Rubiales, el tiempo agotado del hombre que se cree por encima del bien y el mal

La grosera secuencia de actos machistas de Rubiales tras la final del Mundial y sus posteriores ataques al "falso feminismo" colmaron la paciencia del Gobierno

FILE PHOTO: Soccer Football - FIFA World Cup Qatar 2022 - Group E - Japan v Spain - Khalifa International Stadium, Doha, Qatar - December 1, 2022 President of the Royal Spanish Football Federation Luis Rubiales in the stands before the match REUTERS/Kim Hong-Ji/File Photo SOCCER-WORLDCUP/KISS [Original: 2023-08-21T095333Z_1115404031_RC26XX9F65KB_RTRMADP_3_SOCCER-WORLDCUP-KISS.jpg] //REU// Autor: REUTERS Fecha: 21/08/2023 Propietario: Reuters Id: 2023-2448774 [[[HA ARCHIVO]]]
Luis Rubiales. ]]
Kim H/Reuters

"Con estas cosas se van a cargar el Mundial 2030", lanzó Luis Rubiales concierto aire de inocencia y a la vez de superioridad y de perdonavidas cuando estallaron sus primeros escándalos, entonces relacionados con el traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí y la negociación de las comisiones de una operación de enorme envergadura. El presidente de la Federación Española de Fútbol trataba así de desviar las miradas de sospecha a su gestión y acusaba a la prensa de poner en peligro la candidatura que España comparte con Portugal y posteriormente con Marruecos, una de las prioridades del Gobierno en su política internacional.

Hasta su semana trágica, Rubiales se sentía fuerte, respaldado por el Ejecutivo socialista con esa anhelada Copa del Mundo en el horizonte. La elección definitiva tendrá lugar el año próximo, durante el 74º congreso de la FIFA, y tras la renuncia final de Arabia Saudí, la opción ibérica y marroquí se enfrenta a la alternativa sudamericana que presentan Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay. Un evento clave económica, política y estratégicamente que trasciende a lo deportivo, que lidera Rubiales, vicepresidente de la UEFA, y que siempre contó con el apoyo firme de Pedro Sánchez.

El mandamás del fútbol español se veía muy seguro con este Gobierno, digamos que se sentía por encima del bien y del mal. Un antiguo obrero del fútbol -no pasó de eso en el Levante- con una mirada privilegiada desde el ático de lujo que adquirió por cerca de dos millones de euros en Ferraz, junto a la sede del PSOE, con terraza de 100 metros y piscina privada. De hecho, el Consejo Superior de Deportes fue acumulando denuncias contra el dirigente del fútbol, pero nunca las trasladó ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, único organismo que puede encauzar la inhabilitación de 'Rubi'.

¿Qué ha cambiado ahora? ¿Porque ha terminado ese apoyo que Sánchez ha brindado a Rubiales tras meses de escándalos e investigaciones? La explicación hay que encontrarla en que el beso en la boca de Rubiales a Jenni Hermoso durante los actos protocolarios por el título mundial de la selección de fútbol femenina choca de manera frontal contra uno de los asuntos más sensibles para el Ejecutivo y del que ha hecho bandera: el machismo y la violencia sexual.

Laberinto sin salida

Pero hay mucho más. En cuestión de horas, Rubiales tiró por tierra todo su prestigio, mucho, poco o casi ninguno después de tanta erosión por los escándalos que han ido minando su imagen. 'Rubi', el amigo de 'Geri' (Piqué), mostró las peores armas del típico futbolista altanero, no la imagen de un presidente de la Federación que en la final de un Mundial ejerce casi el papel de embajador de su país. Esa actitud visceral y machista que evidenció en Australia dejaron herido de muerte a este motrileño, aunque nacido en Las Palmas, del que sus allegados dicen que es todo corazón y que nunca se aleja de familia y amigos. Y que es chulo, muy chulo.

Con una secuencia de errores groseros, más propios de un maleducado machista y fanfarrón que de un ejecutivo trajeado, Rubiales se metió sin darse cuenta en un laberinto sin escapatoria. Su gesto obsceno en el palco, tocándose los genitales en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía, todavía menor de edad, el 'pico' robado a Jenni Hermoso, cargar a hombros a Athenea del Castillo como si fuera un saco de patatas... Luego, sus declaraciones chabacanas restando importancia a todo, cargando entre insultos como un macarra contra los críticos. Más tarde, la disculpa forzada y poco sincera a través de un vídeo grabado durante la escala en el aeropuerto de Doha de regreso a Madrid.

Además, 'Relevo' desveló que Rubiales intentó sin éxito convencer a Hermoso para que apareciera en ese vídeo junto a él. Resulta paradójico, pero le rogó que lo hiciera por su futuro y el de sus tres hijas. Pero ni por esas convenció a la futbolista. También instó al seleccionador Jorge Vilda para que mediase a través de los familiares de la futbolista de Carabanchel. Uno y otro pincharon en hueso. Los reproches fueron unánimes incluso en medios internacionales, y las denuncias se sucedieron. El jaque mate ya fue la demanda de la Liga femenina al CSD pidiendo su inhabilitación y, sobre todo, la de la propia Jenni Hermoso a través del sindicato Futpro. Y el colmo, el discurso del dirigente federativo negándose a dimitir y acusando el «falso feminismo» de haberle «asesinado socialmente».

