Una investigadora aragonesa logra 1,8 millones para establecer una técnica que podría regenerar órganos

La investigadora María Moros ha obtenido 1,8 millones a través de unas de las ayudas que ofrece anualmente el Consejo Europeo de Investigación (ERC) en la categoría 'starting grants'. El proyecto SIROCCO es una investigación de ciencia básica que se centrará en establecer una técnica que permita que las células de un tejido o un órgano se regeneren. "Actualmente ya hay tratamientos a nivel experimental, pero que afectan a todo el cuerpo, pudiendo provocar efectos secundarios en órganos no deseados. Nuestro objetivo es conseguir que esta regeneración se aplique en un espacio y un periodo de tiempo concreto", ha detallado esta científica del CSIC que trabaja en el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA).

A través de nanopartículas e imanes. Estas son las herramientas con las que María Moros y su grupo de investigación -está previsto que contrate a seis investigadores para llevarlo a cabo- pretenden ayudar a los órganos del cuerpo a regenerarse. "Cuando nos hacemos una herida o un órgano está enfermo, se activan mecanismos para su recuperación. Con la edad este proceso es más complicado y, además, existen órganos que actualmente no pueden regenerarse, como es el corazón", ha explicado en una rueda de prensa en la que ha presentado su proyecto SIROCCO, que cuenta con una ayuda de 1,8 millones de euros para cinco años.

Durante su estancia en Nápoles, a través de una beca Marie Currie, estuvo trabajando con animales invertebrados, que al seccionarlos vuelven a regenerarse de nuevo; una habilidad que los vertebrados "han ido perdiendo". En estos momentos ya están llevando a cabo tratamientos experimentales, en biología molecular y con virus atenuados, con lo que se ha podido curar la enfermedad de Crohn en ratones. "Pero esta regeneración afecta a todo el cuerpo, pudiendo provocar efectos secundarios como la aparición de un cáncer en otro órgano. Por ello, nuestro objetivo es aplicar una nueva técnica en un solo lugar, de manera selectiva y temporal", ha desglosado.

¿Cómo lo van a hacer? Las células tienen la capacidad de sentir tensión. "Son capaces de saber que hay una herida en el cuerpo porque tienen una mayor tensión al estar muy juntas. Esto les indica que tienen que separarse para regenerarla", ha explicado. La intención es provocar esa tensión con el objetivo de que las células se separen y regeneren un tejido o un órgano: "Pondremos nanopartículas externas en las células y se activarán con un imán". De este modo, solo funcionará en aquellas células que tengan nanopartículas y que, además, hayan sido activadas con ese imán.

"Es un proyecto de ciencia básica que vamos a llevar a cabo en un laboratorio", ha puntualizado. Lo harán en las instalaciones de la Universidad de Zaragoza con un nuevo microscopio, muy sensible, que se va a adquirir como parte de la investigación. Su contrato con esta ayuda comenzará el 1 de mayo y los primeros pasos se centrarán en comprobar las células responden al estímulo de las nanopartículas (previamente ancladas en la membrana de la célula) y el imán. Posteriormente realizarán estudios con células madre, modelos de piel, heridas...

Durante estos primeros cinco años para los que cuenta con financiación, pondrá en marcha y perfeccionará esta técnica, que posteriormente podría ser aplicada en muchos otros aspectos: tumores, enfermedades de intestino, corazón, pulmones... En este proyecto se incluye la contratación de seis personas. Un grupo interdisciplinar (biólogos, físicos, químicos...) en el que espera incorporar tanto jóvenes que vayan a realizar su tesis doctoral como investigadores con más años de experiencia.

Maru Diaz se compromete a impulsar la investigación

En la presentación del proyecto SIROCCO también ha estado presente la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz; la delegada de CSIC en Aragón, María Jesús Lázaro; y la vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Blanca Ros. Durante su intervención, la consejera ha destacado “que esta cuantía económica pone sobre la mesa una cuestión fundamental y es que en Aragón hay talento para liderar proyectos científicos de primer nivel”. Además, ha incidido en la importancia de que la financiación esté a la altura de las investigaciones que se están llevando a cabo.

En el presupuesto de 2020 se ha aumentado un 25% la cuantía destinada a esta cuestión. "No es todo lo que debería, pero es un primer paso para ir ratificando este Pacto por la Ciencia, que también se debe trasladar al Gobierno central", ha recalcado Díaz. Asimismo ha destacado que investigadoras como Moros demuestran que las mujeres también pueden ser pioneras en ciencia y estar en primera fila.

La vicerrectora de Política Científica ha agradecido el apoyo incondicional del Gobierno de Aragón a los institutos de investigación. "No se conforme con lo que ya lograron sus antecesores, póngase nuevos retos", le ha pedido a la consejera. Además, ha recordado la cantidad de jóvenes, con muchísimas ganas de trabajar e iniciativas, que forman parte de los institutos de la Universidad de Zaragoza.

El programa 'starting grant' y la ayuda concedida a María Moros van dirigidos a la creación de grupos cuyo investigador principal tenga entre dos y siete años de experiencia postdoctoral y cuya actividad investigadora esté en la frontera del conocimiento. Los científicos pueden ser de cualquier país del mundo, siempre que desarrollen el trabajo en uno de los estados miembros de la Unión Europea. Según destacó la delegada de CSIC en Aragón, María Jesús Lázaro, esta institución cuenta con 96 ERC, 49 de ellos en vigor.