Cella utiliza las primeras patatas de la cosecha para cocinar 3.500 raciones de guiso con toro
La Feria dedicada al tubérculo termina con una multitudinaria comida popular en torno a la Fuente.
El resultado de la nutritiva mezcla de ingredientes y del trabajo de cientos de voluntarios fue una espectacular cazuela de 3 metros de diámetro por 70 centímetros de hondo repleta de un guiso aromático y humeante que se repartió entre el público. Media hora antes de empezar el reparto a razón de dos cazos por barba, cientos de comensales hacían ya cola a la espera del turno para retirar su ración.
El cocinero, Emiliano del Amo, reconoció, no obstante, que tuvo la ayuda de colaboradores "muy voluntariosos". Del Amo aportó su experiencia de cuarenta años como cocinero profesional, los últimos 32 en el hospital La Fe de Valencia. Afirmó que con los ingredientes de calidad que utilizó, empezando por la patata de Cella, "el resultado solo puede salir malo -bromeó- si le hechas un zapato viejo a la cazuela".
La comida popular de las primeras ediciones de la Feria se aprovechó para promocionar la patata con golpes de efecto como el asalto a récords Guinnes, como los mayores platos de patatas bravas, con all i oli y con costilla de cerdo. El teniente de alcalde, Juan Sánchez, explicó que desde hace años se optó por dejarse de "cosas raras" y limitarse a preparar una comida popular para todo el pueblo.
Desde primera hora de la mañana cientos de personas pululaban ayer por los alrededores de la Fuente para reservar un espacio en el que montar el equipo necesario: mesas, sillas y la intendencia complementaria. Javier Giménez se instaló con su familia veinte personas en total muy cerca de la monumental hoguera donde se cocía el toro con patatas. Acude a la comida popular desde que empezó, porque le gusta "el ambiente" que se crea en torno al guiso. Explicó que es una buena ocasión para reunirse con familiares y amigos. Para completar el menú, se trajo aperitivos, una ensalada, la bebida y el postre.
La organización proporcionó a los comensales la ración de guiso, pan y una bolsa con servilleta, cubiertos y plato. Todo por el módico precio de dos euros si se había pagado el bono de las fiestas patronales, salía gratis.
Los preparativos arrancaron a las 8.00, con la limpieza de la supercazuela y el encendido de la hoguera para seguir la receta. El trabajo se prolongó hasta las 13.30, cuando se apagó el fuego para que el plato "reposase". Al trabajo del equipo de cocineros, hubo que sumar el de doscientos voluntarios que en la tarde del sábado pelaron los 1.400 kilos de patatas usados ayer y otros 1.000 destinados a las 700 tortillas consumidas también durante la Feria.