso, La Alacena de Aragón y Melsa. “En Huesca, Barbastro y Monzón –aclara Pilar– trabajamos con supermercados, y en la provincia en tiendas ‘delicatessen’ y restauración. También tenemos tienda ‘online’, mucha gente que viene y prueba sigue comprando a distancia. Empezamos solo con yogur, que es el producto estrella; también hacemos queso curado, que necesita 2 meses de curación, y que hemos vendido mucho gracias al arrastre del yogur. Luego empezamos a embotellar leche de oveja para cuajada; ahí me inspiré en la Ulzama de Pamplona, propiedad del ex futbolista y entrenador de fútbol Cuco Ciganda. Después empezamos a sacar el queso Nube, un rulo de oveja; en 2016 se llevó una medalla de oro en los Premios Cincho. Todos los productos tienen el sello de Artesanía Alimentaria, algo que da confianza sobre nuestra forma de trabajar”. Cierto, ciertísimo para la primera impresión, pero el paladar manda; si se acercan por Fonz entre semana o encuentran el producto en otro lugar, prueben y acepten su nueva condición de subyugados; basta probar para querer repetir, y la sensación no tiene fecha de caducidad.

El espíritu artesano y el rigor mueven a Pilar Febas en la confección de yogur y queso

¿Esconder el secreto? Al revés: los fines de semana son de visitas

La pequeña factoría quesera de Fonz tiene una imagen arquetípica por dentro. El toque diferencial está en el concepto y en la habilidad artesana de sus trabajadores. La visita de HERALDO sorprende a Sandra Corbacho y Maribel Arcos en plena confección del queso Nube. “Se elabora mucho –explica Pilar Febas– lunes y jueves, para poder estar el resto de días en venta y otros menesteres. Este queso es pasta, leche y fermentos, sin colorantes ni conservantes ni desuerantes; con el moho blanco se convierte en nube; el proceso completo dura una semana y aguanta mes y medio en perfectas condiciones de calidad”.

En la granja de los Febas hay partos de ovejas tres veces al año, y lógicamente aumenta entonces la producción de leche. “El queso curado se agota rápido y vamos haciendo cuando llega leche suficiente, pero con el yogur y la leche de oveja para cuajada nunca decimos ‘no hay’, haya nieve o chuzos de punta”, explica Pilar.

El proceso del yogur es rápido. Se pasteuriza leche, se añaden fermentos lácticos y se envasa para pasar a la incubadora, que hace las veces de gran yogurtera con capacidad para 3.000 yogures. Ahí se ponen a 45 grados para que cuaje apropiadamente, luego se enfría a 10 grados en una hora y pasa a la cámara de reposo. “El proceso completo dura menos de 24 horas; si se elabora el lunes, ya se vende el martes y normalmente el jueves hay que volver a hacerlo. Estoy pensando en cosas nuevas, sin prisa pero sin pausa; la tarta de queso está en los planes”.

La quesería (valdecinca.com) no esconde sus secretos: hay visitas sábados y domingos a las 12.00. “Son tres ‘horetas’ –remata Pilar– de recorrido gratis, esos días no hay confección. En mayo vamos a remodelar la tienda y la sala de visitas, donde prueban producto y aprenden los procesos; luego compran con más gusto”.

La importancia de controlar el proceso desde el primer paso

Víctor Febas se multiplica en la granja familiar. Actualmente tienen 500 ovejas adultas de raza lacona, aunque si se suman los corderos (que tienen su parcela propia) el número de cabezas se acercan a las 1.000. Pilar está orgullosa del trabajo colectivo y del bagaje que supone su condición de veterinaria. “Aunque no cure animalitos, ser veterinaria me sirve para gestionar la granja en temas como la alimentación y todos los aspectos fitosanitarios; sumo lo que aprendí en la facultad a todo lo que he ido descubriendo en el curso de los años. Y estoy encantada de ser emprendedora, y rural. Ahora, además, estoy abundando más en la promoción en redes; manejamos Facebook y el Instagram es @valdecinca”. En la tienda se venden productos de kilómetro cero, como el aceite El Cadillo de Fonz, miel de Graus y San Esteban de Litera, frutos secos de Binéfar o vino de Bestué (D.O. Somontano).

Cómo llegar a Fonz y qué ver

Comarca. Somontano de Barbastro.

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 69 kilómetros. La ruta más directa va por la autovía A-22 hasta la salida 48 a la altura de Castejón del Puente, para tomar ahí la A-1236 hasta Fonz.

El patrimonio. El Palacio de los Barones de Valdeolivos es la joya de la corona del municipio, y la fuente de los seis caños se ha convertido en escudo de la localidad. La Plaza Mayor fue declarada en 1976 Monumento Histórico-Artístico, y el palacio de los Duques de Alba albergó en su día la residencia de ancianos San Blas.

La Sabina. Este albergue inclusivo es escenario de campamentos de verano y encuentros internacionales con asociaciones de discapacitados intelectuales.

Visitas teatralizadas. El pasado 15 de septiembre se efectuaron visitas por el casco histórico de Fonz recordando la visita en 1585 de uno de sus hijos más ilustres, el obispo Pedro Cerbuna. 

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

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