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Un columpio para que Hugo siga sonriendo

El Ayuntamiento de Barbastro ha colocado un columpio adaptado para un niño de movilidad reducida.

Hugo con sus compañeros de primero de Primara del colegio de La Merced de Barbastro
Hugo con sus compañeros de primero de Primaria del colegio de La Merced de Barbastro
J. L. P.

El pequeño Hugo, de 6 años, se balancea por fin desde un columpio empujado por sus compañeros en el patio de recreo del colegio público La Merced de Barbastro. “Hasta entonces, sólo podía jugar en el arenero”, cuenta la auxiliar que le asiste, María Teresa Carrero, dado que Hugo, padece una rara enfermedad no operable, MLC (leucoencefalopatía megaencefálica) y que le reduce considerablemente su movilidad.

Pese a su corta edad, los compañeros de 1º de Primaria pidieron en una emotiva carta a los Reyes Magos un columpio adaptado para Hugo. El área de Servicios y de Educación del Ayuntamiento recibió el encargo real y se puso manos a la obra. Y esta semana se ha instalado ya un columpio adaptado que hace las delicias de Hugo.

“Es sorprendente la reacción de los niños. Este no es un columpio exclusivo para Hugo pero cuando lo ven en el parque si hay algún niño ocupándolo, voluntariamente lo cede”, explica la auxiliar de Hugo.

Los mismos niños que pidieron este columpio han demostrado, además, saber ser agradecidos ya que han enviado también una emotiva carta. “Hace un tiempo pedimos un columpio adaptado para Hugo y niños que lo necesiten. Ayer lo colocaron y estamos muy contentos. Muchas gracias al área de Servicio. Firmado Alumnos de 1º de La Merced”.

Una de las tutoras de 1º, Natalia Vallonga, recalca que “a todos les ha gustado que Hugo tenga columpio. Se lo dejan y le ayudan a balancearse. Lo pidieron los niños y los maestros hemos ayudado un poco”.

Para la auxiliar de Hugo, el columpio ha servido como un gran estímulo “y otro juego para que pueda estar mejor aunque es un niño muy optimista y positivo. Hugo quiere ser como todos los demás y nosotros intentamos que así sea”. Los padres, felices, como explicaba la madre de Hugo, Laura Félix, quien agradecía la sensibilidad mostrada por el Ayuntamiento.

Laura y su marido han emprendido una campaña para sensibilizar sobre esta enfermedad y recaudar fondos que destinan para la investigación. Para ello han creado una asociación La Sonrisa de Hugo que recibe el apoyo social de los barbastrenses.

El jefe de estudios del CEIP La Merced, José María Viñuales, recalca que la propuesta “salió de los niños y al equipo directivo nos tocó contactar con el Ayuntamiento porque estos columpios son caros. Ha sido una maravilla, estamos todos encantados porque el uso es diario”. Viñuales también recalca el aspecto educativo de esta historia “porque los niños han visto que una petición que surgió a iniciativa de ellos ha tenido buena respuesta”.

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