Guba, migrante de 20 años llegado a Cella (Teruel): “Soñaba con venir a España desde pequeño y lo he conseguido”

Cella, con poco más de 2.600 vecinos, tiene desde el pasado martes 30 nuevos residentes. Llegaron de noche, sobre las 21.00, muy cansados tras un largo periplo que comenzó hace varias semanas en sus países de origen, de donde partieron hacia España por el mar, subidos a un cayuco. El pasado 18 de octubre desembarcaron en Tenerife, donde han permanecido hasta ser trasladados a la Península y derivados a la localidad turolense dentro del programa de atención humanitaria puesto en marcha por el Gobierno central.

Cella recibe a 30 migrantes desplazados desde Canarias

No es el único municipio de la provincia que acoge inmigrantes ante la crisis humanitaria surgida por la diáspora del África subsahariana debido a motivos económicos, políticos y sociales. También a Albarracín llegó este martes un contingente de 20 personas.

Los que se han instalado en Cella proceden de Gambia, Marruecos y Senegal, entre otros países, y este miércoles por la tarde paseaban por la travesía de la localidad, junto a la famosa fuente de este municipio, con las manos metidas en los bolsillos y los anoraks cerrados, sorprendidos por el bajón de las temperaturas en esta parte de la provincia de Teruel.

Antonio García/Bykofoto

Uno de ellos es Guba, un senegalés de 20 años de edad que pasó cuatro días en el mar hasta poder alcanzar las Islas Canarias. Con gesto grave, relata algunas de las dificultades del viaje. "Fue muy complicado; aunque pude comer algo en la embarcación, pasé miedo", recuerda. Según explica, tras la temible travesía marítima, por la que pagó 3.000 euros, ha recuperado su fortaleza y quiere quedarse en el país para tener una vida mejor y ayudar desde aquí a sus hermanos.

Llegar a Europa

Guba cuenta en francés que proviene de una familia pobre y que hace dos años perdió a sus padres, un hecho que resultó determinante para dejar Senegal e intentar llegar a Europa con el objetivo de poder prestar apoyo a distancia a sus hermanos.

Dice que no está entre sus planes ir a otro país. "Quiero quedarme aquí. Sueño con venir a España desde pequeño y hoy lo he conseguido, algo que agradezco", explica con una sonrisa. "En los sueños, para que se hagan realidad, tienes que ir poco a poco", señala.

Antonio García/Bykofoto

Rubacart, de 25 años y natural de Gambia, es otro de los migrantes que ha aterrizado en Cella. Asegura que no tuvo que pagar dinero por el viaje y que pudo comer y beber en la embarcación. Se encuentra bien de salud, explica en inglés, y ha venido a España "para sobrevivir", por lo que le gustaría encontrar un trabajo en la localidad turolense.

"Soy bueno en los estudios"

También Sanhunk, quien prefiere que le llamen Sany, quiere encontrar un empleo en Cella. Tiene 18 años y procede, como Rubacart, de Gambia. "Soy muy bueno en los estudios y en el trabajo de la tierra, pero cualquier oficio me vendría bien; solo quiero poder ayudar a mi familia", subrayó este miércoles.

Sany se mostraba agradecido por la acogida. "El albergue está muy bien, es muy bonito. La gente nos dio la bienvenida al llegar, nos ofreció cena y esa noche pude dormir bien", recuerda.

El albergue de Cella es un céntrico edificio que antes fue cuartel de la Guardia Civil. Por sus ventanas se asomaban ayer y saludaban con alegría otros de los recién llegados.