La donación de Clemen
Hay personas que pasan de puntillas por la vida pero su última voluntad las catapulta a la posteridad. Es el caso de Clementa Soria, Clemen para sus amigas, una zaragozana desconocida para la inmensa mayoría de la gente hasta que decidió donar nada menos que 1,9 millones de euros a la lucha contra el cáncer. Su legado póstumo va a permitir poner en marcha en Aragón una unidad de investigación en terapias celulares avanzadas contra el cáncer y otras enfermedades.
Quienes la conocieron la califican de persona sencilla, humana y especialmente buena. Por eso se alegran de que lleve su nombre la sala blanca que albergará los tratamientos pioneros en el Servet.
Precisamente este martes se dio a conocer una encuesta que desvela cómo ha crecido el interés de los ciudadanos por la investigación y la ciencia, sobre todo desde que la pandemia de covid-19 nos hizo caer en la cuenta de que no solo el 22 de diciembre debe ser señalado como el día de la salud, sino el calendario completo.
También ayer se dieron cita en Zaragoza, invitados por la Facultad de Derecho, los dos investigadores que lideran en España la lucha contra las dos enfermedades que más matan en el mundo: el virólogo Luis Enjuanes (de raíces aragonesas, por cierto), estudioso de los coronavirus desde hace décadas e impulsor de la vacuna esterilizante contra el SARS-COV-2; y el microbiólogo Carlos Martín Montañés, autor con su equipo de la única vacuna que se ha mostrado capaz de frenar la tuberculosis y que se encuentra en fase 3. Sus trabajos merecen espaldarazos como el de Clemen, bien por parte de instituciones públicas o por iniciativas privadas. Nos jugamos la salud, ni más ni menos.
