economía

Virginio Gallardo, consultor de Recursos Humanos: "Los jefes suelen ser poco empáticos"

El experto en gestión del cambio e innovación lleva tres décadas impulsando la transformación organizativa en empresas. Experto en 'reskilling', este año ha publicado el libro ‘Aprender es cambiar: La pirámide de las habilidades’.

Virginio Gallardo, consultor de RRHH, en Ibercaja Xplora.
Virginio Gallardo, consultor de RRHH, en Ibercaja Xplora.
Guillermo Mestre

Virginio Gallardo (Granada, 1966) está especializado en trabajar para ayudar a que las organizaciones lideren la innovación. Psicólogo de formación, por la Universidad Autónoma de Barcelona, estudió un MBA en Esade. Comenzó su trayectoria en grandes multinacionales del sector de la consultoría como Accenture, hasta crear su propia firma, Humannova, en 2009. Es experto en la transformación organizativa en las compañías y el efecto de la tecnología y el cambio en las personas. Este año ha publicado el libro 'Aprender es cambiar: La pirámide de las habilidades' para avanzar en el 'reskilling' de los trabajadores.

La semana pasada participó en el ciclo Grandes Xploradores del espacio Ibercaja Xplora, donde impartió la conferencia 'Reskilling, Aprender a Cambiar. El gran reto de talento del SXXI', en un encuentro con profesionales aragoneses del sector de los Recursos Humanos. En él analizó las asignaturas pendientes de las empresas y sus plantillas ante las transformaciones actuales y la necesidad de ser proactivos en la formación. 

En sus tres décadas de trayectoria habrá vivido en primera persona lo que es afrontar la transformación de una profesión.

No se lo va a creer, pero hace 30 años empecé haciendo consultoría de gestión del cambio y aquí estoy. Si un cantante dura 30 años es que se ha tenido que reinventar muchas veces, como Madonna. Estar 30 años en una profesión quiere decir que de alguna manera te tienes que reinventar. Todos los negocios que tienen que durar innovan. Hasta el churrero de la esquina tiene que estar innovando. 

¿En las personas cuesta más reinventarse, aprender nuevas habilidades o ‘reskilling’ del que ha hablado recientemente en Zaragoza?

La mayoría de la gente es mala haciendo ‘reskilling’, lo que hacemos es evolucionar. Lo que pasa es que todo el mundo está convencido de que el número de personas que tiene que hacerlo en los próximos años es brutal. Muchos organismos internacionales consideran que el principal problema que tienen las economías es que la gente no se podrá adaptar al cambio digital.

¿Va a haber una bolsa de personas que corren el riesgo de quedarse fuera del mercado laboral?

O peor, un montón de personas que lo pasen muy mal, tomando ansiolíticos porque el mundo va muy deprisa y ellos no saben adaptarse a los cambios. ¿Por qué tenemos estas dosis de ansiedad y depresiones tan elevadas, más que nunca? Tiene que ver con la incertidumbre y con una aceleración de todo. Te puedes quedar en tu trabajo y estar traumatizado o no saber cómo estar. El tema es que el cambio se acelera. Aparentemente lo aceleran las tecnologías.

¿Aparentemente?

Hay muchos trabajos donde lo más difícil no son las habilidades tecnológicas sino las sociales o ese conjunto de habilidades que tienes que dominar a la vez.

"Hay muchos trabajos donde lo más difícil no son las habilidades tecnológicas sino las sociales"

"Mucha gente está quemada. Tú preguntas ahora en una empresa, ‘¿cómo se siente de satisfecho con el trabajo?’ y nunca ha habido tanta insatisfacción"​

​"Probablemente la incertidumbre, la aceleración del cambio, el cambio de valores, está provocando que la gente se sienta insatisfecha en su trabajo"

¿Qué habilidade sociales necesita una persona hoy en día?

Son las competencias ‘blandas’. La primera es aprender a cambiar. Además, hay que autoregularse porque la incertidumbre y el estrés no los soporta bien nadie. Luego tienes que saber adaptarte a nuevas circunstancias.

¿Cómo se puede convivir en ese entorno con más estrés e incertidumbre?

Hay mucha gente que está quemada. Tú preguntas ahora en una empresa, ‘¿cómo se siente de satisfecho con el trabajo?’ y nunca ha habido tanta insatisfacción.

¿Y no será por una cuestión de condiciones laborales?

Seguramente afectará, pero afecta a todos los países y a trabajadores y directivos. En España, que hemos sufrido tres años de inflación y diez o doce de crisis, aparentemente debía ser superior a otros sitios, pero más o menos tenemos la misma insatisfacción que el reto de Europa. Y es un tema mundial. Hay dos fenómenos raros. Uno es la gran renuncia, por el que la gente se va, y otro, la renuncia silenciosa, en la que la gente se queda, pero hace el mínimo posible porque está quemada.

¿Se puede señalar a un culpable?

Si coges los análisis que hay, hay mayor insatisfacción entre los directivos que nunca, que también están quemados. Los que tendrían que arreglarlo, los de Recursos Humanos, son los que están peor. Es un tema de quemazón global. Probablemente la incertidumbre, la aceleración del cambio, el cambios de valores, los sociales, están provocando que la gente se sienta insatisfecha en su trabajo. Lo primero que hay que preguntarse es qué es lo que quiere la gente.

¿Y preguntar a los trabajadores?

Sí. Desde hace 30 o 40 años esta pregunta ya se hace, pero vamos a ver cómo ha ido cambiando. Cuando yo empecé a trabajar en Accenture esa pregunta se hacía y el 70% de la gente te decía que trabajaba por salario, por condiciones salariales. Ahora, cuando preguntas, esa es la segunda o la tercera respuesta. Esto era inconcebible entonces.

