Humo en Zaragoza: "El olor puede generar más miedo que ver el fuego de cerca"

"El sentido del olfato es más potente que el resto y se relaciona con la supervivencia", dice la experta en marketing olfativo Patricia Carreras.

Incendio en una escombrera en Cuarte de Huerva
Incendio en una escombrera en Cuarte de Huerva
José Miguel Marco

"Por el humo se sabe dónde está el fuego", dice la popular romanza de la zarzuela 'Doña Francisquita'. Pero este lunes, en Zaragoza se vivió precisamente lo contrario. Un fuerte olor a humo invadió amplias zonas de la capital aragonesa, una presencia tan real como invisible que desató una enorme alarma en la ciudad. "El olor a humo puede generar más miedo que ver el fuego de cerca", explica Patricia Carreras, zaragozana experta en marketing olfativo. Más cuando ese olor lo identificamos como peligroso ya que no todos los olores a humo o a quemado nos producen el mismo desasosiego.

"Tendría que analizar exactamente qué es lo que se quemó en la escombrera de Cuarte de Huerva (que a estas horas es con certeza el origen de la crisis), pero seguramente serían plásticos, disolventes, productos químicos, que producen un olor capaz de generar más miedo que otros de origen natural. Hay algunos que, incluso, pueden resultar agradables, como el del pan un poco tostado que a mí por ejemplo me gusta", explica Carreras.

El poder de sugestión del olfato

"El olfato es el gran olvidado de los sentidos en los homínidos y sin embargo es el más potente, capaz de generar una alerta instintiva ante el peligro o por supervivencia, como sucede con la comida en mal estado". El olfato tiene además, continúa Carreras, "un enorme poder evocador y sugestivo". Sobre todo porque los olores no se ven. Eso, en el caso del episodio del lunes, "genera más miedo, debido a esa sensación de no saber, de no ser capaz de ubicar lo que entendemos como signo de peligro, una amenaza que no vemos pero que por otro lado percibimos absolutamente real".

No es de extrañar para Patricia que el lunes se vivieran situaciones de inquietud. Hubo quien llamó a los bomberos (se recibieron hasta 40 llamadas solo por este asunto). Miles de personas. si se atiende a la zona afectada y a los relatos posteriores, revisaron su casa en busca de un cortocircuito, buscaron un cigarrillo mal apagado, llamaron a un vecino o lo comentaron por las redes sociales. "Más aún -apunta Carreras- cuando el suceso ha venido a coincidir con trágicos sucesos cercanos en el tiempo, como el del edificio de Valencia, en el que murieron diez personas".

"El humo y el olor son moléculas volando, en este caso de un incendio lejano para la mayoría pero que se sintió como si se produjera en la propia casa". Curiosamente, vecinos de Cuarte de Huerva han reportado que allí no se sintió el olor o, por lo menos, no hasta el punto de causar alarma. 

El olfato, en este caso de un bombero, también está detrás de una de las claves que llevó a ir atando cabos en la tarde del lunes, cuando todo eran incógnitas sobre la procedencia del fuerte olor. Un agente desplazado al edificio de Ibercaja, uno de los lugares donde al principio se creyó que estaba el origen, identificó el olor como el mismo del incendio de la escombrera en el que él había trabajado esa misma mañana. La coincidencia permitió ir dirigiendo las investigaciones hacia la localidad del sur de Zaragoza y a ese fuego que los Bomberos aún estaban refrescando en la mañana del martes. Una 'app' que determina la dirección del viento fue confirmando las primeras hipótesis salidas del olfato del bombero.

Carreras, publicista de formación y autora del libro 'A qué huelen las marcas', señala también que los olores o los aromas pueden tener un enorme poder de sugestión. "En lo que se conoce como 'el olor Magdalena de Proust' uno puede verse transportado a la infancia de manera nitidísima a través de un olor, mucho más que con una fotografía". 

De la misma manera, un olor puede usarse para generar emociones, como se hace en el marketing. "No me extraña que el lunes hubiera quien viera humo al sentir el olor, no me sorprende nada la alarma que se extendió, el olor es muy poderoso". Además, añade, "uno puede cerrar los ojos o taparse los oídos, pero de un olor es muy difícil huir, porque no se puede dejar de respirar, casi no sirve ni taparse la nariz".

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