¿Macrogranjas o turismo verde?: Crecen las quejas contra la ganadería intensiva

El debate en el medio rural se da cada vez en más municipios. El último caso se ha dado en la ampliación de una granja de pollos en Loporzano.

Una cerda, junto a sus crías en una granja aragonesa
Solo una de cada ocho granjas porcinas cumple la normativa europea
ARCHIVO

Loporzano es un pequeño municipio de Huesca de poco más de 500 habitantes que desde hace año y medio vive un tenso debate entre sus vecinos. Unas 230 personas -entre residentes y personas con segunda residencia- se aglutinaron en una plataforma que nacía para evitar la instalación de dos granjas de cerdos en su término municipal.

El debate, tras conseguir las explotaciones los permisos por parte del Ayuntamiento, que remitió en su momento que se los debía otorgar en base a la legalidad, está actualmente en estado de espera después de que la plataforma, denominada 'Loporzano Sin Ganadería Intensiva', iniciara un proceso contencioso que ha paralizado el expediente.

Son varios los motivos que han llevado a estos vecinos hasta mover acciones legales. “Consideramos que para nuestro municipio puede ser perjudicial estas instalaciones porque pensamos que puede lastrar la vía económica del turismo. Estamos próximos a la Sierra de Guara, aquí hay mucho movimiento y casas rurales” explica Jaime Seuma, portavoz de la plataforma. A ello se suma un problema que viene arrastrando el sector porcino en los últimos años en Aragón, el tratamiento de purines, y también una valoración económica. “Cualquiera sabe que una vivienda cercana a una explotación de porcino pierde valor, por lo que también estamos en nuestro derecho como propietarios de defender nuestros intereses”, señala.

El sector porcino no es sin embargo el único que ha generado debate en este pueblo. Hace dos semanas la Plataforma volvía a denunciar en esta ocasión la ampliación de una granja avícola que pasaría a tener 70.000 pollos de engorde. A su tramitación, actualmente en el Inaga, la plataforma y Amigos de la Tierra han alegado problemas con la gestión de estiércoles y el supuesto perjuicio que puede suponer para especies protegidas como el quebrantahuesos o el águila perdicera.

Loporzano fue el primer municipio donde se aglutinó una plataforma en este sentido, pero no es el único. Desde diciembre del año pasado en el Canal de Berdún otra plataforma se opuso al proyecto de instalación de hasta siete plantas porcinas. “Se habló con el Ayuntamiento que entendió nuestra opinión y finalmente no se modificó en Plan de Urbanismo, por lo que no salieron adelante. De haberse instalado todas se puede imaginar lo que habría supuesto para un pueblo de 300 vecinos”, explica Peter Rich, miembro de Stop Cerdos Canal de Berdún y gerente de un negocio de turismo rural.

Granjas de 1.999 cerdos

En estos municipios denuncian también que en la mayoría de proyectos de nuevas granjas se repite una cifra: 1.999. El hecho de que los proyectos no superen los 2.000 cerdos obedece al tipo de permiso solicitado. Para este tipo de granjas es suficiente con una licencia ambiental de actividad clasificada. Si se supera el número se requiere una autorización ambiental integrada, que pasa mayores controles.

“Lo que hemos detectado es que se solicita un permiso de este tipo y posteriormente una ampliación. No estamos en contra en sí mismo del sector porcino, que obviamente tiene su valor, pero creemos que en zonas de riqueza natural que hay que preservar por su interés también turístico y económico no es lo más conveniente”, sostiene Seuma.

11.000 empleos y casi el 4% del PIB viene del mundo porcino

En la otra cara de la moneda está el valor que el sector porcino ha aportado al mundo rural en los últimos años, siendo uno de sus mayores generadores de riqueza. Gracias, en gran parte, a la apuesta por explotaciones intensivas.

En la actualidad, según los datos de la DGA, Aragón cuenta con 6,6 millones de cabezas de este ganado y cerca de 4.000 explotaciones, de las que solo 6 son extensivas. Un crecimiento exponencial si se comparan con las que había por ejemplo en el año 2000 (3,5 millones). Hoy este sector da trabajo en Aragón a cerca de 11.000 personas y aporta casi el 4% del PIB de la Comunidad, muy por encima de otras industrias. Unas cifras que irán a más cuando el grupo leridano Guissona ponga en marcha una nueva macro-planta en Épila que se prevé que dé trabajo a más de 4.000 personas.

A pesar de este crecimiento, desde el sector se sigue viendo todavía más margen. En la actualidad Aragón es el segundo mayor productor de España (con el 26% del total nacional) solo por detrás de Cataluña (28%). "Y Cataluña tiene menos extensión que Aragón", explica José Luis Lavilla, presidente de la Asociación Pecuaria de Huesca (Asopeco). “Lo importante es regular de forma conveniente estas instalaciones para que se pueda compaginar con todo, que es posible”, opina.

Sin embargo el crecimiento del sector se ha topado con un importante problema, la gestión de los purines. Desde hace unos años varias plantas de tratamiento se encuentran paradas, por lo que la mayoría de los deshechos se reutilizan como fertilizante, una práctica que aunque inocua en pequeñas cantidades, ha generado problemas en algunas zonas como El Matarraña, donde el exceso de nitratos causa problemas incluso para el agua de boca. La DGA, en vista a buscar una solución, está ultimando una nueva regulación que soluciones estos problemas.

Ganaderos también contra la intensiva

Caso distinto es el de la macroexplotación lechera que una cooperativa navarra quiere abrir en Noviercas, Soria, muy cerca del Moncayo. Allí si todo sale adelante se instalarán 20.000 vacas lecheras en régimen intensivo, es decir, más del doble de las censadas actualmente en Aragón, donde las explotaciones lecheras han sido unas de las que más han sufrido en los últimos años.

“Esa explotación daría vida a un pueblo pero mataría a muchos otros”, señalaba a Heraldo.es Carlos Larraz, representante del ganado lechero de Uaga a Heraldo.es. Por el momento, la Junta de Castilla y León parece dispuesta a defender la ubicación del proyecto, al que temen los ganaderos aragoneses por ser una nueva competencia añadida a un mercado marcado en los últimos tiempos por los precios bajos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión