Aragón es la comunidad donde más crece el porcino y también la oposición a este sector

En la comunidad hay ya 7 cerdos por cada habitante, el número más alto de España. La plataforma surgida hace dos años en Loporzano ha creado una coordinadora estatal en contra de la ganadería intensiva.

El ganado porcino es cada vez más líder en Aragón
El ganado porcino es cada vez más líder en Aragón
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El crecimiento del sector porcino en Aragón en los últimos años ha sido exponencial. Y no solo por el aumento del número de granjas, sino también de mataderos y de macroproyectos como el que instalará el grupo Guissona en Épila, que sumará más de 4.000 empleos en la zona.

Si lo reducimos a términos poblacionales, en Aragón hay actualmente 7 cerdos por cada habitante. El aumento se enmarca en cifras de forma clara. En 2014 había 5,3 millones de cerdos en la Comunidad. En la actualidad, según la última Encuesta Ganadera del Ministerio, su cifra asciende a 7,76 millones de animales, superando por primera vez ligeramente a Cataluña (con 7,75 millones), histórico líder del sector porcino en España. A las dos autonomías vecinas, que suman entre ambas más del 50% de la cabaña nacional, le siguen a distancia Castilla y León con 4 millones de cerdos y Andalucía con 2,6. Murcia, con el empuje de un grupo como ElPozo, tiene 1,8 millones.

Sin embargo este auge del sector porcino ha llegado de la mano de las protestas en distintos municipios de vecinos que se oponen a este modelo de ganadería intensiva. En Aragón, de las más de 4.000 explotaciones que hay, apenas una decena son extensivas, es decir, se cría a los cerdos en pastos semi abiertos. La creación de estas granjas ha traído quejas por los posibles daños por contaminación de aguas con purines cuyos daños ya se han denunciado en algunas zonas de Aragón como el Matarraña, así como la apuesta por un modelo que algunos entienden que se opone a otros como el turismo verde o de montaña.

En el municipio oscense de Loporzano llevan desde 2016 pidiendo que en su localidad no se instalen dos granjas de en torno a 2.000 cerdos cada una. Tras enquistarse, el proceso ha acabado en un contencioso administrativo que ha impedido que se instalen por el momento. Tras estos dos años, el grupo de vecinos que promovió la plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva ha conseguido formar una coordinadora a nivel nacional que hace un par de fines de semana tuvo su segunda reunión en Cuenca.

Rosa Díez, vecina de este pueblo de poco más de 500 habitantes, es portavoz de la plataforma. “Formamos un primer encuentro en Loporzano el pasado otoño que tuvo un éxito que nos superó a todos, y de ahí surgió el germen de la coordinadora, donde hay plataformas similares de Castilla y León y La Mancha, Murcia, Valencia, Andalucía, además de organizaciones internacionales como Amigos de la Tierra, Compassion in World Farming, Ecologistas en Acción, Food & Water Europe, Greenpeace y Justicia Alimentaria”, explica.

Según su punto de vista, el crecimiento del sector por la vía intensiva “se está haciendo sin una estrategia ni a nivel nacional ni autonómico. Hemos visto falta de documentación en varias solicitudes, poca claridad a la hora de decir de dónde se sacará el agua que estas granjas necesitan, y por supuesto pocas garantías de que los purines no acaben contaminando acuíferos”, señala. La plataforma de Loporzano, actualmente formada por 300 vecinos y personas descendientes del pueblo, también opina que estas instalaciones pueden ir en contra de alternativas turísticas en una zona como la suya, pegada a la Sierra de Guara.

En estos municipios denuncian también que en la mayoría de proyectos de nuevas granjas se repite una cifra: 1.999 cerdos. El hecho de que los proyectos no superen los 2.000 cerdos obedece al tipo de permiso solicitado. Para este tipo de granjas es suficiente con una licencia ambiental de actividad clasificada. Si se supera el número se requiere una autorización ambiental integrada, que pasa mayores controles.

Un sector que mantiene más empleos que Opel

Pese a que han mantenido contactos con la DGA, por el momento no parece haber puntos de encuentro. No en vano, la Consejería de Desarrollo Rural ha mantenido su apuesta por el porcino como uno de las pocas áreas del sector primario que tienen cierta estabilidad y rentabilidad. Además, también se valora que estas explotaciones se crean en municipios de todas las comarcas, aunque en los últimos años su concentración se ha acentuado en el entorno de La Litera, el Matarraña, y Ejea.

El sector porcino mantiene en la actualidad 11.000 empleos en la Comunidad, más incluso que la planta de Opel en Figueruelas y a su negocio responde un 4% del PIB. Su crecimiento se basa en buena parte en la salud exportadora, especialmente tras la entrada en el mercado de China, que en 2013 comenzó a visitar granjas aragonesas para aprobar sus permisos de venta al país asiático y ahora compra por valor de 61 millones de euros sin tener en cuenta países intermediarios.

Desde el sector, Roberto Sanz, representante de Uaga en la Ejecutiva y ganadero porcino, valora que “la carne de cerdo se ha quedado como uno de los pocos productos rentables del campo. Entiendo que haya gente a la que le pueda molestar tener una granja de cerdos cerca, pero hay una cosa que siempre se ha dicho sobre esto en Cataluña. Allí tienen dos centrales nucleares, y apenas hay oposición comparada a las granjas. Si le ponemos a alguien la misma cantidad de purín y de plutonio cerca, podemos imaginar que causa más miedo”, señala.

Pese a esto, comparte en cierto modo algunas de las quejas de estas plataformas. “Es cierto que el sector ha crecido aupado por la inversión de personas que no son ganaderos ni pertenecen a grupos cárnicos. He visto dentistas y abogados invertir en granjas en los últimos años, y es verdad que este tipo de inversor, aunque no tiene por qué, puede dar la impresión de que solo va a buscar la rentabilidad”, explica. Él mantiene que en los próximos años los retos del porcino para seguir creciendo son “reducir el uso de antibióticos y mejorar la gestión de purines”.

En el mismo sentido comentaba a Heraldo.es José Luis Lavilla hace unos meses, presidente de la Asociación Pecuaria de la provincia de Huesca (Asopeco) y miembro de Asaja, que cría sus cerdos en La Litera. Él cree “que en una comunidad con tantas zonas despobladas como Aragón, el porcino da una alternativa para fijar población; siempre con responsabilidad”, señala, aunque también desearía que en este proceso se configuraran distintas medidas para diferenciar las explotaciones que son de autoempleo y las que tienen una vocación más inversora.

En este sentido, el Gobierno de Aragón lleva meses trabajando en un nuevo Decreto de gestión de purines que se focalizará en centros de gestión de residuos como se ha probado ya en zonas como el entorno de Ejea. “Posiblemente obligue a muchos ganaderos a invertir para actualizar sus explotaciones, pero la mordenización solo puede ser buena”, opina Sanz.

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