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Temporada alta de cenas navideñas: cuidado con relajarse demasiado

En los próximos fines de semana se multiplican las reservas en los restaurantes para grupos de empresa, una oportunidad para mejorar el ambiente laboral en la que hay cosas que es mejor no hacer.

Preparativos de una cena de empresa en el restaurante Albarracín de Zaragoza.
Preparativos de una cena de empresa en el restaurante Albarracín de Zaragoza.
Heraldo.es

La semana que viene comienza la temporada alta de las cenas de empresa. La Navidad invita a compartir mesa y mantel con los compañeros de trabajo aunque tras la crisis ya no esté tan generalizado que sea la compañía la que pague el banquete. Pese a los cambios, la cena se mantiene como un buen momento para mejorar el ambiente laboral. "Cualquier evento por parte de la organización que fomente la cohesión grupal, la comunicación entre los empleados y empleadas y por tanto el sentimiento de pertenencia hacia la empresa va a ser positivo",  apunta Beatriz Soriano, desde el departamento de Recursos Humanos de la consultora Ayanet. Destaca que la cita se hace "en un entorno festivo, alegre, donde se dejan por un momento de lado los quehaceres  y problemas diarios y  nos centramos en compartir momentos positivos fuera del entorno laboral". 

Sin embargo, tampoco es la panacea. "Como todo, tiene su cara y su cruz. Cuando no se ha cuidado el ambiente laboral durante todo el año, no se va a encontrar ese momento de bienestar de forma mágica en una cena", advierte Elisa Múgica, psicóloga y codirectora del Centro Vitae. Pese a ello, también defiende los beneficios de una reunión de este tipo fuera del trabajo.

Los restaurantes preparan sus mejores galas para recibir a los variopintos grupos que reservan estos días cenas y también alguna comida. "El último fin de semana de noviembre ya hemos trabajado con empresas que adelantan las cenas de Navidad", explican desde Horeca Restaurantes. Este jueves también hay algunas reservas, en muchos casos del sector del comercio, por ser víspera de festivo. "Sobre todo, de gente que tiene que trabajar el sábado, como empleados de grandes superficies, en las que muchos departamentos celebran su cena el día 5", explica Mayte Barra, vicepresidenta de la organización que aglutina al sector de los restaurantes en Zaragoza. Los días de más actividad se esperan para la semana que viene y la siguiente. Las reservas se concentran después del puente festivo, de jueves a domingo, entre el 12 y 15 y el 19 y 22 de diciembre.

"Las empresas también optan por una comida cuando no hay disponibilidad para las cenas. Hay muy pocas que lo dejen para después de Navidad porque la gente coge vacaciones y se va", añade. Aunque "son los menos", reconoce que algunos rezagados terminan por tener que esperar a enero.

Ternasco y cava

En una celebración de este tipo se pueden encontrar menús a partir de 30 euros, apunta Barra. Se mantiene el gusto por lo clásico para acertar con la variedad de comensales, asegura. Los más tradiciones suelen pedir centros para compartir y "la paletilla de ternasco es lo más demandado", junto con algún postre con turrones. Y para brindar, cava aragonés. "Todo clásico y abundante", resume. Eso sí, atendiendo a las necesidades especiales de vegetarianos, intolerancias y alergias. Y se adaptan los menús a la diversidad cultural de las compañías. "Se nota la mezcla de culturas que hay en las empresas", apunta.

"Este año las reservas van igual o mejor que siempre", aseguran desde Horeca Restaurantes. El mayor parón se registró durante la crisis, sobre todo, porque eran menos las empresas que abonaban la cuenta a sus empleados. A partir de ahí se ha extendido la necesidad de pagar a escote. Las empresas grandes siguen invitando a los trabajadores, pero si se trata de compañías más pequeñas cada uno abona lo suyo, apunta Barra. Ello no impide que se mantenga la tradición. De hecho, desde su percepción como hostelera, cree que "cada vez salimos y celebramos más".

Desde Ayanet coinciden en que a partir de 2008 muchas empresas tuvieron que recortar gastos y eliminar estas cenas o dejar de pagarlas. "Si no hay presupuesto planteamos actividades alternativas, y si queremos cena, que la puedan organizar los propios empleados", aconseja. Por ello, si la compañía no puede afrontar el coste de invitar a la plantilla propone opciones más económicas como celebrar "un vermú navideño informal en la propia empresa, un concurso de roscones o un día en familia, dejando que los más pequeños de la casa vengan al puesto de trabajo y hagan algún concurso de postal navideña, por ejemplo", propone. 

Consejos para la empresa

1. Elegir un lugar cómodo y accesible para lo que desde Ayanet RR. HH. plantean animar a los empleados a aportar ideas de restaurantes u hoteles favoritos para que se involucren.

2. Hacer actividades, premios, juegos, villancicos entre los novatos, alguna actividad original que haga que el ambiente sea distendido y divertido.

3. Intentar dejar los números de lado, más allá de algún discurso por parte de gerencia de agradecimiento, para intentar compartir algo más que trabajo.

4. Mezclar los grupos, hacer actividades con personas de varios departamentos y convertir la cena en un buen momento para hablar con compañeros con los que habitualmente no hay comunicación.

Consejos para los asistentes 

1. No olvidar que es una reunión socio-laboral. Pese al ambiente más distendido, sigue siendo una cena en el marco del entorno laboral, recalca la Múgica desde el Centro Vitae de psicología. Defiende que supone una buena oportunidad para "dar la mejor versión de uno mismo", para "mostrar la parte de nosotros más relajada que a veces el ambiente laboral no facilita", pero sin hacer nada de lo que nos podamos arrepentir el día después.

2. Hablar de temas comunes. Para facilitar que la cena transcurra en un ambiente relajado la psicóloga aconseja mostrarse "correcto y amable" buscando "temas comunes" para entablar conversación como los hijos, perros o aficiones comunes. Pero es importante no profundizar demasiado. Por ejemplo, en cuestiones como los problemas de pareja o con los hijos "igual no es el entorno adecuado y nos vamos a arrepentir". Desde luego, nada de política ni religión.

3. Cuidado con las redes sociales. Colgar en Twitter o Instagram una imagen de grupo de los asistentes a la cena puede ser adecuado, pero hay que ser prudente con los reportajes de lo que va ocurriendo toda la noche. "Las redes sociales son un escaparate. Vamos a mostrar cosas que luego no queremos que estén ahí para siempre", recuerda Múgica. 

4. Evitar abusar del alcohol. En el marco de la cena, la bebida puede ayudar a desinhibirnos, pero si bebemos mucho la imagen que vamos a dar no es la que queremos. Y es con la que habrá que convivir el resto del año.

Pese a las recomendaciones, la psicóloga considera que si la persona "no se siente demasiado ubicado en el grupo, la cena de empresa es una buena ocasión para mostrarse". Una oportunidad para "que me conozcan y quitarme prejuicios sobre mis jefes y compañeros", añade. Siempre que se consiga hacer sin dejarse llevar por la presión del grupo y siendo conscientes de que el lunes hay que volver a la rutina.

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