“El día de decidí montar mi peluquería en Puerto Venecia me cambió la vida”

Raquel Biel nos recibe entre coches de colores, juguetes para amenizar la espera y tablets donde los más pequeños pueden ver sus dibujos animados favoritos mientras les cortan el pelo. Así es Fashion Kids, la peluquería infantil de esta emprendedora que, hace 10 años, decidió abrir un pequeño negocio en Puerto Venecia. “No podría haber elegido un lugar mejor. El trato es muy cercano, nos ayudan mucho en el día a día y siempre están pensando en nuevas ideas para atraer a la gente. Somos como una gran familia”, asegura.

Acude todos los días a trabajar en coche desde Villamayor de Gállego, el pueblo donde vive junto a su marido y sus tres hijos. Antes de comenzar su jornada, se toma un café en el Espresso que hay frente a su peluquería o en el de Marian, que está un poco más alejado. “Nos juntamos varias personas de los locales de alrededor a tomar un café y charlar, así empezamos el día con más energía. Me llevo muy bien con todos, especialmente con Cristina, encargada de Stradivarius. -resalta Raquel-. Además, los baristas son una maravilla”.

Coches y tablets de peluquería Fashion Kids.

ARANZAZU NAVARRO

Una de las cosas que más le gusta de su trabajo es poder trabajar con niños. “Para ellos, venir a la pelu es muy divertido. Se montan en los coches, se ríen con sus dibujos y, al final de la visita, les entregamos un premio por portarse bien”, explica. Bajo el lema ‘No te cortes, juega’, en este rincón de Puerto Venecia, Raquel y su equipo han conseguido que cortarse el pelo sea toda una aventura para los más pequeños de la casa. Además, aquellos valientes que acuden por primera vez reciben un ‘diploma de primeros cortes’ con un mechón de pelo. “Es fantástico trabajar con niños, dan alegría al local y son muy agradecidos”, añade.

Lo que comenzó como un proyecto de vida se ha convertido en un sueño hecho realidad. “El día que decidí montar aquí la peluquería me cambió la vida. Y todo es gracias a Puerto Venecia”, afirma Raquel. Como siempre, los comienzos fueron duros, pero los recuerda con muchísima ilusión. "Las familias se paraban en la puerta y se sorprendían mucho al ver una pelu solo para niños", añade. La emoción de los pequeños al ver los coches y las sonrisas de los padres al descubrir este pequeño rincón mágico le dieron el chute de energía perfecto para comenzar una etapa que ha cumplido una década.

Desde que se inauguró el resort hasta el día de hoy, el negocio ha ido creciendo de manera espectacular. "Tengo la misma ilusión que el primer día, o incluso más, porque ahora somos ocho compañeras trabajando en Fashion Kids. No somos solo una pequeña empresa, somos más que eso, somos casi familia. Todas son maravillosas, especialmente Andrea, que lleva seis años siendo mis ojos en la peluquería. Su profesionalidad, su alegría y su trato con los niños es inmejorable", resalta.

Raquel pasa muchos fines de semana en Puerto Venecia.

ARANZAZU NAVARRO

un segundo hogar

Por supuesto, no todo es trabajar. Para Raquel, Puerto Venecia es también es sinónimo de ocio. Tras la jornada laboral, o en algún descanso, le encanta pasear por la galería de tiendas. Ver cómo tienen los escaparates, descubrir las novedades, charlar con otros trabajadores del centro o, simplemente, relajarse un rato disfrutando del ambiente es algo que le encanta.

Recuerda con emoción las primera navidades en el resort: el ambiente festivo, las decoraciones navideñas, las caras de felicidad de la gente, los villancicos sonando por todas partes... Todo estaba precioso. Por aquel entonces eran solo tres: su marido, su hijo mayor y ella. "Ahora seguimos disfrutando de las fiestas en Puerto Venecia con la misma ilusión pero con dos renacuajos más", incide Raquel.

También pasa muchos fines de semana con su marido y sus hijos en el resort. Como mucha gente de los pueblos cercanos, ir a disfrutar del día en Puerto Venecia es tradición. “Siempre que vengo con mi familia, la primera parada es, por supuesto, Fashion Kids- ríe-. Pasamos a saludar a la compañera que esté en ese momento y a preguntarle qué tal le ha ido el día".

Después, toca desconectar. "Damos un paseo por el lago, comemos algo, vamos al cine, los pequeños juegan en las camas elásticas o hacen escalada… ¡Disfrutan de cada rincón como si fuera suyo! Lo cierto es que hacemos mucha vida aquí y a los niños les encanta. Puerto Venecia es nuestra segunda casa”, concluye.