en colaboración con turismo de aragón

Viajar al siglo XI por los castillos oscenses

De Loarre a Benabarre, estas construcciones medievales permiten disfrutar del rico patrimonio artístico y arquitectónico de la provincia de Huesca, pero también viajar a siglos pasados y rememorar la historia de Aragón a través de las batallas y gestas de los grandes reyes aragoneses en la Reconquista.

El castillo de Loarre, una hermosa fortaleza.
El castillo de Loarre, una hermosa fortaleza.
Turismo Aragón

Cuando el cineasta Ridley Scott, allá por el año 2004, escogió el castillo de Loarre como uno de los escenarios de la película ’El Reino de los Cielos’, esta imponente construcción románica pudo revivir su origen diez siglos atrás. No fueron las Cruzadas lo que impulsó la construcción de esta fortaleza, pero sí la Reconquista: en el siglo XI, el Rey Sancho III impulsó esta obra de ingeniería civil y militar para defender la línea fronteriza del Reino de Aragón y avanzar así en la reconquista cristiana de esta tierra a los musulmanes.

El castillo es hoy la fortaleza románica mejor conservada de Europa y recibe más de 100.000 visitas anuales. Se puede visitar todos los días, de 10.00 a 20.00 y cuenta con un servicio de visitas guiadas de una hora de duración, aproximadamente, que pueden reservarse previamente de manera online a través de www.castillodeloarre.es/es/reservas/.

Así, adentrándose en los muros del castillo, asentados sobre la roca a más de 1.000 metros de altitud, el visitante descubre lugares como la torre de la Reina, la del Homenaje, la iglesia de San Pedro, la cripta de Santa Quiteria o la muralla, rincones con los que entender los aspectos artísticos que caracterizan al románico jaqués, contemplar un paisaje singular a los pies del Pirineo y conocer anécdotas y grandes acontecimientos que ayudan a adentrarse en la historia del Reino de Aragón.

Tras conocer el castillo de Loarre, la ruta para descubrir las grandes fortalezas de la provincia oscense llega hasta Quicena, en la Hoya de Huesca, donde se encuentra el castillo de Montearagón, construcción del siglo XI que sirvió para reconquistar la plaza musulmana de Huesca en el año 1096. El entonces rey, Sancho Ramírez, mandó construir el castillo para asediar la ciudad y, una vez recuperada, trasladó a la comunidad de clérigos de Loarre. Así, Montearagón, excelente ejemplo del románico aragonés, se convirtió en uno de los lugares con más poder e influencia durante la Edad Media y Moderna.

Uno de los edificios restaurados en el recinto del castillo de Montearagón.
Uno de los edificios restaurados en el recinto del castillo de Montearagón.
Rafael Gobantes

Aunque no se puede visitar su interior, pues se encuentra en proceso de restauración, en el Museo de Diocesano de Huesca se puede contemplar el retablo mayor de la antigua abadía; mientras que en el claustro de San Pedro el Viejo se encuentra el sepulcro del rey Alfonso Iel Batallador, previamente enterrado en el castillo y trasladado después al monasterio de la capital oscense.

En el municipio de Monzón, sobre una mole rocosa, se alza otro de los grandes castillos de la comunidad, construido también en el siglo X por los árabes y reconquistado en el 1089. En 1143, por orden de Alfonso I, fue ocupado por la Orden del Temple, que transformó el castillo en un convento con edificios de estilo militar cisterciense.

Castillo de Monzón.
Castillo de Monzón
José Luis Pano.

Esta fortaleza fue sede de la principal encomienda templaria de la Corona de Aragón y estuvo al cargo de hasta 28 poblaciones del valle del Cinca y La Litera. Tras la caída de los templarios, sufrió varios ataques en guerras posteriores, pero fue restaurado y hoy es visitable y cuenta con visitas guiadas, en horario diurno y nocturno, además de acoger otros eventos, como el Festival de los Castillos de Aragón.

Declarado Monumento Nacional, su interior alberga también un centro de interpretación dedicado al Temple y se celebran numerosas recreaciones históricas en las que los caballeros templarios vuelven a habitar el castillo y recuerdan cómo era la vida de estas órdenes religioso-militares.

En esta ruta por la historia antigua de la comunidad aragonesa es imprescindible una parada en la villa de Aínsa, en la comarca del Sobrarbe, cuyo entramado traslada al visitante a la época medieval.

Su castillo fue construido a mediados del siglo XI, pero sufrió varias remodelaciones posteriores. La parte más antigua, la torre del homenaje, alberga el Eco Museo Centro de Visitantes, mientras que en la torre noreste se encuentra la Oficina Comarcal de Turismo y en la torre sureste el Espacio Geoparque de Sobrarbe-Pirineos.

El patio de armas del castillo acoge además diferentes eventos, como el Festival de Música Castillo de Aínsa, que se celebra durante el mes de julio.

La última visita de este recorrido termina en La Ribagorza: el castillo de Benabarre fue en sus orígenes una fortaleza árabe, conquistada por el rey Ramiro I en el año 1062. Dada su ubicación fronteriza, el monarca mandó edificar un castillo que asegurase la posición, y más tarde se convirtió en hogar de los condes de Ribagorza. Siglos después, las guerras con Cataluña, la Guerra de Sucesión Española, la de la Independencia y las Guerras Carlistas lo llevaron a la ruina, pero en el siglo XIX se reconstruyó como fuerte fusilero, transformando los espacios para su uso militar.

Reconstruido ahora como monumento, el castillo se puede visitar de miércoles a domingo, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, con visitas guiadas a las 12.00 y a las 19.00.

El castillo de Benabarre.
El castillo de Benabarre.
Oficina de Turismo de Benabarre

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