fútbol

"Luis Rubiales ha sido un ‘shock’, su conducta no se puede dejar pasar"

Las futbolistas aragonesas lamentan la conducta de un presidente que ha ensombrecido todo un Mundial, pero igualmente valoran la extraordinaria evolución del fútbol femenino en la Comunidad. 

El segundo entrenador, Santi Elipe, y las jugadoras Judith Sainz, Andrea López, Teresa Rey y Sonia Baena, ayer en el entrenamiento.
El segundo entrenador, Santi Elipe, y las jugadoras Judith Sainz, Andrea López, Teresa Rey y Sonia Baena, ayer en el entrenamiento.
Toni Galán

Un título mundial que sintetiza todo. Todo lo bueno y todo lo malo. España enseñó al universo la extraordinaria progresión del nivel de su fútbol femenino, pero también la regresión plasmada en el comportamiento impropio de estos tiempos, de tiempos pretéritos, de siempre, de su máximo responsable, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales.

El fútbol femenino ha crecido de forma exponencial en Aragón, en la misma proporción que esa España que habitaba antaño en los arrabales del mapamundi futbolístico y ahora levanta la Copa Mundial. Una copa manchada por un ósculo inapropiado en tiempo, en forma, en lugar, en todo. Las futbolistas aragonesas confirman todo lo ganado dentro y fuera del campo, pero también censuran el comportamiento de Luis Rubiales. No solo por el gesto en sí, que también, sino porque su grosero comportamiento eclipsa una gesta deportiva de primer orden: el título mundial de la selección española femenina de fútbol.

Conviene aquilatar la expansión del fútbol femenino aragonés, con un desarrollo semejante al español. El mejor reflejo se plasma en el crecimiento de categorías, dato directamente proporcional a la elevación en el número de clubes, de jugadoras, de entrenadores, de todo. En la actualidad, la máxima categoría del fútbol español es la Liga Profesional de Fútbol Femenino. Inmediatamente debajo de la categoría profesional, se compite en Primera RFEF. 

El escalón inferior lo pisan las jugadoras de Segunda RFEF, división en la que ahora mismo milita el Zaragoza CFF, el histórico Transportes Alcaine que, con ese nombre y otros nombres comerciales como Prainsa, defendió la bandera aragonesa en la máxima categoría durante 13 años. Dos finales de Copa de la Reina en 2009 y 2012, con Alberto Berna como entrenador, constituyeron sus mayores hitos. En la primera de ellas, incluso 10.000 espectadores asistieron a la final en La Romareda. 

Además del Zaragoza CFF, la SD Huesca también compite en Segunda RFEF, consecuencia lógica de su trabajo en esta parcela. En Tercera RFEF, el filial del Zaragoza CFF, el Stadium Casablanca y el Valdefierro. En Aragón, hay una categoría de Primera Aragonesa con 14 clubes, y el mismo número de equipos en la Segunda Aragonesa, además de un creciente número de conjuntos y categorías de base. Toda esta catarata de registros, igual que el trabajo con las selecciones regionales, definen la labor articulada desde la Federación Aragonesa de Fútbol (FAF).

Además de datos, también hay trayectorias, experiencias, vivencias. Lágrimas de felicidad, pero también de lamentos. Teresa Rey (Zaragoza, 1997) es la capitana del Zaragoza CFF, estandarte de este deporte en Aragón. Su itinerario nos descubre muchas claves de las dos últimas décadas del fútbol femenino en nuestra tierra. "Soy de Ejea y en Ejea comencé a jugar con cuatro años. A los 16 años, fiché por el Zaragoza CFF, equipo en el que llevo diez temporadas. También me marché al Sevilla en 2018. Juego como mediocentro", expuso. Teresa también confirma la mayor dedicación de las futbolistas, que entrenan igual o más que muchos equipos masculinos. 

