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El retablo mayor de Ibdes y su juicio final

La obra data del siglo XVI y se encuentra en la iglesia de San Miguel; las puertas pintadas por las caras interna y externa son su elemento distintivo... y brillante.

Foto de Ibdes
Retablo del altar mayor de la iglesia de San Miguel
Laura Uranga

Más allá de la solemnidad y valor artístico del retablo en el altar mayor de la iglesia de San Miguel de Ibdes, el punto diferencial son las grandes puertas o sargas diseñadas para protegerlo; desde el Domingo de Ramos hasta el Sábado de Gloria se cierran, tapando el retablo, y queda a la vista el trabajo pictórico que permanece oculto durante el resto del año. Las puertas abiertas, que reposan sobre los laterales del altar mayor, permiten la contemplación a plenitud del retablo de Juan Martín de Salamanca y Pietro Morone. Juan Martín de Salamanca fue realmente el coordinador de la obra escultórica, y se atribuye la confección de las esculturas a Juan de Bayarte y Jaques Rigalte. Morone se encargaría de dorarlo y policromarlo, aunque eventualmente también asumió las tareas pictóricas. El trabajo fue laborioso; comenzó en 1557 y se cree que finalizó 8 años después.

Seis días especiales en Ibdes

María Guajardo es la guía turística de Ibdes. Nacida y criada en el pueblo, disfruta de su trabajo y se le nota el orgullo a la hora de mostrar a los visitantes los tesoros de la localidad, con como punto primordial de atención. “El cierre oficial de las sargas es únicamente en esos 6 días de la Semana Santa, aunque a lo largo del año sí hay alguna excepción puntual, en virtud de los visitantes que lo soliciten. Al cerrar las sargas se ve en ellas la primera copia que hubo en España del ‘Juicio final’ de la Capilla Sixtina de la basílica de San Pedro del Vaticano que pintara Miguel Ángel, con el apocalipsis reflejado en la parte central, los símbolos de la pasión en las portezuelas superiores que se cierran con un sistema de poleas desde el altar. Abajo, cuatro estampas con el ciclo de la creación”.

La cara externa de las puertas del retablo se puede ver muy pocos días al año

Las dimensiones no son las mismas que en San Pedro, pero el sustrato sí; de eso no cabe duda. Y es que el retablo es espectacular; está inspirado en el de San Miguel de los Navarros de Zaragoza. “Una gran figura de San Miguel Arcángel –explica María– aparece en la hornacina central, amenazando al diablo con su gran espada; en la parte del banco hay escenas de la vida y pasión de Cristo. En las entrecalles están los 12 apóstoles, hay 4 en cada uno de los 3 cuerpos, y en las calles está la Natividad y la Epifanía, la expulsión de Adán y Eva y la Unción de los Elegidos, la Disputa del cuerpo de Moisés y la Coronación de los justos. Arriba, la Coronación de la Virgen, el Calvario y la imagen de Dios Padre”.

En las compuertas superiores están el Arcángel San Gabriel y la Anunciación, mientras que las grandes pinturas que evocan la Resurrección y la Asunción pueden verse todo el año en la parte interior de las sargas.

El retablo y las sargas pasaron por un período de restauración desde octubre de 2015, que concluyó el 13 de junio de 2017 con una reinauguración. Se quiere asumir a corto y medio plazo la restauración de los altares laterales. El órgano está en funcionamiento; tras varios años fuera de la iglesia, volvió a estar hábil en 2007. “Hay un organista nacido en Ibdes, Víctor Solanas, que suele tocarlo en verano; además, hay conciertos puntuales organizados por la Diputación Provincial de Zaragoza.Es el otro gran punto de interés en la iglesia, desde luego, pero el retablo se lleva todas las miradas”. Después de verlo, es muy comprensible.

El contexto histórico de una obra magnífica que merece más foco

El pueblo de Ibdes tuvo que tener a mediados del siglo XVI mucho dinero, o contar con un mecenas muy importante (quizás un miembro de alguna de sus familias nobles, como los Liñán o los Doñoro), para poder lanzarse a hacer un retablo tan monumental y espléndido como el que todavía hoy vemos en el altar mayor de la iglesia de San Miguel, que deja con la boca abierta al visitante. Uno no se espera una obra de arte de esa calidad y dimensiones, propias de una catedral, en un pueblo que no llega a 600 habitantes. Y menos se espera aún ver que, a diferencia de la gran mayoría de los casos, ese retablo conserva sus puertas, hechas de sargas pintadas con gran maestría.

