Heraldo Saludable

Consultorio médico patrocinado

Nicturia, biopsia líquida de próstata y disfunción eréctil: el doctor Navarro responde a las dudas

El urólogo, miembro del equipo de Quirónsalud, ha contestado a las consultas recibidas en Heraldo.es.

El doctor Navarro contesta a las consultas de los lectores sobre Urología.
El doctor Navarro contesta a las consultas de los lectores sobre Urología.
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El doctor Joaquín Navarro, urólogo miembro del equipo del hospital Quirónsalud Zaragoza, ha resuelto las dudas de los lectores sobre nicturia, biopsia líquida de próstata y disfunción eréctil recibidas en el consultorio médico patrocinado de Heraldo.es.

Para un diagnóstico más concreto, el experto recomienda la visita a un doctor.

Nicturia

Pregunta de la lectora: Soy mujer de 63 años y vengo yendo al baño cada noche 3 veces, desde hace dos años más o menos. No tomo líquidos por la tarde noche y no tengo infección de orina ni la tensión alta, más bien la tengo baja. Estoy rellenita aunque ahora adelgazando y tengo una vida tirando a sedentaria. Aunque tengo épocas en las que ando por lo menos una hora diaria a buen ritmo, me sigue pasando lo mismo. Tomo Besitran y Anafranil desde hace bastantes años, por un trastorno obsesivo compulsivo. Tengo un volante para el cardiólogo y estoy esperando que me llamen. Tengo algunas veces taquicardias. ¿Me podría dar su opinión? Muchas gracias

Respuesta del doctor: La interrupción del sueño por la necesidad de orinar se denomina nicturia y es una condición que puede afectar tanto a varones o mujeres de cualquier edad. Puede tratarse de un síntoma aislado o referirse asociado a otros síntomas miccionales y las causas que lo provocan pueden ser múltiples. Usaremos el contexto de cada paciente, edad, sexo, síntomas asociados, antecedentes personales, etc. para individualizar el diagnóstico y su correspondiente tratamiento.

Es motivo de consulta habitual en nuestro día a día y evidentemente afecta en mayor o menor medida a la calidad de vida del paciente ya que su sueño y su descanso se ven interrumpidos, con el trastorno que esto supone. La nicturia está relacionada con numerosos aspectos de la salud y bienestar de las personas, como la fatiga, los déficits de memoria, la depresión, el aumento de riesgo de enfermedad cardiaca y alteraciones gastrointestinales.

Las causas que provocan la nicturia pueden ser tanto urinarias como estar causadas por patologías no urológicas. Entre las causas urinarias en mujeres, la condición más prevalente es la hiperactividad vesical y los síntomas asociados a la nicturia serán la urgencia miccional, el aumento de la frecuencia miccional y la incontinencia urinaria. Entre otras causas urológicas que pueden provocarla son las infecciones urinarias, los cálculos urinarios, cistopatías inflamatorias, tumoraciones, etc. Si consideramos causas no urológicas, deberemos estudiar si la paciente presenta patologías digestivas o ginecológicas asociadas (por vecindad, la vejiga puede alterarse si algún otro órgano cercano está afectado) e incluso patologías cardiacas, hormonales, vasculares o renales.

Es imprescindible personalizar e individualizar cada caso ya que, como se comenta, el contexto de cada paciente nos va a orientar en una dirección u otra para poder ofrecer un tratamiento adecuado. Existen recomendaciones genéricas para estos pacientes pero también contamos con tratamientos específicos según sea la causa que lo provoque. Dentro de los tratamientos farmacológicos contamos con diferentes medicamentos que pueden disminuir el número de micciones nocturnas, si bien es cierto, lo óptimo es identificar cuál es la causa que lo justifica para hacer un tratamiento etiológico, es decir, aquel tratamiento dirigido a corregir la alteración primaria que provoca el síntoma.