"Entrenamos cuatro días. Los sábados también tenemos vídeo o sesión de activación para el partido. Se ha evolucionado mucho. Yo ahora mismo estudio Ciencias del Deporte en Huesca, pero vivo en Zaragoza. No paro...", confesó, antes de hablar sobre el comportamiento de Rubiales y su beso a Jenni Hermoso. "Fue un gesto feo. Lamentablemente, hasta el mundial queda en un segundo plano por las actitudes del presidente. Que se aparte del cargo ya", apuntó.

Lucía Fuertes Salinas (Zaragoza, 1997) también capitanea el Zaragoza CFF. Su viaje por el fútbol también reúne un camino épico. "Comencé jugando a los seis años en mi colegio, Enrique de Ossó. En el equipo jugaba con una chica más, Marta Sampériz, que se ha retirado este año. Fiché por el Delicias con nueve años. Allí todo eran chicos menos Marta y yo. Llegué al Zaragoza CFF con 12 años y ya comencé a jugar con chicas en todas sus categorías. También jugué en la selección aragonesa sub-16 y sub-18, con Miguel Ángel Tolosana, de quien guardo un gran recuerdo. Debuté en la élite con 15 años", verbalizó. 

Entrenamiento de las jugadoras del Zaragoza Club de Fútbol Femenino, en el Gimnasio Palladium
Entrenamiento de las jugadoras del Zaragoza Club de Fútbol Femenino, en el Gimnasio Palladium
Toni Galan

Lucía, graduada en Magisterio de Educación Primaria, continuó con su narración sobre la actualidad buena y menos buena del fútbol femenino. "Se ha mejorado mucho en todos los sentidos, también en instalaciones. Ahora cotizamos a la Seguridad Social, nos tienen más en cuenta. En el equipo, entrenamos todos los días menos los martes. Estoy muy bien en el Zaragoza CFF, una entidad que lleva muchos años impulsando el fútbol femenino en Aragón. Respecto a lo que pasó en el Mundial, apenas se ha visto la noticia de que somos campeonas por todo lo que ocurrió después. Está manchando el fútbol femenino la persona que lleva la Federación (Rubiales)", concretó.

Balón vertebrador

No solo hay fútbol femenino en Zaragoza. El balón también vertebra Aragón. El área femenina de la SD Huesca se prepara para afrontar la que será su séptima temporada de andadura, un curso que además en cuanto a su primer equipo será histórico con el debut en Segunda RFEF, la tercera categoría nacional a la que dieron el salto en el último curso como campeonas de grupo de Primera Nacional, y también en la Copa de la Reina, en cuya primera eliminatoria jugarán por cuarta vez en El Alcoraz. 

El último ejercicio se cerró con una estructura compuesta por ochenta jugadoras y el éxito que supuso el triple ascenso. Subieron un peldaño, además del grupo que entrena Verónica Rodríguez, los dos filiales. La noticia amarga llegó después. Los recortes presupuestarios aplicados por el club han implicado la desaparición del equipo B y la renuncia a la plaza en Primera Nacional que se había ganado.

Nuria Rodríguez es su portera, cumpliendo su quinta temporada en el Huesca. "El Mundial tiene que ser el principio de un cambio. Hasta hace nada, todo costaba muchísimo y el Mundial ha llegado más pronto de lo pensado. Es bueno para las niñas y también para el fútbol de categorías altas. La gente ha visto cómo jugamos, en la final el juego fue superatractivo y sorprendió cómo jugaba España, cómo toca el balón. Servirá para que las niñas tengan referentes, y también los niños. He visto a chicos con camisetas de Salma o Alexia y es algo que me impresiona. Es muy bonito", señaló. 

La guardameta también dibujó su carrera y valoró el acto de Rubiales. "Empecé en mi pueblo, Bardenas, con mis amigos y con trece años pasé al Ejea. También he jugado en Osasuna, Zaragoza, Alicante, Oviedo y éste es mi quinto año en Huesca. En muchos sitios se dice que las niñas han tenido dificultades para jugar, pero no fue mi caso, fui una niña con suerte. Mis amigos me llamaban para salir a jugar y todos juntos formamos el Bardenas alevín. En cuento a Rubiales, ha sido un ‘shock’. Es una conducta que no se puede dejar pasar. Se ha demostrado que estamos para el cambio, porque un presidente no puede hacer esas cosas", sentenció.

