Urbanismo y vivienda
La nueva cara de la avenida de Cataluña de Zaragoza
Dos promociones de obra nueva, que suman 171 viviendas en total, y otra de VPO, darán vida y terminarán de cerrar la que ha sido una cicatriz urbana durante 40 años.
El reloj marca las 12.00 de la mañana en la avenida de Cataluña de Zaragoza. Las campanas del convento Carmelitas Descalzas de San José se entremezclan con el sonido de las grúas, picos y sierras. Los conos rojos y blancos demarcan la reforma de esta vía, una demanda del barrio desde hace más de 40 años, que ahora viene acompañada de un importante volumen de viviendas (algunas de protección oficial) para dar vida y terminar de cerrar una de las cicatrices urbanas más grandes de la ciudad.
Ha sido casi medio siglo de lucha vecinal para que una de las avenidas más concurridas de la ciudad tuviera una reforma a la altura. Ahora, los trabajos avanzan a buen ritmo en su tramo entre la Z-30 y la calle del Veintitrés de Abril, con cerca de un 70% completado a estas alturas. La previsión del Ayuntamiento es que termine en febrero de 2024, para comenzar después con la segunda fase de las obras. Y precisamente en el segundo semestre de ese año se espera que una primera tanda de una promoción de 135 viviendas de obra nueva -situada justo delante del citado convento- culmine con la entrada de los vecinos.
Unos metros más allá, delante de una gasolinera, ya se exhibe el esqueleto de 64 Viviendas de Protección Oficial (VPO), después de varios retrasos en el inicio de las obras. En la parcela vacía colindante, las excavadoras ya preparan los cimientos de otra promoción de obra nueva, esta vez de precio libre, que contará con 36 inmuebles. En total, en el mismo tramo de la avenida de Cataluña, se proyectan más de 230 hogares en un plazo de tres o cuatro años. Mientras tanto, la reforma de la vía también culminará, dando lugar a una zona nueva, "moderna y con muchas cualidades".
María Jesús Torremolinos se encontraba este miércoles frente a uno de estos bloques en construcción. Es vecina del barrio desde hace muchas décadas, acostumbrada a la zona más cercana al puente de Santa Isabel, un "remanso de paz" hasta que llegaron las máquinas a las parcelas antes llenas de naves vacías. "Si arreglan la avenida, muchísimo mejor. Seguro que queda bien", indica. Cree que mejorará, aunque opina que ella no se compraría una casa por este área porque "tiene muy cerca las vías del tren".
La llegada de nuevos vecinos a la avenida de Cataluña puede suponer un impulso, además de la reforma, a una de las cicatrices urbanas más importantes de Zaragoza. "Todavía no está cerrada, pero ya empieza a mostrar buenas condiciones", desarrolla Juan Carlos Bandrés, director del Grupo Lobe, promotora del proyecto de más volumen de esta zona actualmente: el edificio Vía Nova. El también presidente de la Federación de Empresas de la Construcción de Zaragoza (Fecza) asegura que "esto es lo que necesita la ciudad".
"Cuando entras a Zaragoza desde esta carretera ya ves una estructura de hormigón, luego nuestra promoción en construcción... Quizá todo envuelva la vía por la que pasa el AVE y le acabe dando un toque de diseño especial y puede llegar a ser un elemento súper atractivo", destaca Bandrés. Los más mayores, dice, recordarán cómo fue, pero los más jóvenes lo conocerán como un área ya consolidada y como algo totalmente diferente a la imagen que tiene hoy en día.
De hecho, lejos queda todavía esa imagen final que tanto el Ayuntamiento como las promotoras vislumbran. Caminar por esta vía dista de pasear por el centro, lógicamente, ya que el tramo está lleno de vallas, conos y limitaciones. Pero los vecinos siguen haciendo sus vidas en las terrazas de los bares y en los supermercados cercanos, conocedores de que en cuestión de varios meses todo cambiará por completo y esta parte de la ciudad se llenará de más vida.
Saliendo de la capital aragonesa por la avenida de Cataluña llama la atención el primer bloque de viviendas en construcción justo frente a la cafetería Melos. El edificio Vía Nova tiene ya vendido el 90% de los primeros 113 inmuebles que se edifican en la parcela, según indica Bandrés. "El tamaño es bastante significativo. Además, la fachada es bastante vistosa. Las ventas han ido muy bien, porque la gente ve potencial en este pequeño desarrollo urbanístico", comenta el director del Grupo Lobe.
Esta futura zona urbana estará denominada Soto del Gállego, con inmuebles de dos, tres y cuatro dormitorios. "Espectaculares áticos con grandes ventanales para un mejor aprovechamiento del espacio y un gran solárium", promete Lobe en su página web. Asimismo, tendrá certificado Passivhaus, lo que ayuda a reducir considerablemente la factura de la luz y aumentar el bienestar dentro del hogar. Tendrá espacios comunes como piscina o zona de juegos infantiles. Los precios de los pisos restantes oscilan entre los 219.000 euros el más barato (de 86 metros cuadrados) hasta los 365.000 euros (de 234 m2).
Residencial Avenida es el nombre de otra de las promociones que actualmente mueve los suelos de esta vía resucitada. Esta nueva construcción, de Aldea Viviendas, revelará 36 inmuebles de precio libre de tres dormitorios, calificación energética A con suelo radiante, y piscina y zona de juegos, entre otros. El coste es de los hogares es de entre 200.000 y 285.000 euros. A escasos metros, las grúas montan ya el esqueleto de las 64 VPO promovidas por el Ayuntamiento.
En unos meses, si las previsiones se cumplen, comenzará el fin del atasco de esta parte de Zaragoza, con décadas de lucha vecinal. Lo que comenzó siendo una carretera de titularidad estatal, terminará siendo una travesía urbana con relevancia. Según los registros y aforos de tráfico, por la avenida circulaban a diario más de 30.000 vehículos.
