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consultorio médico patrocinado

Quirónsalud responde a las dudas de los lectores sobre fimosis, cáncer de próstata y técnicas anticonceptivas masculinas

El doctor Joaquín Navarro ha contestado a las preguntas recibidas en Heraldo.es.

Imagen de archivo.
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Qué técnicas de anticoncepción masculina existen, cuándo es necesario realizar una circuncisión a un niño o cómo prevenir el cáncer de próstata son solo algunas de las dudas que los lectores han enviado a Heraldo.es. Por eso, el doctor Joaquín Navarro, urólogo del equipo de Quirónsalud Zaragoza, ha respondido a las cuestiones recibidas en el consultorio médico patrocinado.

Para un diagnóstico más concreto, el doctor recomienda la visita a un especialista.

Ténicas anticonceptivas masculinas

Pregunta del lector: Buenos días. Mi mujer y yo hemos decidido no tener más hijos, pero me asusta realizarme una vasectomía. ¿Qué alternativas tengo?

Respuesta del doctor: Las técnicas anticonceptivas masculinas hoy en día, si bien es cierto que existen varios fármacos pendientes de su comercialización, siguen siendo las mismas que hace ya mucho tiempo, los métodos de barrera (preservativo) o los métodos quirúrgicos (vasectomía).

Tradicionalmente el rol del hombre en cuestiones de anticonceptición ha sido secundario, por temas culturales o sociales, era la mujer la que debía asumir la responsabilidad de usar las diferentes opciones disponibles para el control de la natalidad. Así, la industria farmacéutica centró toda su investigación en desarrollar fármacos en este sentido. Actualmente, se estima que el varón asume la anticoncepción en un 20% de las parejas.

¿En que punto nos encontramos en este momento en el enfoque farmacológico de la anticoncepción masculina? Por el momento son muchos, muchísimos, los artículos que se publican en prensa con títulos algo sensacionalistas que anuncian la llegada inminente del nuevo fármaco milagroso para el control de la fertilidad masculina. Lo cierto es que ese momento aún no ha llegado aunque existen varios fármacos en diferentes fases de estudio con algún punto débil que debe mejorar antes de su venta al público.

El fármaco ideal para esta cuestión ha de reunir las siguientes cualidades ideales: fármaco de fácil vía de administración, con un precio asumible, con escasos efectos adversos, sin un impacto negativo en otras asuntos de la esfera sexual (deterioro de la erección o del deseo sexual), con una alta fiabilidad en cuestiones de eficacia y que permita una adecuada reversibilidad a la situación de fertilidad al interrumpir su toma.

Los fármacos desarrollados en este momento, en líneas generales, están orientados a provocar una astenospermia (ausencia de espermatozoides en el eyaculado) mediante un mecanismo hormonal, deteniendo la maduración de los espermatozoides o bien actuando mediante toxicidad directa sobre el espermatozoides. Sus vías de administración son oral, inyectado o tópica. En cuestiones de eficacia, no existe el fármaco que provoque una eficacia del 100% ya que existen varones no respondedores al fármaco según los estudios publicados ni existe el fármaco que posea una acción inmediata, son varias semanas las que se demora el alcanzar su objetivo.

También se deben asumir los posibles efectos adversos, que según los ensayos clínicos con pacientes han sido aumento de peso, disminución del volumen testicular, acné, disfunción eréctil o cambios en el ánimo (ansiedad o irritabilidad), infrecuentes y leves pero posibles. Al tener poco recorrido, no existen estudios a largo plazo en el papel de estas moléculas en la recuperación de la fertilidad al suspender el tratamiento.

En respuesta al lector, pocas novedades se le pueden comentar en este momento, si bien es cierto que aunque hemos centrado la respuesta en una puesta al día sobre la anticoncepción farmacológica masculina, podemos decir que la vasectomía es un método rápido, seguro, eficaz, fiable y con una tasa de complicaciones mínima y que, hasta los pacientes más temerosos una vez realizada, reconocen que el procedimiento no es agresivo ni traumático, incluso se puede realizar con una ligera sedación para aliviar la angustia que pueda referir algún paciente. 

Circuncisión infantil

Pregunta de la lectora: Acabo de ser madre de un niño. El médico me dijo que no era necesario circuncidarlo, pero, a pesar de no ser imprescindible, me gustaría hacerlo. ¿Puedo? ¿Qué riesgos tiene?

Respuesta del doctor: La fimosis es una situación en la que la piel del prepucio no tiene la suficiente elasticidad o perímetro para poder ser retraída, situación que ocurre de forma fisiológica y normal en más del 50% de los niños al nacer. A los tres años de edad, hasta el 85% de las fimosis fisiológicas se solucionan espontáneamente, por lo que, salvo incidencias, no se recomienda, antes de los 2-3 años, la realización precoz de la circuncisión. A los 17, solo el 1% de los pacientes mantienen la fimosis.

Existen otras situaciones en las cuales, inicialmente si existe una capacidad para la retracción del prepucio pero diferentes patologías dermatológicas hacen que la piel del prepucio pierda su elasticidad normal y se transforme en una piel más gruesa que provoque lo que llamamos una fimosis secundaria o adquirida.

Los criterios médicos para la realización de una circuncisión en pacientes pediátricos son las citadas fimosis secundarias, las balanopostitis de repetición (infecciones a nivel del glande o prepucio), las infecciones urinarias de repetición o la dificultad miccional. En pacientes más mayores además, si refieren dolor en la erección o molestias o imposibilidad para las relaciones sexuales. Existen tratamientos tópicos a base de corticoides que pueden evitar la intervención cuya indicación sería en casos con fimosis leves que permiten la retracción parcial del prepucio en las que se observa un anillo que estrangula levemente en pacientes pediátricos (no válidas en adultos).

