Las peñas despidieron a la Vaquilla con actuaciones musicales y mucha diversión
Dos socios de Nos An Soltao fueron los encargados de quitarle el pañuelo al Torico y la traca puso el final a la fiesta.
Ya por la mañana muchas de ellas organizaron vermús para comenzar con fuerzas las últimas horas de la Vaquilla. La peña La Botera fue una de las primeras en comenzar sus actos vespertinos con una fiesta de la espuma a la que acudieron, sobre todo, niños. Aunque muchos mayores no pudieron evitar animarse a meterse dentro de las burbujas para refrescarse del intenso calor que hizo durante todo el día en la capital. Mientras que las luchas con la espuma se repetían, el animador de la discomóvil bromeaba con las caras de cansancio que mostraban los vaquilleros, provocadas por tantos días seguidos de disfrutar en la calle. Aunque el speaker no paró de mandar mensajes de ánimo para que los peñistas disfrutaran de las últimas horas de fiesta.
Los niños pudieron divertirse con los diferentes parques infantiles y las actuaciones destinadas a ellos. En El Chasco pudieron jugar con un hinchable en el que había un tobogán por el que deslizarse. En Los Marinos los chiquillos también pudieron disfrutar de diferentes atracciones.
Las actuaciones que se repitieron en las 19 peñas fueron las ofrecidas por las charangas que recorrieron las calles turolenses durante toda la tarde. De una forma más intensa, si cabe, que los días anteriores. Estas agrupaciones consiguieron llenar de jolgorio la ciudad y aumentaron todavía más el kilometraje recorrido por los vaquilleros, que se animaron a seguir sus ritmos pegadizos.
En la peña El Disfrute la tarde estuvo marcada por el preludio a su actuación musical nocturna: el concierto del grupo de tecno-rumba Camela. Celebraron una fiesta rumbera en la que los asistentes no pudieron dejar de mover sus pies al ritmo de la música de la discomóvil. Ya por la noche, la carpa de la peña se llenó para ver la actuación en directo del grupo que pisaba por primera vez la ciudad. La misma técnica siguieron en El Chasco, donde por la tarde sus peñistas no dejaron de cantar canciones de los años 80 y 90, para calentar la voz para el concierto del grupo de folk-rock Celtas Cortos.
La noche en Los Marinos comenzó con el humor aragonés del grupo de comedia musical Los Gandules, que presentaron en la capital su nuevo disco. Fue un concierto en el que no faltaron las carcajadas y en el que el público se hizo cómplice de la actuación. Ya de madrugada, disyóqueis turolenses llenaron de ritmo la carpa de la peña.
Los vaquilleros pudieron, además, llevarse un recuerdo en forma de foto de estas fiestas. Un aficionado fotógrafo realizó, como ya es habitual, un total de 4.000 instantáneas de todas aquellas personas que durante el fin de semana han recorrido las calles turolenses. Entre tanto retrato, a más de uno le costó encontrar su cara para llevarse la foto.
Terminaron así once días de fiesta donde los vaquilleros disfrutaron de multitud de actos. Ahora solo queda esperar a que la Vaquilla de 2016 comience.