"Cuando yo empecé a trabajar en Accenture esa pregunta se hacía y el 70% de la gente te decía que trabajaba por salario, por condiciones salariales. Ahora, cuando preguntas, esa es la segunda o la tercera respuesta. Esto era inconcebible entonces"

"La sociedad se ha ‘milenizado’. La gente quiere trabajos donde aprendan y hagan cosas significativas"​

¿Y esto no ocurre solo entre los trabajadores milenials?

No, estamos hablando de todos. Se habla de que la sociedad se ha ‘milenizado’. La gente quiere trabajos donde aprendan y hagan cosas significativas. Esto último está casi al mismo nivel que la retribución y muy cerca está que quieren buenos jefes.

¿Qué quiere decir ‘buenos’?

No lo sabemos. Uno espera mucho de los jefes, como si fueran superhombres y los jefes son gente que en algún momento destacaron más que los demás y estaban más alineados con la empresa, pero tampoco es que sean superhombres. 

Jefas sigue habiendo menos.

Lo que se dice muchas veces es que el liderazgo femenino suele ser más emocional y eso puntúa más a su favor. El tema es que lo que la gente quiere más es formación y desarrollo. Y hemos visto que las empresas quieren más formación y desarrollo. Entonces, algo no cuadra. Por alguna razón no se encuentran. La gente se va con buenos salarios a otros sitios o no se sabe por qué o se va a no trabajar, cosas muy raras. Aquí en España lo que pasa es que hay más rotación que nunca.

Virginio Gallardo, consultor de RRHH, en Ibercaja Xplora.
Virginio Gallardo, consultor de RRHH, en Ibercaja Xplora.
Guillermo Mestre

¿Se van a un puesto con menos estrés?

Seguramente con menos estrés, más realización, mejor calidad, mejores relaciones con los compañeros, con los jefes, un ambiente más humano, algo que les parezca más interesante. Tampoco es que sean muy raros.

¿Ya no importa no tener un trabajo para toda la vida cuando algunas personas toman la decisión de dejarlo?

Lo sigue siendo. No hemos cambiado tanto, pero ahora tiene menos importancia. El salario no ha desaparecido, la gente se lo piensa mucho antes de dejar un trabajo y si tienes una determinada edad, ni te lo planteas, pero hay mucha gente que se lo plantea y lo hace. Yo no me imaginaba que a la gente cuando le preguntabas por el trabajo, el salario no fuera su primera prioridad porque yo creo que la gente trabaja, sobre todo, para pagar la hipoteca.

¿Eso ocurre porque el trabajo afecta ya a nuestra salud y priorizamos esta?

Probablemente. Lo que planteo con todo esto que las empresas tendrían que estar apostando por ‘reskilear’ a su gente porque les va la competitividad, pero lo hacen muy mal. Todo el mundo piensa en tecnología, pero hacen falta habilidades sociales como la empatía.

¿Nos falta empatía en este mundo?

Empatía, escuchar mejor a los demás, influencia, comunicación, trabajo en equipo, crear en equipo. Los puestos de trabajo exigen cada vez más esas habilidades.

¿Y esas se pueden aprender?

Sí, claro. Todas se pueden aprender.

¿Incluso la empatía?

Es difícil, sí. Quizá sea más fácil aprender un programa informático que empatía, pero si a ti te valoran cada año y te ponen que eres poco empático y que destrozas el ambiente con tus compañeros porque no los escuchas, igual puedes hacer algo. Por ejemplo, como jefe te pueden decir todos los años que eres poco empático. Los jefes suelen ser poco empáticos. A veces, cuando suben, se les va un poco la empatía.

"Lo mejor es ser un jefe vulnerable, mostrar tus debilidades, pero en la práctica es complicadísimo porque hay mucha gente que va a por ti por arriba, por abajo y por el medio"

"Hay gente que quiere tu puesto, gente que cree que no te lo mereces, que te tiene envidia, que te pide el oro y el moro o gente que está desmotivada y te echa la culpa de todo"

"Por supuesto que está el jefe que no escucha, que maltrata, pero habitualmente no es lo más normal"​

¿Miran más hacia arriba que hacia abajo?

No. Lo que pasa es que es difícil porque lo que dicen es que lo mejor es ser un jefe vulnerable, mostrar tus debilidades, pero en la práctica es complicadísimo porque hay mucha gente que va a por ti por arriba, por abajo y por el medio. La gente está deseando encontrar una fisura para destrozarte. En un entorno de trabajo un jefe puede encontrarse verdaderos depredadores. No puedes estar tranquilo. Hay gente que quiere tu puesto, gente que cree que no te lo mereces, que te tiene envidia, que te pide el oro y el moro o gente que está desmotivada y te echa la culpa de todo. Por supuesto que está el jefe que no escucha, que maltrata, pero habitualmente no es lo más normal. Lo más normal es alguien que intenta mantenerse lo mejor que puede, con habilidades sociales como el liderazgo.

¿Podemos ser optimistas con el futuro del empleo?

Probablemente los gobiernos apuesten más por ‘reeskilearnos’ y las empresas nos den más tiempo de formación. Tiene que cambiar el aprendizaje, pero mientras, nosotros tenemos que ser proactivos. Mi libro te da una metodología con 10 herramientas. Tú tienes que ser tu propio estratega y decir qué habilidades tienes que desarrollar. Esto puede ser muy estresante, pero lo que es estresante es no adaptarte al trabajo y vivir con incertidumbre. Y ponerte bien las expectativas, asegurarte de que no te estás pidiendo demasiada autoexigencia. La autorregulación emocional es la base de la pirámide.

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