Al tratarse de una patología banal, llegado el caso de tener que intervenir a un niño superados los 2-3 años, salvo que existan criterios absolutos, citados en el párrafo anterior, debemos escuchar las prioridades de los padres. En este aspecto, cuando en la consulta explicamos el procedimiento, son muchos los pacientes que preguntan que ocurre si esperamos a edades más avanzadas a realizar la intervención y lo cierto es que poco sucede si se decide demorar la intervención. Unos padres argumentan que es mejor esperar a que sus hijos sean adolescentes para que pueda realizarse con anestesia local sin necesidad de recurrir a una anestesia general, otros argumentos están orientados en la cuestión de la madurez sexual, otros prefieren confiar en la resolución espontánea de la fimosis y en el extremo opuesto otros simplemente prefieren hacerla precozmente para evitar precisamente el recuerdo de haber tenido que ser intervenidos.

Por otro lado, existen ciertas culturas (musulmanes y judíos) que realizan en el recién nacido o antes de la pubertad una circuncisión con un enfoque ritual o religioso. Ya no por un tema cultural, si no por una rutina sanitaria, en países como EE.UU. se realizan de forma ordinaria la circuncisión para mejorar la higiene o prevenir infecciones urinarias e inclusos argumentos más extremos como la prevención del VIH o el cáncer de pene, postura que en Europa no se defiende. Existen incluso movimientos en EE.UU. en contra de la práctica injustificada de la circuncisión en defensa de la integridad física del menor.

Las decisión de realizar la circuncisión en Europa, siguiendo además las directrices de la Asociación Europea de Urología ha de ser justificado por motivos médicos, comentados previamente, y llegado el caso, la tasa de complicaciones es infrecuente y generalmente con escasos riesgos tales como la hemorragia, infección de la herida quirúrgica o la cicatrización anómala o antiestética. En consecuencia, nuestra recomendación es que los motivos para realizar una circuncisión sean puramente médicos, una vez valorado por un especialista y comentados los riesgos y beneficios con los padres para decidir de forma conjunta cual es el momento ideal de su realización. 

Cáncer de próstata

Pregunta del lector: Tengo antecedentes de cáncer de próstata en mi familia y me gustaría saber si, sin necesidad de visitar a un médico, puedo explorarme en casa para detectarlo. De ser así, ¿cómo debo hacerlo?

Respuesta del doctor: En esta misma sección se ha comentado previamente que existe cierta asociación familiar para el cáncer de próstata. Los estudios epidemiológicos han observado que aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata si existen antecedentes familiares sobretodo si son varios varones de la familia, varias generaciones, si los tumores en los familiares aparecieron a edades tempranas o si son familiares de primer grado (padre o hermanos varones).

Las recomendaciones generales para la prevención de patología prostática indican que a partir de los 50 años, la población general debería ser valorada por un especialista (sobretodo si existen síntomas miccionales) o al menos que una analítica completa con la determinación del PSA se solicite en su médico de atención primaria. En caso de antecedentes familiares el punto de corte para la solicitud del PSA son los 40-45 años, más si cabe si la edad de aparición de los tumores en los familiares fue menor a los 55 años.

Para la detección del cáncer de próstata tenemos varias herramientas clásicas: el tacto rectal y la determinación del PSA. Los síntomas miccionales que son de sobra conocidos por la población (levantarse por las noches a orinar, caudal más débil, goteo postmiccional, urgencia miccional, etc.) no sirven para prever la existencia de un tumor prostático ya que son más achacables al crecimiento benigno de la próstata (hiperplasia prostática o HBP). Tampoco lo hace una ecografía, cuyo papel fundamental es calcular el tamaño prostático. Es difícil distinguir entre tejido sano y tejido tumoral en una ecografía por lo que no se solicitan con esa intención. Existen marcadores tumorales, algunos de ellos ya usados y comercializados y otros aún en fase de estudio, a través de parámetros analíticos sanguíneos o urinarios que están orientados a mejorar la rentabilidad diagnóstica del PSA y evitar biopsias de próstatas innecesarias.

El tacto rectal es una exploración sencilla que genera cierto temor o vergüenza en muchos pacientes. Lo cierto es que poder palpar la próstata aporta información y ayuda a tomar decisiones al especialista ya que si la próstata está indurada o presenta un nódulo nos orientaría a pensar en un posible tumor de próstata.

La detección precoz del cáncer de próstata a través del PSA no está pasando por su mejor momento. El uso indiscriminado del PSA (valor de un antígeno que se detecta en sangre como marcador tumoral prostático), como hace unos años se postuló, parece estar perdiendo seguidores entre los propios urólogos. Quizá esta afirmación puede ser malinterpretada por los lectores. No pretendemos decir que sea un error solicitar esta analítica, lo que quiere decirse es que ha de interpretarse con cautela, más si cabe a partir de determinadas edades, y que su interpretación ha de contextualizarse e individualizarse en cada paciente. El punto débil del PSA es que es un marcador poco tumor-específico, con esta afirmación hacemos referencia a que una elevación del PSA no siempre es secundaria a un tumor prostático y son muchas las causas que justifican la elevación del PSA en sangre. Esta realidad hace que un paciente al que se le observa una elevación del PSA en su analítica entra en un ciclo de angustia y preocupación, muchas veces sin ser motivada por una situación grave.

En respuesta al lector y para concluir: no existe una recomendación para que individualmente sin necesidad de acudir al especialista sea capaz de detectar un tumor prostático ya que los síntomas no orientan a una patología tumoral y la determinación del PSA y la exploración física a través de un tacto rectal han de ser realizados por un facultativo.

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