De cómo la tradición panadera Rébola se convirtió en Panishop

De cómo la tradición panadera Rébola se convirtió en Panishop

En 1902, Antonio Rébola Gracia puso en marcha en Zaragoza un obrador de pan que ha llegado a convertirse en un gran legado familiar.

De izquierda a derecha: José, Antonio, Margarita y Manuel Rébola, junto a Jorge Pastor y Mario Moreno.
De izquierda a derecha: José, Antonio, Margarita y Manuel Rébola, junto a Jorge Pastor y Mario Moreno.
Panishop

Lo que probablemente el bisabuelo Antonio Rébola Gracia no imaginaba cuando abrió su obrador de pan en la calle de Las Armas de Zaragoza, en 1902, es que un siglo después, y cuatro generaciones más tarde, aquel pequeño negocio habría llegado a convertirse en un gran legado familiar.

Tras trasladarse, en 1917, al barrio de Santa Isabel, donde el nuevo horno de los Rébola alcanzó gran fama entre sus vecinos, su hijo Antonio Rébola Aguilar creó su propia panadería en la calle de Alonso V. Pasados los años, y con los ahorros conseguidos, adquirió una parcela en el número 21 de la calle de Castelar, en la que se asentó el nuevo negocio familiar en 1934. Superadas las convulsiones provocadas por la guerra civil y sus consecuencias, Antonio Rébola Aladrén tomó el relevo de su padre y abuelo en la década de los 70, cuando el horno se hizo conocido en el sector de la hostelería por ofrecer servicio 24 horas durante los siete días de la semana.

Con el fallecimiento de Antonio, en 1978, y el de su esposa, María Teresa Moreno, tan solo cuatro años después, Antonio, Jorge, Margarita, José y Manuel, los cinco hijos del matrimonio, tomaron las riendas y decidieron emprender un nuevo camino. En 1989, los hermanos incorporaron a su obrador la pastelería Don Manuel, una nueva línea de negocio basada en la repostería y la bombonería. Un año más tarde, y tras haber asistido a la primera Feria de la Franquicia en España en la que descubrieron esta novedosa fórmula comercial, los Rébola pusieron en marcha una fábrica de pan llamada Novapan. En 1994, y bajo el nombre comercial de Panishop, los hermanos celebraron la apertura de la primera de sus tiendas.

Desde entonces y hasta la actualidad, esta empresa aragonesa, especializada en la fabricación de pan lento, ha ampliado su negocio con la incorporación de una veintena de establecimientos repartidos por la Comunidad y más de una decena situados entre Madrid, Tarragona y municipios como Cambrils y Reus. Además, a día de hoy, el nuevo Grupo Rébola emplea, de manera directa, a más de 500 personas, 300 de ellas a través de las tiendas franquiciadas.

A pesar de su gran tradición panadera, que desembocó en 1999 en la creación de una escuela de panadería, ubicada en la calle de Lacarra y cuyo nombre está muy vinculado a la familia, a lo largo de su vida como Panishop, la investigación se ha convertido en el sello de referencia de esta marca aragonesa. Para seguir recorriendo el camino iniciado por sus antepasados y afrontar los cambios que puedan producirse en los próximos años, la quinta generación ya se encuentra en el horno.