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Siguiendo la estrella mudéjar de Teruel

En 1986, la Unesco reconoció el arte mudéjar como Patrimonio de la Humanidad, dada su riqueza arquitectónica y artística y el contexto histórico en el que se desarrolló. Pasear por el centro de la capital turolense permite descubrir estas obras y disfrutar de un patrimonio único en el mundo.

torre de la catedral de Teruel tras haberse retirado los andamios que la cubrian por obras de restauracion. Foto Antonio Garcia/bykofoto. 22/03/21[[[FOTOGRAFOS]]]
La catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel es una de las construcciones más características del mudéjar en España.
Antonio García

Cuando uno visita la ciudad de Teruel, uno de los ‘souvenirs’ más típicos con el que puede hacerse es aquel que contiene la estrella mudéjar, también llamada estrella tartésica, que representa un sol radiante con ocho rayos.

No es de extrañar que esta figura sea uno de los símbolos más representativos de la capital turolense, pues la esencia y el legado mudéjar se respira en numerosos rincones de la ciudad. La torre, la techumbre y el cimborrio de la catedral de Santa María de Mediavilla, la torre e iglesia de San Pedro, la torre de la iglesia del Salvador y la torre de la iglesia de San Martín conforman el mejor ejemplo de este estilo artístico y arquitectónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986.

En líneas generales, y según señalan desde la organización internacional, "el desarrollo en el siglo XII del arte mudéjar en Aragón es consecuencia de las condiciones políticas, sociales y culturales particulares que prevalecieron en España después de la Reconquista. Este arte, influido por la tradición islámica, refleja también varios estilos europeos, particularmente el gótico. Presente hasta el inicio del siglo XVII, está caracterizado por un uso extremadamente refinado e inventivo del ladrillo y azulejos esmaltados en arquitectura, especialmente en los campanarios de iglesias".

Torre mudéjar de San Martín.
Torre mudéjar de San Martín.
Tony García

Más mudéjar en Aragón

En 2001, la Unesco amplió el número de construcciones mudéjares con protección patrimonial, incluyendo la torre e iglesia de San Pablo, la catedral de la Seo y el palacio de la Aljafería, en Zaragoza; la colegiata de Santa María la Mayor, en Calatayud, la iglesia de Santa María, en Tobed, y la iglesia de la Asunción, en Cervera de la Cañada.

Así, el listado conforma hoy un total de diez monumentos, si bien en una gran mayoría de municipios en torno a los ríos Ebro, Jalón y Jiloca todavía se puede apreciar este estilo arquitectónico en iglesias y torreones.

Del verde y blanco que decora torres e iglesias del mudéjar

Corría el siglo XIV en la villa de Teruel, y Abdalá y Omar, dos arquitectos musulmanes, estaban al cargo de la construcción de dos torres adosadas a las iglesias de San Martín y El Salvador. Pero algo más unía a estos dos maestros: ambos estaban enamorados de Zoraida, quien dudaba entre qué pretendiente escoger. El padre de esta puso fácil solución a la disputa: quien alzase la torre más bella en menos tiempo, tendría la mano de su hija.

Así comenzaron a levantarse ambas torres, muy similares y que seguían el estilo del momento: el mudéjar. Omar fue el primero en terminar la obra, la torre de San Martín, y, a pesar de la belleza de la construcción, esta estaba levemente torcida. Enfurecido, pues había perdido la competición, subió a lo más alto de la torre y se precipitó a la calle. Así, Zoraida terminó casándose con Abdalá, quien construyó la torre de El Salvador, y ambos pudieron pasear por las calles de Teruel y deleitarse con la belleza de ambas torres.

Torre de San Salvador, en Teruel, ejemplo del estilo mudéjar y reconocida por su valor patrimonial por la Unesco.
Torre de San Salvador, en Teruel, ejemplo del estilo mudéjar y reconocida por su valor patrimonial por la Unesco.
Gobierno de Aragón

Quien hoy recorra la ciudad de Teruel, sea recién casado, enamorado, en familia o con amigos, puede disfrutar de estas mismas atalayas, que tras siete siglos siguen en pie y conforman uno de los mejores reclamos para visitar la capital turolense. Desde 1986, el arte mudéjar de Teruel es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, distinción que reconoce varios edificios por toda la ciudad.

Uno de ellos es la torre de El Salvador, que alberga además el Centro de Interpretación del Mudéjar, lo que permite conocer más acerca de esta corriente artística única en el mundo y contemplar la estructura interior de este tipo de edificaciones. De aspecto muy similar, la torre de San Martín permite admirar la decoración de cerámica vidriada en verde y blanco tan característica de esta corriente, así como una gran variedad de elementos decorativos mudéjares.

Más edificios catalogados

Otro de los monumentos catalogados como Patrimonio de la Humanidad es la iglesia de San Pedro, construida a lo largo del siglo XIV, que cuenta con una torre adosada, de misma tipología y estructura que las mencionadas anteriormente y construida en el siglo XIII, lo que la convierte en el ejemplo mudéjar más antiguo de la ciudad.

De su interior destaca el claustro, que constituye uno de los escasos ejemplos de espacios claustrales del arte mudéjar en Aragón, y la decoración del templo, en estilo modernista neomudéjar, llevada a cabo entre 1896 y 1902 por Pablo Monguió Segura y el artista plástico Salvador Gisbert. La última restauración, que se realizó durante los primeros años del siglo XXI y fue dirigida por los arquitectos Antonio Pérez y José María Sanz, ha supuesto la apertura de la misma, después de pasar más de una década cerrada al público.

En una de las capillas laterales de esta iglesia yacieron además los Amantes de Teruel, que desde 2005 descansan en el Mausoleo de los Amantes, un espacio museístico construido anexo a la iglesia y que también se puede visitar.

Junto a las torres, el máximo exponente del mudéjar turolense se encuentra en la catedral de Santa María de Mediavilla, pues de ella se conservan elementos tan importantes de este estilo artístico como la torre, el cimborrio y la techumbre. Esta última es considerada la ‘Capilla Sixtina del Mudéjar’, dada su belleza y excelente estado de conservación. De madera pintada, su abundante decoración está hecha a base de motivos geométricos, heráldicos, vegetales, epigráficos y figurativos –oficios, religiosos, reyes, reinas, caballeros, nobles, santos, etc.–, lo que constituye una verdadera enciclopedia de la vida medieval.

No puede terminarse el recorrido por el arte mudéjar de esta ciudad sin acercarse hasta la Escalinata de Teruel, construcción de estilo neo-mudéjar que aúna las dos corrientes artísticas más importantes en la capital turolense: el mudéjar y el modernismo. Esta escalinata fue construida en el año 1920 y en su diseño destacan los elementos típicos del mudéjar que se dan en este tipo de construcciones, como son el ladrillo de barro cocido, la piedra tallada y las decoraciones cerámicas en verde y blanco.

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