Ruta a los Aguarales de Valpalmas y sus mágicas formas

Estas caprichosas formaciones rocosas son un paisaje que sorprende y cautiva al visitante, que puede llegar a conocerlas siguiendo un sencillo recorrido, que es recomendable hacerlo en estas fechas, antes del calor del verano.

Los Aguarales de Valpalmas, en las Cinco Villas, un paisaje singular fácil de visitar.
Los Aguarales de Valpalmas, en las Cinco Villas, un paisaje singular fácil de visitar.
María José Montesinos

Los Aguarales de Valpalmas, o de Valdemiraz, son unas formaciones geológicas de formas oníricas y sugerentes que sorprenden e impresionan al visitante que llega a este paraje de las Cinco Villas. Su paisaje nace de un fenómeno geológico conocido como ‘piping’: a lo largo de miles de años, el suelo de arenas y arcillas se ha ido erosionando y hundiendo por partes por la acción del agua y el viento y ha creado unas estalactitas de tierra conocidas popularmente como chimeneas de hadas. Al mirarlas parece estar viendo un planeta extraño en el que de un momento a otro va a aterrizar una nave de Star Wars.

Una buena manera de llegar hasta los Aguarales es disfrutando de un paseo desde la propia localidad de Valpalmas. Se trata de un recorrido de 4,5 km por pistas de continuo sube y baja pero con escaso desnivel. Estas fechas son idóneas para ello pues cuando llegue el pleno verano puede ser una senda con demasiado calor. Conviene en todo caso protegerse del sol, ya que el camino discurre a campo abierto todo el recorrido. La caminata discurre en su mayor parte por el sendero PR-Z 102, que nos llevaría hasta el siguiente pueblo de Piedratajada. Pero vamos a plantear nuestra ruta como una ida y vuelta a Valpalmas, que puede durar unas 3 h.

Una vez en la localidad, se puede aparcar el coche en la cooperativa. Desde allí, cruzar el pueblo dirección al ayuntamiento donde se coge la calle de la izquierda para tomar ya el sendero hasta llegar al Corral de Blas, donde enlaza con una pista. Tras caminar unos 500 m. aproximadamente se vuelve al PR-Z1 02 que lleva ya directamente hasta los Aguarales. El camino circula entre romeros y otras especies arbustivas de bajo porte. La senda ofrece magníficas vistas de la val.

Ya en los Aguarales conviene recorrerlos a fondo con un paseo que podemos comenzar por la zona acondicionada como mirador, en la que una mesa interpretativa nos explica el origen de estas curiosas formaciones. Siguiendo los caminos acotados, es posible caminar por dentro los Aguarales para sumergirnos en el disfrute de este singular paisaje. El silencio acompaña durante el recorrido, ya que la zona es muy tranquila, lo que refuerza esa sensación que se tiene en los aguarales de pasear por un sueño. 

La vuelta a Valpalmas se realiza por el mismo camino y se puede hacer una parada en la fuente Vieja, zona de recreo bien acondicionada bajo una chopera.

De regreso en la localidad, podemos visitar la casa de Santiago Ramón y Cajal, que vivió aquí de niños, de 1856 a 1860, y, según dejé por escrito, fue en este lugar donde nació su curiosidad por la naturaleza y por la ciencia. Y la iglesia parroquial de San Hipólito.

Existe la posibilidad de llegar en coche, por la carretera CV-613, que va de Valpalmas a Piedratajada, donde, a mitad de tramo, las señales nos avisan de la llegada a un desvío que, por pista de tierra, nos llevará hasta los Aguarales.

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