Una estructura tan grande, dispuesta a modo de tríptico (se adapta a la forma poligonal del ábside), con tal número de esculturas y tan magnífica policromía no fue cosa de broma: costó nada menos que 40.000 sueldos, tardó varios años en ser ejecutado y movilizó a un equipo de artistas y artesanos de considerable envergadura, entre tallistas, fusteros, mazoneros, imagineros, pintores y doradores. Y es que el retablo de San Miguel de Ibdes fue una de las empresas escultóricas de mayor envergadura en el Aragón de la época renacentista. Todavía hoy es una de las más impresionantes realizaciones artísticas entre los retablos hechos en España en el siglo XVI.

Fue la culminación de un periodo de esplendor artístico para Ibdes que se había iniciado a comienzos de esa centuria con la construcción de la propia iglesia: el edificio, que había sido fortaleza al menos desde tiempos de los romanos, dada su ubicación estratégica, fue rehecho y reconvertido a su nueva función de iglesia, aunque se reaprovechó en parte la vieja estructura. Había resultado muy dañado durante la Guerra de los Dos Pedros entre Castilla y Aragón, a mediados del siglo XIV, y por fin en el XVI se decidió acometer la obra que lo convertiría en un hermoso templo de planta de salón, similar a los de Longares o Fuentes de Jiloca, aunque con algunos detalles de estructura y decoración que remiten todavía, en cierto modo, al estilo gótico.

Conserva esta iglesia su aspecto de fortaleza, con sus recios muros reforzados por contrafuertes igual de recios, y su torre-campanario reaprovechada del recinto defensivo anterior. Fue construida entre 1517, fecha en la que se firmó el contrato de obras con el maestro Martín Camacho, y 1539, cuando se consignaron el primer bautizo y el primer enterramiento realizados en ella.

La Gruta de la Virgen de la Soledad

A la entrada del pueblo desde Jaraba se puede visitar la Gruta de la Virgen de la Soledad. “Fue descubierta –apunta María– a finales del siglo XIX; se trata de una formación de rocas calcáreas con abundancia de estalactitas y estalagmitas. Se acondicionó el suelo, porque solía ser destino de un viacrucis alterno los viernes de la época de Semana Santa, junto con el Sepulcro al otro lado del pueblo; por eso hay una gran cruz en la cueva, y la Virgen lleva más de 100 años en ela. Ahora el viacrucis se hace el Martes Santo desde y hasta la iglesia, dando una vuelta por el pueblo”.

Justo al lado de esta gruta hay otra caverna sin connotaciones religiosas, que suscita un gran interés entre los visitantes al pueblo; la llamada Gruta de las Maravilas. Por otra parte, en la ermita de la Virgen de San Daniel (a unos 2 kilómetros del pueblo) hay una talla de esta misma Virgen, patrona de Ibdes; la talla está bendecida por el papa Juan Pablo II. Se trajo un 18 de agosto, el día de esta Patrona.

Cómo llegar a Ibdes y qué ver

Comarca. Comunidad de Calatayud.

Cómo llegar. La forma más directa desde Zaragoza, su capital de provincia, es por la A-2 hasta la salida 211, y de ahí se coge brevemente la N-II y luego la A-2502 y la A-2501. Ibdes dista 125 kilómetros de Zaragoza.

Actividad asociativa. Asociación Cultural Amigos de la Villa de Ibdes tiene tres décadas de historia y medio millar de miembros. Mantiene una publicación anual, ‘El Pelao de Ibdes’, personaje que recoge un aguafuerte de Goya.

Bodega Esteban Castejón. Fundada en 1940 por Cecilio Esteban, pasó a Carmelo Esteban Castejón y desde 1993, a la tercera generación, representada por Carmelo y José Miguel Esteban Pelegrín. Para más información y compra de vino, bodegasesteban.es.    

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

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