La centrocampista Iris Arnas, cuarta temporada en el club, también repasó la actualidad. "El Mundial es un paso muy grande, va a crear unos referentes que yo no tuve. Mi sobrina me pide ir al fútbol. Empecé en Zaragoza en el San José desde alevín hasta cadete, en el que ya pasé al Prainsa. Ahí estuve cinco años y me fui al Oliver, donde estuve hasta que quitaron el equipo porque decían que económicamente no se podía mantener y fiché por el Huesca. Ahora creo que los clubes se toman más como un valor y algo positivo el tener equipos femeninos", dijo. 

"Empecé a jugar al fútbol a raíz de que mi hermano mayor jugaba, íbamos a ver los partidos y acababa yo jugando con los hermanos de sus compañeros. Mientras estuve jugando con chicos, siempre fui una más con todos y no tuve problemas, mi madre sí que tuvo que escuchar en la grada alguna cosa. Ahora se está viviendo un ‘boom’. Cada vez hay más chicas jugando en los parques y los campos, y también más equipos. Las niñas se animan y los padres se quitan tabús. En cuanto a Rubiales, ha sido una gota que ha colmado el vaso. Si se venía pidiendo el cambio, es que algo pasaba por dentro", finalizó.

Entrenamiento de las jugadoras del Zaragoza Club de Fútbol Femenino, en el Gimnasio Palladium
Entrenamiento de las jugadoras del Zaragoza Club de Fútbol Femenino, en el Gimnasio Palladium
Toni Galan

Gozos y lamentos

La historia de María Sánchez (Zaragoza, 2001) también reúne rasgos que definen el boceto del fútbol femenino en Aragón. "Comencé a jugar en La Unión con diez años, en benjamines. Jugaba con chicos. El peor momento fue cuando me marché a jugar al Zaragoza CFF en infantiles, pues los chicos se pusieron a celebrarlo y yo me puse a llorar", se lamentó. Afortunadamente, la carrera de María no se detuvo. 

"En el Zaragoza CFF, me subieron al cadete siendo infantil, y después al conjunto de categoría nacional. Estuve allí hasta 2018, fichando por mi actual equipo, el Stadium Casablanca, primero con Jandro como entrenador y ahora con Alberto Berna", narró. Y ahí sigue María, peleando por el fútbol y censurando a quienes lo dañan. "Ha habido una gran evolución, un gran cambio. Queda mucho por hacer. Yo estoy preparando la oposición a Policía Nacional. También entreno tres días más uno de gimnasio. En cuanto al gesto de Rubiales, me parece mal que se hable más de eso que de las jugadoras", enfatizó.

Laura Vaquero, de 17 años y delantera del Valdefierro de Primera Territorial, encarna el futuro. Su peripecia futbolística también es indicador de los tiempos que corren en el fútbol femenino. "Llevo jugando desde los once años, cuando comencé en el colegio, la Sagrada Familia. En el equipo jugaba otra chica, Daniela. Estuve dos años allí hasta que me fui al Olivar en infantiles. Allí jugué cuatro años. Este es mi segundo año en el Valdefierro", enumeró. Sus experiencias, hasta ahora, mucho más positivas que negativas. 

"Los chicos nunca me dijeron nada, me acogían bien. Sorprendía más que jugara al fútbol a alguna chica. Alguna hasta me llamó ‘marimacho’. En cuanto a lo del beso de Rubiales, está mal. Entiendo que moleste a las futbolistas. Pero yo seguiré jugando porque me encanta. Quiero dar lo mejor de mí y jugar en categoría nacional", concluyó.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión