Urbanismo

El curioso caso de la 'manzana gruyére' de la avenida Goya de Zaragoza

Dos edificios que en su día fueron 'okupados' han dejado dos vacíos urbanos tras su derribo que exhiben las costuras del barrio.

Los números 85 y 91 de la avenida Goya. Este último, que estuvo okupado durante un tiempo, fue derribado por completo hace unos días.
Los números 85 y 91 de la avenida Goya. Este último, que estuvo okupado durante un tiempo, fue derribado por completo hace unos días.
H. A.

Como si faltasen las piezas de un puzle. En la avenida Goya de Zaragoza se da estos días un caso no muy común. A la altura del 85 y del 91 se vislumbran dos solares que abrazan a un edificio que todavía se mantiene en pie y que se encaja como si de un queso gruyére se tratase. Uno de estos vacíos ya era apreciable hace años, pero ahora se une el derribo de una fachada fantasma que "atormentaba" a los vecinos de la zona desde hace un par de años, al dejar una estampa un tanto desoladora en pleno centro de la ciudad. Aunque la imagen no mejora mucho a la de antaño.

La historia detrás de estos inmuebles sí que tiene algo en común: los 'okupas'. Mientras que el número 85 de la avenida Goya lleva ya tiempo derribado y cercado, la fachada del 91 todavía se exhibía a esta céntrica vía, en un estado ruinoso. De hecho, los vecinos llevaban tiempo solicitando que se derrumbara del todo, ya que consideraban que existía peligro de que se desvaneciese parcialmente y causara algún accidente. A día de hoy, el que pase por allí solo encontrará unas vallas amarillas, algo de maquinaria y un solar diáfano que muestra las entrañas de la manzana.

Según explica el vicepresidente de la Asociación de vecinos Puerta del Carmen, Carlos Terrer, las obras de derribo de este inmueble quedaron paralizadas ya que la empresa encargada había presentado una "suspensión de pagos", por lo que hubo que frenarlo todo y el esqueleto del edificio quedó visible a la vía "durante un par de años". Finalmente, este mismo mes una nueva compañía ha acometido la demolición.

Avenida Goya a la altura del número 91, con el edificio ya derribado y el solar vallado.
Avenida Goya a la altura del número 91, con el edificio ya derribado y el solar vallado.
H. A.
Avenida Goya a la altura del número 91, con el edificio ya derribado y el solar vallado.
Avenida Goya a la altura del número 91, con el edificio ya derribado y el solar vallado.
H. A.

Se cumple, así, uno de los principales reclamos de la asociación vecinal, ya que consideraban que, además de afear el entorno, el trozo de fachada flotante podía acarrear problemas al tener riesgo de que alguna parte se desvaneciera o cayera algún cascote. "Ahora, estamos a la espera de que se empiece a construir, porque el solar de al lado (el del número 85) lleva ahí muerto de risa un tiempo", se lamenta Terrer. Por el momento, no se espera una nueva promoción pronto en esta zona. "Lo necesitamos para darle vida al barrio y al comercio", añade el vicepresidente de la asociación vecinal.

El estado del edificio de la avenida de Goya número 91, hace unos meses, antes de ser derribado totalmente.
El estado del edificio de la avenida de Goya número 91, hace unos meses, antes de ser derribado totalmente.
Carlos Terrer

El caso del bloque de viviendas de avenida Goya 91 resonó en los medios de comunicación al estar 'okupado' en su totalidad durante 11 largos años. No fue hasta noviembre de 2020 cuando, finalmente, la Policía desalojó el inmueble y colocó una puerta de seguridad para poner fin a la historia de este edificio, que data de mediados del siglo XX. Entonces, el operativo se saldó con una detención de una persona con documentación falsa. El desalojo fue tranquilo, ya que muchos de los 'okupas' salieron por su propio pie la tarde de antes y los restantes no ofrecieron resistencia. En total, vivían allí unas 30 personas de manera ilegal.

De hecho, los vecinos estaban al tanto de que las viviendas cambiaban de manos a menudo, pasando por ellas personas procedentes de comunidades cercanas como La Rioja, Navarra y Cataluña, y de otras como Andalucía, además de zaragozanos e inmigrantes africanos. No obstante, el destino del edificio era diferente hace unos años.

El solar del número 85 de la avenida de Goya, que también lleva unos años abandonado.
El solar del número 85 de la avenida de Goya, que también lleva unos años abandonado.
H. A.
El solar del número 85 de la avenida de Goya, que también lleva abandonado unos años.
El solar del número 85 de la avenida de Goya, que también lleva abandonado unos años.
H. A.

