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¿Realmente engorda? Desmontando los mitos sobre el pan

Al estar compuesto principalmente por proteínas e hidratos de carbono, contiene menos grasas que otros alimentos sustitutivos.

Pan Celta, una propuesta saludable de Panishop.
Pan Celta, una propuesta saludable de Panishop.
Panishop

El pan... ¿realmente engorda?, ¿tiene más fibra el integral que el blanco?, ¿qué aporta más calorías: la corteza o la miga? Muchos son los mitos que configuran las creencias populares sobre este alimento y que, en la mayoría de los casos, poco tienen que ver con la realidad.

La premisa sobre la que se asientan las recomendaciones nutricionales que animan a introducir de forma saludable este alimento en la dieta es que el pan no cuenta con un aporte energético excesivamente alto. Al estar compuesto principalmente por proteínas e hidratos de carbono, contiene menos grasas, por lo que es menos calórico que sus sustitutivos. De hecho, bien acompañado con vegetales y verduras, es una forma muy recomendable de cubrir entre el 50 y el 60% de los carbohidratos necesarios en una dieta equilibrada.

Al contrario de lo que pueda creerse, actualmente, los españoles comen al día la mitad de la cantidad de pan recomendada (125 gramos frente a los 250 que aconseja la OMS).

¿Blanco o integral?

A la hora de elegir el pan que mejor se adapta a las necesidades de cada uno, el consumidor tendrá que tener en cuenta que, si lo que se busca es incorporar una alta dosis fibra a su dieta, existen productos elaborados con otras fuentes de este componente igual de buenas que las harinas de grano completo. Por ejemplo, según explican desde la empresa aragonesa Panishop, quienes se deciden por uno de sus panes Sarraceno o Celta –con, en torno, a 8 gramos de fibra por cada 100 de producto– obtendrán un mayor aporte de fibra que aquellos que se decidan por uno integral, cuya composición suele rondar los 6 gramos por cada 100, cantidad a partir de la cual ya se considera que un alimento cuenta con un alto contenido en fibra, de acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan). Por otro lado, los panes integrales aportan menos azúcares y generan una mayor sensación de saciedad, por lo que se tarda más tiempo en sentir hambre.

En cuanto a la eterna duda sobre al aporte calórico de la corteza y la miga, es esta última la que menos energía proporciona, ya que contiene un mayor procentaje de agua por cada 100 gramos que el de su compañera, aunque la composición de ambas sea la misma.

Por último, para conservar el pan en las mejores condiciones, la opción más aconsejable es hacerlo en una bolsa de tela o papel, en el caso de lo que se busque sea que la corteza permanezca crujiente, y, para los panes cortados que van a consumirse tostados, la recomendación es guardarlos en una bolsa de plástico, que no permita que se sequen al contacto con el aire.