en colaboración con

¿En qué consiste el proceso para poner un piso a nombre de un hijo?

Desde Tecnocasa explican los pasos a seguir en los procedimientos de cambio de titularidad de un bien, que a menudo se llevan a cabo con la intención de que no existan problemas para los descendientes cuando sus padres fallezcan.

Donar un piso a un hijo es como regalárselo pero, aunque parece un proceso muy sencillo, también tiene sus contras.
Donar un piso a un hijo es como regalárselo pero, aunque parece un proceso muy sencillo, también tiene sus contras.
Freepik.

Ante las complicaciones que puede llegar a suponer heredar una vivienda, muchas personas se plantean hacer en vida el trámite de ponerla a nombre de sus hijos, de manera que todo quede arreglado. Desde Tecnocasa apuntan que los notarios han detectado muchas consultas sobre la posibilidad de cambiar la titularidad de los bienes. El objetivo de estas personas es que sus propiedades pasen en vida a ser de sus hijos a través del cambio de nombre.

Como explican los notarios, estas personas se dividen en dos grupos: los que quieren poner a nombre de su hijo una vivienda en el momento de comprarla, y los que lo quieren hacer cuando ya son propietarios. En los dos casos, la motivación siempre suele estar relacionada con pensar en el día de mañana y en que los hijos no se encuentren con problemas (papeleos, impuestos...) al respecto cuando fallezcan los padres. Los notarios señalan que lo primero que hacen cuando una persona les solicita información sobre poner una vivienda a nombre de su hijo es informarle de todas las posibilidades que tiene. La primera opción es la donación. Donar un piso o una casa a tu hijo es como regalárselo. Pero, aunque parece un proceso muy sencillo, también tiene sus contras.

En este caso hay que tener muy en cuenta antes de efectuar esta operación su coste fiscal, que es bastante alto. De hecho, los notarios advierten que la cantidad a pagar por impuestos será más alta si se hace una donación que si se hereda un piso. En muchas comunidades, el impuesto de sucesiones está bonificado. Y en las que se tiene que pagar, el importe será muy inferior al impuesto que se soporta en caso de donación, tal y como afirman estos profesionales.

Además, la persona que hace la donación la tiene que incluir en la declaración de la renta, de la misma manera que si vendiera la vivienda, así que es posible que tenga que pagar más. También tendrá que pagar la plusvalía municipal. Así que donar a los hijos un piso en vida no parece la mejor solución en este sentido.

Vender la vivienda

Otra opción que proponen los notarios es vender el piso a tu hijo. Esta tampoco está exenta de impuestos, claro. Y es importante que si la escoges acredites que tu hijo te ha pagado realmente. De lo contrario podrías tener problemas con Hacienda, ya que podrían entender que se trata de una donación.

En este caso, tu hijo tendrá que pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales y tú deberás abonar el impuesto sobre la renta, además de otros gastos derivados de una operación de compraventa de vivienda. Los notarios creen necesario hacer una advertencia a las personas que deciden poner un piso a nombre de sus hijos pues, aunque sigan viviendo ahí, tienen que tener en cuenta que ya no van a ser los propietarios.

Esto significa no solo que tu hijo te puede echar del piso, sino que puedes tener problemas si le embargan los bienes. O, en el caso de divorcio de tus descendientes, un juez le podría adjudicar la vivienda a sus cónyuges. Aunque este tipo de situaciones no se suelen prever, es importante tenerlas presentes. Así, y para solucionar este problema, puedes reservarte el usufructo del piso mientras vivas.

La solución más fácil

Por todo ello, los notarios lo tienen claro. La solución más fácil y barata es que en el momento de adquirir el piso tú compres el usufructo y tu hijo compre la llamada nuda propiedad. De esta manera, tú te garantizas un techo y tu hijo se garantiza que el piso sea suyo. Para ello, es necesario que padre e hijo paguen al vendedor el precio del derecho que cada uno va a adquirir. A nivel de impuestos, se pagará lo mismo que si son solo los padres los que compran el piso. También hay que tener en cuenta que, si en algún momento queréis vender el piso, ambas partes tienen que estar de acuerdo.

Por último, los notarios recuerdan que siempre se puede optar por la solución ‘clásica’, es decir, la herencia. Que los padres sigan siendo los propietarios, que puedan vender el piso cuando quieran y que, si no lo hacen, lo hereden sus hijos cuando fallezcan y lo vendan si lo desean.