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Una pelea junto a la discoteca Garden de Zaragoza tras un flirteo le cuesta tres años de cárcel
La victima sufrió cinco heridas que precisaron sutura y un esguince de tobillo dentro de una reyerta en la que participaron varias personas.
Una pelea desencadenada por un flirteo en una discoteca ha terminado con uno de sus protagonistas condenado a tres años de cárcel. El Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza considera a José Miguel Reyes culpable de un delito de lesiones graves y le impone, además de la pena de prisión, una indemnización de 7.710 euros por las heridas que ocasionó al denunciante en el transcurso de una reyerta en la que le propinó un botellazo y en la que participaron más personas. Inicialmente, también estaba acusado Deyner C. R. Sin embargo, ha sido absuelto después de que en el juicio oral la Fiscalía retirase los cargos al considerar que su intención había sido la de mediar en el altercado y valorar también que después ayudase a la víctima.
La pelea se desencadenó pasadas las 6.00 del 7 de febrero de 2022 en la zona exterior de la discoteca Garden de Zaragoza. Previamente, en el interior, había habido un primer incidente al observar la víctima que un hombre se estaba insinuando a su pareja. A la salida del local ambos se volvieron a encontrar retomando una discusión que fue subiendo de tono y que incluyó empujones.
El denunciante identifica a José Miguel Reyes como el sujeto que quiso flirtear con su acompañante y el juez considera probado que fue también él quien le propinó un botellazo en la cabeza. El golpe le hizo caer al suelo, donde el agresor junto a otras personas continuó dándole patadas y puñetazos empleando también trozos de cristal.
A consecuencia de la paliza, la víctima sufrió cinco heridas repartidas entre la frente, la cabeza y la espalda que precisaron de puntos de sutura y que le han dejado cicatrices. También tuvo que ser atendido por un esguince de tobillo.
Durante el juicio, José Miguel Reyes, cuya defensa corrió a cargo de la abogada Carmen Sánchez, negó que participase en la reyerta. Sin embargo, el juez entiende que su declaración queda desvirtuada por la grabación obtenida por las cámaras de seguridad de la discoteca. También por los testimonios aportados por la víctima y por Deyner C. R. El magistrado considera que, aunque el denunciante también se mostró agresivo, la respuesta del condenado fue de una elevada violencia.
