Cuenta atrás para la peseta

Aunque pueda llamar la atención, un día si y otro también los aragoneses se acercan hasta la sede del Banco de España en Zaragoza -ubicada en la plaza de España- a cambiar pesetas. ¿Se acuerdan de ellas? Convivieron entre nosotros durante 134 años y fueron apeadas de la circulación el 28 de febrero de 2002 por el euro, única divisa válida desde el 1 de marzo de ese mismo año.

A pesar de que han pasado ya casi 18 años, los españoles aún conservamos monedas y billetes en pesetas por valor de 1.611 millones de euros -lo que equivale a 268.047 millones de pesetas-, según los últimos datos de la autoridad monetaria. Dicha cantidad representa un 3% del saldo total en circulación a 31 de diciembre de 2001 (cuando había 48.750 millones de euros) y el plazo para cambiar ese dinero por euros se agota. Concretamente, el periodo de canje finalizará dentro de un año, el 31 de diciembre de 2020.

Pero no todas las pesetas son canjeables: solo las nueve monedas que estaban en circulación a finales del año 2001 (de 2.000, 500, 200, 100, 50, 25, 10, 5 y 1 peseta) y los billetes emitidos a partir de 1939. Desde el Banco de España se hace hincapié en que si alguien quiere retirar un billete más antiguo debe consultar antes con sus técnicos para que ellos determinen si todavía conservan su valor de canje. “Probablemente, su valor numismático sea mayor que el nominal”, señalan.

Precisamente, las tiendas de numismática de la capital aragonesa también son testigo del goteo de ciudadanos preguntando si las monedas que guardan en casa tienen algún valor. En la inmensa mayoría de los casos, la respuesta es ‘no’. Tal y como afirma un veterano experto en numismática, los aragoneses guardan infinidad de monedas de pesetas que no valen para nada. A su juicio, de esos 1.611 millones de euros todavía habrá mucho dinero en pesetas de las antiguas que ya no se pueden cambiar porque el plazo para hacerlo expiró en 1997.

Para que una moneda tenga valor numismático, y por tanto interese a un coleccionista,  tiene que estar sin estrenar. Y la que figura en el puesto 'number one' es la moneda de 1 peseta de 1947 estrella 56. ¿Y por qué? Pues por el simple hecho de que ese año hicieron una tirada más pequeña de lo habitual cuando en años anteriores acuñaron 150 millones de esa moneda.

Una inesperada fortuna

El experto en numismática conoce el caso de una persona de Zaragoza a la que le tocó el Gordo, por así decirlo, allá por los años 70. En el plazo de pocos meses fallecieron sus padres -ya ancianos- y al desmontar el piso familiar se encontró en una canastilla de su madre un cartucho sin estrenar de pesetas de 1947 estrella 56. En total 50 de esas cotizadísimas monedas de 1 peseta. Un inesperado hallazgo que vendió por 8 o 10 millones de pesetas de la época; toda una fortuna.

La moneda de uso más común fue la de 100 pesetas. Ante la llegada del euro, el Ministerio de Economía, la Dirección General del Tesoro, el Banco de España y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda rindieron en su día un homenaje a esta unidad monetaria española con la acuñación de la moneda de 100 pesetas y de la de 2.000 en plata. Ambas reproducían la imagen de 'Hispania', "matrona postrada sobre los Pirineos y con una rama de olivo en la mano, que aparecía en la primera emisión nacional de pesetas de 1869", como recoge la Real Casa de la Moneda en su documento 'Adiós, peseta'.

El Banco de España es consciente de que un porcentaje de billetes y, sobre todo, de monedas no van a retornar nunca a la entidad financiera. Bien porque estén en manos de coleccionistas, de turistas o de ciudadanos como recuerdo. O porque se hayan perdido, destruido u olvidado. Pero quien tenga pesetas susceptibles de poder ser canjeadas por euros ya sabe que tiene un año de plazo máximo para hacerlo.  Y si, por algún milagro, alguien se encuentra con monedas de 1 peseta de 1947 estrella 56 sin estrenar no hace falta que sueñe con que le toca la lotería o el Euromillón.