Pésimo ejemplo

Rubiales, suspendido ayer por la FIFA por un mínimo de 90 días, está hundido. Se ha autodestruido. Sabe que se ha equivocado, que ha dado un pésimo ejemplo precisamente a sus hijas, de las que siempre habló maravillas. Lucía, que estudia Historia del Arte, "una tía muy sensible y con un compromiso consigo misma y con la sociedad", según confesó Rubiales a Risto Mejide; Ana, la mediana, "que es la que se parece más a mí y es quizás la más reivindicativa", y Elena, la menor. Rubiales está divorciado de la abogada Manuela Delicado, a la que también elogió: "Creo que siempre hemos hecho un buen trabajo por ellas. No creo que fuera un fracaso (la ruptura), fuimos muy felices, pero cuando pasas a otras etapas, pues pasas", reveló en ese mismo programa 'Viajando con Chéster'.

Entre sus muchas polémicas, hay varias relacionadas con mujeres. Siendo ya directivo de la Federación, se le conoció una relación que levantó controversia. Se le acusó de llevar a la pintora mexicana Roberta Lobeira a un viaje a Nueva York con dinero del organismo con sede en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.Le acusaron de reuniones con la ONU y la Major League Soccer. Antes, también le reprocharon un caso de enchufismo con otra pareja, Brigit Tenorio, cuando era presidente de la AFE. Fue acusado de supuestos malos tratos por la arquitecta Yasmina Eid-Maccheh, pero el juzgado número 2 de lo Penal de Valencia condenó al final a la mujer por acoso tanto a Rubiales como a sus tres hijas.

El año pasado declaró ante la Fiscalía Anticorrupción por el pago de una fiesta con chicas en un chalé de Salobreña (Granada) con cargo a tarjetas de la entidad federativa. Le había denunciado Juan Rubiales, tío y exjefe de presidencia de Luis y desde hace tiempo enemigos irreconciliables que públicamente muestran los trapos sucios familiares. El Ministerio Público requirió a través del juzgado la justificación exhaustiva de todas las operaciones vinculadas a esa fiesta de agosto de 2020, por si Rubiales y otros directivos hubieron cometido delitos de administración desleal o apropiación indebida. El equipo del presidente aseguró haber reembolsado 3.000 euros por el alquiler de esa casa con vistas a la costa granadina y piscina.

Con marcados tics que denotan un carácter altivo y soberbio, el máximo mandatario del fútbol español se ha jactado de que las diferentes denuncias presentadas contra él han caído en saco roto. Rubiales había salido más o menos airoso de cada uno de los conflictos previos y seguía inabordable en su cargo a pesar de que sus detractores crecían como setas. «Solo tengo miedo que me metan cocaína en el coche», llegó a confesar, en tono fanfarrón, cuando denunció ser víctima de "una caza preparada, falseando la realidad», consecuencia de «una mafia» que le había robado información y conversaciones de su teléfono móvil privado cuando se defendió de las acusaciones que había recibido sobre el acuerdo con Arabia Saudí.

Como de casta le viene al galgo, Rubiales siempre presumió de que su padre ejerció como alcalde socialista en Motril durante ocho años y después fuedelegado de Empleo de la Junta de Andalucía en Granada. Con Sánchez le unen la afinidad política, el afán por el poder y ese deseo compartido de que España vuelva a disfrutar de un Mundial moderno, no solo de los recuerdos vintage del 'Naranjito' en 1982. Inaugurar en siete años ese campeonato y aparecer en esa foto, sería una extraordinaria imagen para el dirigente futbolero y el presidente de todos los españoles.

Conmigo o contra mí

Rubiales siempre mostró dotes de duro capitán desde que debutó como defensa en el Motril con apenas 14 años. Apodado 'Pundonor' y perseguido por las lesiones, halló su verdadera vocación cuando como capitán del Levante luchó por regularizar la situación de toda la plantilla, recién ascendida a Primera en 2004. Licenciado en Derecho y director deportivo, Rubiales logró acabar con 22 años de mandato de Gerardo González Movilla, al que arrebató el sillón de la AFE en 2010.

Bajo su mandato se mejoraron las condiciones laborales del colectivo y esa revolución auspiciada en el sindicato de futbolistas quiso trasladarla a la Federación, en manos de Ángel Villar durante 30 años. Ha ejercido con mano de hierro, sin importarle las formas y el que dirán. Orgulloso, lo demostró tras apenas un mes en el cargo, cuando destituyó a Julen Lopetegui en puertas del Mundial de Rusia 2018 tras conocer que había firmado con el Real Madrid.

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