11-M: ¿Por qué Zaragoza es una ciudad clave para el terrorismo yihadista en España?

La Policía Nacional y la Guardia Civil han llevado a cabo nueve operaciones en la provincia desde 2012, en las que han detenido a otros tantos presuntos activistas.

La huella de los yihadistas en Zaragoza tras el 11-M.
La huella de los yihadistas en Zaragoza tras el 11-M.
V. M.

La masacre del 11-M en Madrid, de la que hoy se cumplen 20 años, supuso un antes y un después en la lucha contra el terrorismo yihadista en España. Tras los atentados de Atocha en 2004, en los que fueron asesinadas 193 personas, llegarían los de Cambrils y Barcelona, perpetrados entre el 17 y 18 de agosto de 2017 y que dejaron otros 15 fallecidos. Cuatro aragoneses perdieron la vida en estas dos acciones terroristas: tres en la capital de España y una en Cataluña. Y aunque, afortunadamente, nunca ha habido que lamentar atentados de origen yihadista en la Comunidad, la Policía Nacional y la Guardia Civil nunca han podido bajar aquí la guardia. Durante los últimos años, se han llevado a cabo hasta 9 operaciones, que se han saldado con otros tantos detenidos. Pero, ¿por qué Zaragoza es una ciudad clave para el terrorismo yihadista?

La estratégica ubicación de la capital aragonesa, situada a caballo entre Madrid y Barcelona, pero también a una distancia similar de Bilbao y Valencia, la convierte en un enclave logístico de primer orden. Ello confiere a la ciudad un valor esencial desde el punto de vista económico, pero también la hace atractiva para otros ‘negocios’ bastante menos rentables. Y el terrorismo es uno de ellos. Zaragoza fue escenario de no pocos zarpazos de ETA. Salvando las distancias, parece que el terrorismo yihadista también ha sabido ver su potencial como núcleo de captación de adeptos para la causa: no solo en la calle, sino también en las cárceles, sobre todo en la de Daroca, donde se detuvo a dos reclusos en 2021.

La Audiencia Nacional juzgaba precisamente este lunes a O. J. V, al que la Guardia Civil detuvo el 3 de octubre de 2022 en Zaragoza tras descubrir que se había unido al Dáesh y se disponía a viajar a la zona conocida como Sham (territorio que comprende lugares de Siria e Irak). El arrestado, de origen español y para el que la Fiscalía solicitaba inicialmente 12 años de prisión por integración a organización terrorista, se había procurado entrenamiento militar y estaba capacitado en el uso de armamento y explosivos. De hecho, había solicitado hasta en dos ocasiones su ingreso en las Fuerzas Armadas Españolas. Un acuerdo con el Ministerio Público ha hecho que el procesado aceptara una condena de 6 años de prisión.

El caso que todavía se instruye es el del imán detenido el 15 de noviembre de 2023 en Zaragoza en el marco de la operación ‘Bruder’, por la que se arrestó a otras cinco personas en Madrid, Badajoz y Valencia. Según la Policía Nacional, los investigados constituían una red que financiaba a la milicia yihadista ‘Jaysh Al Islam’, colaboradora de Al Qaeda en Siria. Se calcula que les enviaron unos 300.000 euros utilizando como cobertura una campaña de recaudación de donativos para ayuda humanitaria a niños huérfanos sirios. La Fiscalía pidió en su día prisión provisional eludible con fianza para los seis detenidos. Y todos acabaron en libertad.

Solo un año antes, el 15 de noviembre de 2022, el Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil ponía en marcha otra operación en el barrio de La Magdalena de Zaragoza que se saldó con la detención de un joven de origen argelino. Al parecer, el arrestado habría compartido contenido yihadista proDaesh a través de redes sociales. Durante el registro de su domicilio, en el número 34 de la calle Doctor Palomar, donde residía con sus padres y su hermana, se incautaron varios dispositivos electrónicos para su posterior análisis. El investigado también quedó en libertad provisional tras ser interrogado.

Un preso de Daroca preparaba una célula para atentar

Pero los yihadistas no solo extienden sus redes de captación en las calles de Zaragoza, también lo hacen en sus cárceles, tanto en la de Zuera como en la de Daroca. Prueba de ello, las dos operaciones que se llevaron a cabo en este último centro penitenciario en 2021. El 10 de marzo, la Benemérita detuvo allí a un preso identificado como M. F. y afín al Dáesh al que se venía investigando por captar yihadistas entre internos de otras prisiones, sobre todo la de Murcia. En esta coincidió con otros dos implicados en la trama, que también fueron arrestados en esa operación por desarrollar actividades de adoctrinamiento.

Ese mismo año, el 8 de septiembre, la Policía Nacional detuvo en la cárcel de Daroca a R. S., un recluso condenado por hurtos y robos que se había radicalizado en prisión y mostraba su intención de crear una célula yihadista para atentar cuando fuera excarcelado. R. S. había llegado a Daroca ese verano procedente de una cárcel madrileña, donde funcionarios de prisiones especializados en la vigilancia de presos terroristas detectaron que estaba captando y reclutando a otros reclusos para la causa yihadista.

Según fuentes del Ministerio de Interior, el interno mantenía un férreo y agresivo control de sus adeptos y evitaba que entraran en contacto con otros reos ajenos a su fundamentalismo ideológico. Añadieron que este individuo incitaba a sus seguidores para que agredieran a otros presos considerados "enemigos" y había "concretado amenazas directas contra autoridades judiciales españolas condicionadas a su cercana salida de prisión".

La Guardia Civil descubrió que el investigado había subido esta fotografía de la bandera de Dáesh con el palacio de La Aljafería detrás.
La Guardia Civil descubrió que Maroiane B. había subido esta fotografía de la bandera de Dáesh con el palacio de La Aljafería detrás.
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Amenazas terroristas con La Aljafería de fondo

Dos años de prisión y tres de libertad vigilada, esa fue la pena con la que la Audiencia Nacional impuso a Maroiane B., el yihadista de 26 años de origen marroquí pero afincado en el barrio de Las Delicias de Zaragoza al que la Guardia Civil detuvo el 29 de enero de 2019 por difundir propaganda de contenido violento relacionada con la actividad del Dáesh. Durante el registro de su domicilio, en el número 10-12 de la avenida de Madrid, los agentes intervinieron su ordenador, su teléfono móvil y varios dispositivos de almacenamiento. Al analizarlos, se localizó abundante documentación y numerosas imágenes de contenido yihadista. Entre ellas, varias fotografías con planos tanto de la estación intermodal, marcada con un círculo rosa, como de las inmediaciones del centro comercial Augusta.

El Servicio de Información de la Benemérita, que desplegó una veintena de agentes para llevar a cabo el arresto del yihadista de madrugada, pudo confirmar después que Maroiane B. había utilizado su perfil en la red social Twitter para subir una fotografía del palacio de La Aljafería de Zaragoza con una imagen de la bandera del Dáesh delante. Como decía la Fiscalía en su escrito de acusación, dicha imagen se publicó el 20 de junio de 2014 provocando «una consecuente y natural inquietud en la capital aragonesa».

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