El edificio, construido en 1944, tenía una superficie total de 1.683 metros cuadrados y daba cabida a 21 viviendas de entre 57 y 66 metros cuadrados, además de tener hueco para un ascensor. En la planta baja también se disponía de espacio para tres comercios. Uno de ellos, una antigua pescadería cerrada hace más de tres lustros, servía de cobijo a uno de los okupas.

Imagen de archivo del momento del desalojo del inmueble de la avenida Goya, número 91.
Imagen de archivo del momento del desalojo del inmueble de la avenida Goya, número 91.
Francisco Jiménez
El interior del bloque de viviendas de la avenida Goya, número 91, cuando estaba 'okupado'.
El interior del bloque de viviendas de la avenida Goya, número 91, cuando estaba 'okupado'.
Raquel Labodía
ACTUACION POLICIAL EN EL EDIFICIO DE LA CALLE GOYA 91 / 12-11-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ[[[FOTOGRAFOS]]]
Imagen de archivo del momento del desalojo del inmueble de la avenida Goya, número 91.
Francisco Jiménez

En el 2015, la propiedad del bloque presentó un estudio de detalle para derribarlo y, posteriormente, levantar y comercializar un nuevo edificio de ocho alturas. Urbanismo aprobó el plan, pero el propietario no pidió la pertinente licencia de demolición para comenzar con los trabajos. Una vez desalojados todos los pisos, se procedió al proceso que no ha terminado hasta hace unos días atrás.

Una suerte similar corrió el número 85 de la misma calle, delimitado desde hace años con una valla azul que no deja ver la maleza que se está acumulando en su interior. En su día, fue un bloque muy cotizado en la capital aragonesa gracias a su ubicación, y alguna constructora mostró interés para adquirirlo y transformarlo. Esto no salió a flote y, finalmente, muchos de los pisos fueron 'okupados'. A la postre, el Ayuntamiento declaró el edificio en ruina económica tras una inspección. Esta catalogación se produce cuando no hay riesgo de ruina inminente y cuando el coste de las obras necesarias supera el 50% del valor actual del inmueble.

Con el paso del tiempo, el interior del edificio, todavía 'okupado', se deterioró cada vez más. El Ayuntamiento apresuró a los propietarios a desalojarlo para derribarlo ante el riesgo de desvanecimiento, a la vez que uno de los dueños publicitaba en una inmobiliaria una nueva promoción que iba a construirse justo en ese emplazamiento. Finalmente, esta promotora no poseía la totalidad del bloque, por lo que la comercialización no salió a delante y no se construyó nada en este solar. Y así hasta hoy.

A la espera del derribo del Jesús y María

Los vecinos quedan ahora a la espera de que haya un movimiento de tierras que reactive esta zona tan consolidada de la ciudad. Por el momento, la estampa es curiosa: el edificio con el letrero de la Sala Municipal de Arte Joven está en medio de un gran vacío urbano, donde antes había casas de pocas alturas del siglo pasado. Mientras, según explica Carlos Terrer, confían en que la demolición del colegio Jesús y María se produzca pronto para dar salida a los 160 pisos que se proyectan.

Antiguo colegio Jesús y María, en una manzana entre la avenida Goya y Cortes de Aragón
Antiguo colegio Jesús y María, en una manzana entre la avenida Goya y Cortes de Aragón
Guillermo Mestre

Se esperaba que estas labores comenzaran este 2024. Según fuentes de la promotora Wilcox, la propietaria del terreno, se está rematando el proyecto final de inicio de obras, que "en unas semanas" será entregado al Ayuntamiento de Zaragoza para su aprobación. Será entonces cuando comience el derribo del colegio. Esto podría demorarse, como máximo, hasta junio, cuando la licencia otorgada a la compañía cumpliese el año de vigencia. 

El plan es que sobre el terreno que ocupa ahora el antiguo colegio se levanten 160 pisos -frente a los 210 que pedía en un primer momento Wilcox- y un centro cívico para el distrito Centro, un equipamiento inexistente por el momento en esta zona y que permitiría cubrir las necesidades de los mayores y la población joven, como hace tiempo que demandan los vecinos.

Del total de la parcela, los pisos ocuparán el 37,6% del ámbito, 3.370 metros cuadrados, mientras que los 5.581 restantes, que incluirán el nuevo edificio para los vecinos y espacios libres con zonas verdes y viales, se cederán al municipio. Se contempla, además, hacer un párking público, algo que los vecinos ven "necesario", ya que esta zona está especialmente "saturada".

Esta parte consolidada de la ciudad espera así un cambio de aires importante, tanto con el proyecto del Jesús y María como con estos dos solares de la avenida Goya. El derribo del número 91 hace albergar ahora a los vecinos la esperanza de que se rellenen estos vacíos, que mientras tanto conforman una imagen peculiar en pleno centro.

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