Como medidas generales y no específicas para nuestros pacientes con nicturia siempre recomendamos una serie de medidas lógicas y evidentes parte de un consejo terapéutico inicial basado en cambios en los hábitos, como la reducción de la ingesta de cafeína y alcohol y la limitación de la ingesta líquida y de alimentos ricos en agua antes de acostarse, orinar antes de ir a dormir, etc. Medidas que en algunos casos conllevarán una mejoría suficiente. Obviamente si el origen es no urológico, la valoración del paciente por los compañeros de otras especialidades (ginecólogos, cardiólogos, nefrólogos, etc.) será fundamental. Del mismo modo, existen diferentes fármacos cuyo efecto secundario es el aumento de la producción de orina y esto ha de modificarse en la medida de lo posible.

Finalmente, existen diferentes opciones farmacológicas que pueden minimizar el número de micciones nocturnas e incluso hacerlas desaparecer así como mejorar los síntomas diurnos asociados a la hiperactividad vesical.

Es necesario y fundamental, más si cabe en pacientes cuya calidad de vida se ve claramente afectada por este motivo, que nuestros pacientes acudan a la consulta para su valoración y no conformarse con soportar esta incómoda situación ya que con el tratamiento adecuado podemos ayudar a mejorar su descanso nocturno.

Biopsia líquida de próstata

Pregunta del lector: Buenos días. Por favor, ¿podría explicarme el concepto de biopsia líquida para la próstata y cuándo se debe realizar? Un saludo

Respuesta del doctor: El diagnóstico del cáncer de próstata sigue siendo un reto para el urólogo a pesar de haber mejorado nuestra capacidad diagnóstica y contar con mas medios para que evitemos pruebas innecesarias, acortemos plazos, reduzcamos preocupaciones, evitemos procedimientos invasivos y en definitiva, seamos más diligentes a la hora de alcanzar un diagnóstico acertado.

La única forma de confirmar si existe un cáncer de próstata es mediante el estudio anatomopatológica bien mediante una biopsia de próstata por punción o como hallazgo incidental durante la realización de otro procedimiento. El resto de pruebas con las que contamos para alcanzar el diagnóstico son complementos que permitirán afinar y dirigir al paciente en una dirección determinada pero con ninguna de ellas confirmaremos la existencia de un cáncer de próstata. Si hacemos un recordatorio histórico sobre el diagnóstico del cáncer de próstata, nuestros predecesores hace un par de siglos encontraban tumores de próstata en fases muy avanzadas ya cuando los síntomas miccionales eran severos, o bien cuando los daños secundarios a la progresión local o a sus metástasis demostraban que la enfermedad era intratable. Ni siquiera a principios del siglo XX cuando empezaron a realizar prostatectomías (extirpación de la próstata) no se conseguía una adecuada curación por enfrentarse a enfermedades avanzadas. A mediados del siglo pasado se empezó a utilizar la radioterapia sobre la próstata pensando que podría aportar un beneficio en el pronóstico de la enfermedad. El único procedimiento que sugería mejorar sutilmente la evolución era la castración observando que estos pacientes desarrollaban menos tumores de próstata o presentaban una enfermedad más favorable.

La exploración del paciente mediante el tacto rectal era prácticamente la única forma de sospecharlo si se palpaban nódulos o próstatas de consistencia pétrea. La aparición del PSA, el marcador tumoral prostático por excelencia, supuso un punto de corte en nuestra capacidad diagnóstica pero también ha supuesto un arma de doble filo. Con esta expresión queremos decir que, ni mucho menos, un paciente con un PSA elevado ha de tener forzosamente un tumor en la próstata. Lo cierto es que, si basamos la indicación de realizar una biopsia prostática solo por el valor del PSA encontramos aproximadamente un 30% de tumores y un 70% de resultados negativos. Aquí nos planteamos una cuestión ¿cómo seríamos capaces de evitar biopsias innecesarias? En este aspecto, la rentabilidad diagnóstica del PSA es relativa, ya que el PSA no es para nada un procedimiento confirmatorio y supone un motivo de preocupación y alarma para nuestros pacientes y el hecho de biopsiar un acto cruento y no exento de riesgos por lo que si encontrásemos un método que permita afinar más nuestro diagnóstico sería lo deseable.

