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Diez consejos para que no se atragante la Navidad

Los expertos en nutrición recomiendan tener una buena planificación, mentalizarse y controlar los excesos para poder disfrutar de las comidas navideñas.

Compras de última hora en el mercado central de Zaragoza en diciembre de 2017.
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Aránzazu Navarro

Se acercan ya las Navidades y con ellas los días de encuentros familiares y con amigos en los que solemos comer más de la cuenta y pasarnos con los tentadores turrones, polvorones y demás delicias dulces. Según los dietistas-nutricionistas es frecuente que en esta época del año se ganen uno o dos kilos y en los casos más excesivos, entre 3 y 5.

Ángel Soriano y Carolina González, dietistas-nutricionistas y miembros de la plataforma Doctoralia, han elaborado un análisis de los hábitos alimentarios en la etapa navideña, que se caracterizan por un incremento en la ansiedad que nos lleva a comer de todo y a todas horas.

Ambos profesionales coinciden en que el ansia por comer en las celebraciones navideñas tiene en gran parte una causa social, ya que "la ilusión y el entusiasmo por reunir a la familia y a los amigos implica que se quiera compartir un momento de abundancia basado en el placer, lo que se convierte en un exceso en el consumo de comida y bebida".

Además, “es propio de este periodo consumir menús más variados y alimentos con más calorías, como polvorones, mantecados, asados, patés, quesos y productos tradicionales” señala Carolina González.

Asimismo, para Ángel Soriano, los dulces juegan un papel clave. “El consumo continuo de dulces provoca alteraciones en los niveles de azúcar del organismo que inevitablemente nos llevarán a tener sensación de hambre una y otra vez”, destaca.

Este es un decálogo de recomendaciones elaborado por estos dos profesionales de la nutrición para disfrutar de un menú navideño sin excesos y afrontar estos días sin sacrificar la salud ni la línea:

Asegúrate de añadir vegetales en cualquier comida, especialmente en las más densas, ya que nos ayudarán a saciarnos con menos calorías. Por ejemplo, brochetas de cherry con albahaca y perlas de mozzarella o una ensalada de canónigos, tomate, aguacate y salmón ahumado. La clave está en sorprender a la familia con algo diferente y ligero.

1

Ofrece postres que faciliten la digestión y que incluyan fruta, evitando así azúcares añadidos o harinas refinadas. Puede ser un sorbete de piña fresca y papaya, o fresas con chocolate negro.

2

Prioriza el uso del aceite para cocinar –antes que la mantequilla- y en poca cantidad.

3

Limita el alcohol lo máximo posible a días festivos. Incluye un vaso de agua entre copa y copa de vino.

4

Sírvete en tu propio plato. Es una manera de controlar tu ingesta, ¡así que evita picar de una fuente!

5

Mastica despacio: comer rápido hace que no que no percibamos que nuestro estómago se está llenando e ingerimos mayor cantidad de comida que si masticásemos despacio disfrutando de lo que comemos. Un truco para ello es soltar los cubiertos entre bocado y bocado.

6

Lleva una alimentación ligera los días no festivos. Incluye cremas de verduras, sopas y ensaladas. No olvides tomar también 3 piezas de fruta diarias.

7

Sal con la familia a pasear por los mercados navideños, especialmente después de una comida copiosa, y evita unir el almuerzo, el postre y la merienda.

8

Si vas a tener una comida importante, como la de Nochebuena, la de Navidad o la de Nochevieja, procura hacer ejercicio por la mañana en ese día.

9

Cuando te tomes un capricho sé consciente del momento y concéntrate en disfrutarlo.

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