Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Bio, bio, ¿qué ves?

Bloquear la entrada de colesterol, una posible estrategia contra el cáncer de ovario resistente

Están en desarrollo unas nanopartículas que confunden a las células tumorales y bloquean la captación de colesterol, lo que provoca su muerte.

Molécula de colesterol. Todas nuestras células son capaces de fabricar este lípido.
Molécula de colesterol. Todas nuestras células son capaces de fabricar este lípido.

"Depende, ¿de qué depende? De según cómo se mire, todo depende". Este es el estribillo de una de las canciones más conocidas del grupo Jarabe de Palo. Puedes canturrearla mientras lees este artículo en el que vamos a hablar, precisamente, de que, dependiendo de las circunstancias, un único compuesto puede actuar como villano o héroe. Se trata del colesterol, uno de los lípidos con más mala prensa

Su mala fama no es infundada, ya que si tenemos niveles en sangre demasiado altos de esta molécula, corremos el riesgo de sufrir aterosclerosis, un trastorno que aumenta el riesgo de infarto, ictus y otros. No obstante, el colesterol es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Del nuestro y del de todos los vertebrados, en realidad, ya que se encuentra hasta en la última de nuestras células.

Esta faceta del colesterol es bastante menos conocida que su papel como factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Por eso, en este artículo vamos a profundizar en su función natural en el organismo y aprovecharemos también para entender cómo podemos usarlo en nuestro favor para combatir un tipo de tumor muy concreto: el cáncer de ovario resistente a la quimioterapia tradicional.

Así actúa el colesterol en condiciones normales en el cuerpo

El colesterol forma parte de la membrana celular. Se encarga de proporcionarle la fluidez necesaria para que la célula pueda mantener la forma adecuada para llevar a cabo sus funciones normales. Esto es importante durante toda la vida de la célula, pero cobra especial relevancia cuando esta se divide, ya que de una célula inicial pasamos a tener dos, cada una con su membrana celular. Este proceso es esencial tanto para la renovación como para el crecimiento de los distintos tejidos del cuerpo.

Por si fuera poco, el colesterol actúa como precursor de distintas sustancias con funciones muy variadas. Por ejemplo, es necesario para la síntesis de las sales biliares, que se producen en el hígado y son necesarias para que podamos digerir las grasas que ingerimos. También actúa como precursor de las moléculas sexuales. Es decir, que la testosterona, la progesterona y el estradiol, todas ellas muy importantes para el correcto funcionamiento del organismo, no existirían si no fuese por el colesterol.

Estas no son las únicas hormonas que le deben su existencia al colesterol, puesto que también es el punto de inicio de la síntesis de hormonas implicadas en la respuesta a estrés, por lo que juega un papel clave para el sistema nervioso. En resumidas cuentas, nuestro cuerpo necesita al colesterol.

Puesto que es tan importante para nuestro organismo, depender solamente del que obtenemos a través de la dieta sería arriesgado. Por eso, todas nuestras células son capaces de fabricar este lípido, para así garantizar que siempre está disponible cuando se necesita. 

Esta síntesis endógena de colesterol es la fuente principal por la que nuestro cuerpo obtiene esta molécula de hecho. La síntesis endógena de colesterol es tan importante para el organismo que, si por algún defecto genético no puede llevarse a cabo, se producen desde malformaciones hasta la muerte del embrión. Otra prueba más de lo mucho que necesita nuestro cuerpo el colesterol, por si quedaban dudas.

Las células tumorales y su gran necesidad de colesterol

Habiendo quedado claro que, sin superar unos niveles concretos, las células humanas necesitan colesterol como agua de mayo, un grupo de investigación de la Northwestern University de Chicago (Estados Unidos) se ha planteado si podríamos usarlo en nuestro favor. En concreto, su trabajo ha explorado la relación entre el colesterol y un tipo de célula muy concreto, uno que queremos eliminar a toda costa: la célula cancerosa.

Han decidido enfocar su trabajo en las células de cáncer de ovario resistentes a la quimioterapia tradicional basada en compuestos de platino. Cuando un tumor desarrolla resistencia a la quimioterapia se vuelve mucho más difícil de tratar, ya que se reducen las opciones con las que contamos para eliminarlo. Estos casos suelen tener muy mal pronóstico, ya que se trata de tumores muy agresivos que suelen metastatizar y ponen en grave peligro la vida del paciente. Por eso, se están buscando nuevas estrategias para poder eliminarlos en esta etapa.

Dado que las células necesitan el colesterol, especialmente cuando se dividen, y las células tumorales se caracterizan por una división incontrolada, este grupo de investigación vio clara la relación. Si la célula tumoral no tiene acceso al colesterol, no debería poder dividirse, por lo que acabaría muriendo y así el tumor se iría haciendo más pequeño poco a poco. Esta aproximación tendría la ventaja añadida de que no importa que este tumor sea resistente a la terapia con platino, puesto que cada una tiene un mecanismo de acción distinto.

Para entenderlo mejor, imagina que la célula tumoral es una persona que se ha puesto un chaleco antibalas. En este ejemplo, los fármacos de platino son balas, de modo que rebotarían contra el chaleco y no podrían actuar. El bloqueo del colesterol, por el contrario, sería un bruto golpe en la cabeza con una palanca de hierro. No hay nada que el chaleco antibalas pueda hacer en ese caso.

Para bloquear la entrada del colesterol en la célula tumoral, los investigadores desarrollaron unas nanopartículas muy similares a las lipoproteínas que transportan el colesterol en sangre hasta las células. No obstante, estas nanopartículas no contienen nada de colesterol. Son un señuelo al que las células quedan unidas, bloqueando la unión con las lipoproteínas reales e impidiendo que puedan captar colesterol. 

En ensayos con animales de experimentación, se ha observado que esta estrategia logra reducir el tamaño del tumor en torno al 50%. El cáncer de ovario se diagnostica con frecuencia en etapas muy avanzadas, por lo que su pronóstico suele ser malo y tiene una alta tasa de muerte asociada. Por eso, es importante contar con estrategias terapéuticas como esta, que ataquen en zonas especialmente relevantes para la célula tumoral como es la necesidad de colesterol. Confiemos en que muchas mujeres puedan beneficiarse de esta terapia en un futuro no muy lejano.

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