En este sentido, la resonancia nuclear o el uso de otros marcadores tumorales nos han ayudado. El término biopsia líquida hace referencia a la detección de una serie de biomarcadores que ayudarán a calcular el riesgo individual de sufrir un tumor prostático, sobre todo de alto grado, y así evitar la realización de una biopsia tradicional mediante punción a aquellos pacientes con una baja sospecha. Es decir, per se no es un método diagnóstico que confirme el diagnóstico y no sustituye a la biopsia tradicional -por lo que su nombre puede orientar a confusión-, si no que es test que ayuda a proponer la biopsia prostática a aquel paciente que posea una alta sospecha de padecer un cáncer de próstata.

Disfunción eréctil

Pregunta de la lectora: Hola. Mi marido ha cumplido 50 años y está pasando problemas de erección. Sufre de azúcar. ¿Qué tratamiento puede utilizar para mejorar esa problemática? Gracias, espero su respuesta.

Respuesta del doctor: Los problemas de erección son una de las principales causas de consulta en nuestra práctica diaria pero también sabemos que es un tema tabú para muchos de los pacientes que la padecen y eso hace que retrasen la solicitud de soluciones e incluso resignarse sin ni siquiera consultar con un especialista.

La disfunción eréctil puede ser la manifestación de un problema primario o un síntoma más de un proceso más complejo. Si hablamos de las causas que lo provocan, se pueden agrupar en dos grandes grupos. Aquellas causas que son secundarias a un problema orgánico tales como problemas vasculares, neurológicos, urológicos, cardíacos u hormonales, entre otros. También incluimos en esta categoría las disfunciones sexuales secundarias al consumo del tabaco, otras drogas o efectos secundarios a determinados medicamentos. Por otro lado, las causas de origen psicógeno representan un numeroso grupo de pacientes que consultan por este motivo. Un estilo de vida cargado de tensión, fatiga, ansiedad, bien por motivos laborales, familiares o sociales, pueden justificar que la erección pierda calidad. Lo cierto es que, en general y sin poder universalizar, en pacientes añosos suele ser más prevalente el primer grupo de causas y en pacientes jóvenes, sin factores de riesgo, sobre todo, la segunda. No obstante, el poder concretar cuál es la causa exacta de disfunción eréctil es muchas veces difícil y se suelen reconocer múltiples variables que pudieran influir. Es decir, la disfunción eréctil suele ser una patología multifactorial y son varias las razones que redundan en la pérdida de unas erecciones normales.

Los factores que con mayor frecuencia encontramos son la edad, un estilo de vida poco saludable, el tabaquismo, la diabetes o la hipertensión arterial. Como actitud común ante cualquier paciente que se presente en nuestra consulta deberemos realizar una historia clínica y entrevista exhaustiva e integral que nos ayude a personalizar cada caso. Después de la entrevista que nos sirva de punto de partida, deberemos solicitar una analítica completa de sangre que incluya un perfil hormonal y, a partir de aquí, podremos ofrecer soluciones a nuestros pacientes.

La valoración por parte de un sexólogo podría ayudar a minimizar la ansiedad asociada a este problema, rehabilitar la vida sexual del paciente o recomendar una serie de pautas que permitan afrontar el problema con otra actitud. Por parte del urólogo el manejo y corrección de los factores de riesgo (vida sedentaria, tabaco, sobrepeso, etc.) es fundamental tal y como ocurre con otras patologías. Además la identificación de patologías extraurológicas que puedan provocar una disfunción eréctil y su oportuno tratamiento es primordial. La valoración por parte de un cardiólogo o de un endocrinólogo si presenta hipertensión arterial o diabetes respectivamente servirían de ejemplo.

El tratamiento farmacológico podría categorizarse en tres niveles: los tratamientos orales, los intrauretrales o los intracavernosos. Por lo general, cualquiera de los tres niveles son tratamientos a demanda. Es decir, deben ser tomados previamente al encuentro sexual y solamente en este momento. Existen diferentes opciones dentro de cada categoría e idealmente es importante ofrecer las diferentes alternativas y elegir de forma consensuada médico/paciente el que mejor se adapte a sus preferencias. Para casos rebeldes a todo lo explicado hasta este punto existen también tratamientos quirúrgicos. Son pocos los pacientes que llegan a intervenirse pero al menos ha de plantearse como una posibilidad.

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